Una de las funciones esenciales del paladar es la de permitir y contribuir a la fonación, aunque también interviene en otras acciones como la deglución de alimentos. Cuando un paladar está completamente sano no genera molestias y tiene un color rosáceo uniforme. La mayoría de sus afecciones no suelen ser peligrosas o complicadas de tratar. Pero es importante saber que esta zona puede inflamarse o irritarse debido a diferentes razones: 

-Inflamación y rojez por quemadura momentánea. Por ejemplo, por la ingesta de alimentos picantes o muy calientes. Suele desaparecer sin necesidad de aplicar ninguna solución concreta.

-Falta de vitaminas. Si el organismo necesita ciertas vitaminas que no está obteniendo, las defensas bajan y pueden aparecer aftas o llagas en el paladar. 

-Deshidratación. No consumir las cantidades de líquido necesarias para el buen funcionamiento del organismo ocasiona sequedad en la boca que, si no es solucionada a tiempo, puede originar inflamación en las encías y el paladar. El consumo de alcohol y tabaco aumenta la deshidratación.

-Placa bacteriana. Se forma debido a una acumulación de bacterias procedentes tanto de la comida como de la propia saliva y mucosa de la boca. Se elimina con unos hábitos correctos de higiene oral. Cuando no es así, puede provocar infecciones.

-Herpes. Aunque normalmente afecta a los labios, también puede aparecer en el paladar y causar hinchazón. Se presenta en forma de llagas o úlceras rojizas en la boca. Son bastante dolorosas y se generan por un virus muy contagioso.

-Candidiasis. Es una infección provocada por una clase de hongos propios de la mucosa de la boca. No tiene un origen concreto por lo que se tiene que estudiar cada caso. Los síntomas son la aparición de pequeñas manchas y que el paladar se vuelve blanquecino.

-Alergias. Algunos alimentos y medicamentos pueden desencadenar una respuesta alérgica que inflame la cavidad oral.

-Enfermedades de otros órganos. La inflamación del paladar puede indicar que otros órganos como el hígado, el páncreas o los intestinos no se encuentran en óptimas condiciones

-Síntomas cancerígenos. El cáncer de paladar se manifiesta con inflamación, lesiones en la zona y dolores bucales. Se pueden crear manchas blancas de un tamaño considerable. 

Una ayuda inicial en casa puede ser tomar líquidos fríos (que no sean cítricos), tomar un antiinflamatorio, usar cepillo dental con cerdas suaves y cuidar la dieta. También existen enjuagues bucales que pueden ser útiles, en especial, los que tienen sal y bicarbonato de sodio. 

Si las molestias no remiten, pide cita en ALAIA y realizaremos un estudio de tu boca. Hay que buscar el origen del problema.

Trabajamos por tu bienestar.

El consumo de tabaco es la causa más común de muerte prevenible en el mundo. Muchas veces, tendemos a pensar que sus efectos sobre la cavidad oral se limitan a simples tinciones de los dientes o a la aparición de halitosis. Sin embargo, podríamos decir que éstas son las consecuencias más leves. El verdadero problema está en lo que no vemos. 

Fumar multiplica por tres las posibilidades de padecer cáncer oral y por siete las de padecer cáncer faríngeo. Es una de las posibles causas del fracaso de los implantes y también predispone a la enfermedad periodontal. En los fumadores se retrasa la cicatrización de las heridas y tienen más posibilidades de sufrir una infección por hongos. Otro dato curioso: según la Asociación Dental Americana (ADA), la acción del tabaco limita la percepción de sabores y olores, especialmente, el salado. Esto hace que los fumadores tiendan a abusar inconscientemente de la sal, lo que puede provocar subidas de tensión arterial. 

Tener una buena higiene bucal puede ayudar a prevenir enfermedades, pero no implica que seamos inmunes a los efectos del tabaco. La cavidad oral es una de las localizaciones donde más claramente se manifiestan los efectos nocivos, lógicamente, ya que constituye el principal canal de entrada del humo, junto con las vías respiratorias.

En cuanto a los conocidos vapeadores o cigarros electrónicos, se han promocionado los últimos años como una alternativa más segura al tabaco convencional y gran parte de la población los considera inocuos. Sin embargo, estudios recientes muestran evidencias de que también tienen consecuencias negativas para la salud bucodental. Los datos científicos aportados apuntan a un posible efecto sobre el aumento de riesgo de cáncer oral y a un claro impacto sobre las enfermedades periodontales. 

Según el Consejo General de Dentistas, es fundamental implementar acciones preventivas y educativas, dirigidas a los jóvenes, que aborden los riesgos asociados al tabaquismo y que fomenten un estilo de vida saludable.

Los dentistas somos facultativos que podemos ofrecer asesoramiento y ayuda a todas aquellas personas que quieran superar esta adicción. De momento, y hasta dejar este hábito nocivo, les recomendaremos aumentar la frecuencia de cepillado, usar un buen colutorio y tener a mano el hilo dental. Y, desde luego, visitarnos con mayor regularidad para hacer un seguimiento más exhaustivo de la salud bucodental. 

La única forma de paliar los efectos negativos del tabaco es dejarlo.