ALIMENTACIÓN Y SALUD ORAL

“Somos lo que comemos”. ¡Cuántas veces habremos escuchado esta frase a lo largo de nuestra vida!

Y no puede ser más cierta. La alimentación influye considerablemente en nuestra salud general y, de manera específica, en la salud bucodental. Una buena nutrición nos ayuda a tener unos dientes más fuertes y sanos, preparados en la batalla contra las bacterias y gérmenes que llegan diariamente a nuestra boca.

Una buena nutrición significa comer una dieta equilibrada para que el organismo obtenga los nutrientes necesarios que nos den un buen estado físico. Si esa dieta es baja en esos nutrientes, la boca puede tener más dificultades para resistir las infecciones y éstas pueden avanzar de manera más rápida y severa.

El cuerpo tiene una maravillosa y compleja maquinaria que debemos cuidar siempre. Hay que crear un buen hábito alimentario, sobre todo entre los más pequeños, para que en su filosofía de vida esté presente una alimentación sana y saludable. Eso, les evitará muchos problemas en la edad adulta.

Todo lo que ingerimos afecta directamente a nuestro organismo, tanto para bien como para mal.

Y aquí hay que hablar de uno de los grandes enemigos de la salud oral: el azúcar. Está presente en muchos alimentos sólidos, pero también en bebidas alcohólicas y en los refrescos, tan habituales en verano.

El consumo desmedido de golosinas, bollería, galletas y otros productos con exceso en azúcares genera un aumento de caries entre la población infantil.

Desde ALAIA creemos que no se trata de prohibir, pero sí de controlar y, sobre todo, de una buena higiene y cepillado posterior al consumo de estos productos. Así, evitaremos males mayores.

Las bacterias presentes en nuestra boca fermentan ese azúcar dando lugar a ácidos que desmineralizan el esmalte dental y, con el tiempo, hacen que los dientes se perforen.

Además del azúcar, debemos evitar alimentos muy pegajosos o de complicada masticación, que puedan quedarse entre los dientes y afectar a la estructura dentaria. Los alimentos ácidos tampoco son recomendables ya que erosionan el esmalte y, con el tiempo, pueden provocar hipersensibilidad.

Como todos los expertos en nutrición recomiendan, debemos seguir una dieta variada y equilibrada. Esta recomendación es totalmente válida para la buena salud bucodental. El Consejo General de Dentistas subraya que frutas y verduras son una fuente de nutrientes, vitaminas, fitoquímicos y fibra, que funcionan como antioxidantes, antibacterianos y estimulantes de la inmunidad celular. Es decir, una ayuda para prevenir la progresión de las enfermedades periodontales, así como la pérdida de dientes.

Sería muy interesante consumir alimentos ricos en fibra (cereales integrales, legumbres), ya que incrementan la producción de saliva y esto ayuda a eliminar la placa bacteriana. También el té, que nos aporta flúor y, con ello, se refuerza el esmalte. La leche y sus derivados son fuente imprescindible de calcio y el agua nos ayuda también a generar saliva y arrastrar las bacterias.

Cuidando de nuestra alimentación, nos sentiremos mejor con nosotros mismos y gozaremos de una salud óptima, también en el terreno bucodental.

Come bien y sonríe. Tu organismo lo agradecerá.