Cuando un diente presenta una infección severa, como consecuencia de una caries profunda o en caso de traumatismos o fracturas dentales que afectan a la pulpa, se requiere un tratamiento endodóntico. A través de él se eliminarán las bacterias de los conductos del diente, previniendo su reinfección y tratando de salvar la pieza natural. El especialista llega a este punto cuando la estructura dentaria tiene daños irreversibles y la pulpa está seriamente afectada. En la mayoría de las ocasiones, la pieza termina en una necrosis y presentando un color oscuro. 

La endodoncia es un procedimiento englobado dentro de la Odontología conservadora y, de manera coloquial, se conoce como “matar el nervio” o desvitalizar. El objetivo fundamental es conservar la pieza dental ya que, de no ser tratada, tendría que ser extraída. Es un tratamiento que no genera molestia alguna, se realiza de forma poco invasiva y cuenta con numerosos beneficios para la salud bucodental. 

Síntomas que podemos percibir si un diente presenta daños internos: 

-molestias a la hora de masticar, tanto en términos de dolor como de sensibilidad dental.

-percepción de mal sabor en la boca, ocasionado por el proceso infeccioso.

-la aparición de una fístula o flemón.

-el oscurecimiento del tono de la pieza dental.

-inflamación de las encías.

Una vez llevada a cabo la endodoncia, se reconstruirá la pieza afectada a través del método que el odontólogo considere adecuado para cada paciente. Es posible colocar una corona o funda, pero si no hay una pérdida considerable de la estructura, tal vez se decida por una reconstrucción. 

También hay casos en los que es imposible llevar a cabo la endodoncia. Por ejemplo, cuando la pieza dentaria presenta una fractura vertical, cuando la raíz tiene una longitud mínima que imposibilita la sujeción de la corona a la misma o en pacientes periodontales que han sufrido un daño acusado del hueso y la encía como tejido de soporte. En estas ocasiones, será inevitable la extracción del diente y la posterior colocación de un implante para devolver la funcionalidad y estética de la dentadura. 

Si necesitas una revisión o quieres ampliar la información, recuerda que somos especialistas en Odontología conservadora. Nuestros profesionales tienen una amplia experiencia en el manejo de casos complejos y aseguran un tratamiento personalizado y de calidad.

Nuestro modelo se centra en el compromiso con el paciente.

El Centro Odontológico ALAIA realiza la práctica odontológica de la manera más armoniosa con el medio ambiente. Creemos en el beneficio común y sabemos que muchos de nuestr@s pacientes son afines a una ética medioambiental.  

Eficiencia energética: la Clínica dispone de tecnologías y equipos que reducen el impacto ambiental, como lámparas de luz led. Además, estamos pendientes del apagado de dispositivos electrónicos no utilizados.

Uso de materiales biodegradables o menos contaminantes: priorizamos la seguridad y usamos el autoclave para todo aquello que pueda conllevar el más mínimo riesgo. 

Reducción del consumo de plásticos: además, intentamos colaborar con proveedores que ofrezcan opciones de embalaje sostenible. Nuestros procedimientos de reciclaje son diarios.

Reducción del consumo de agua: se trata de un bien cada vez más escaso y que debemos cuidar al máximo.

Digitalizar los registros y procesos: intentamos reducir papel y otros desechables y que los procedimientos se vuelvan más ágiles.

Realizar compras responsables: es interesante agrupar los pedidos de un mismo proveedor en un solo envío para reducir las emisiones de CO2 del transporte. En el sector dental, además, comienzan a aparecer productos más respetuosos con el entorno, que nos permiten ejercer nuestra profesión de manera más sostenible. 

Programas de responsabilidad social: colaboramos en las campañas y actividades comunitarias locales que promueven el cuidado del medio ambiente y el entorno, así como la importancia de la sostenibilidad.

Todas estas ideas van unidas al concepto de bioseguridad. Protegemos al paciente y al equipo de profesionales de nuestroCentro Odontológico. La desinfección, tanto del instrumental como de las superficies, se convierte en el pilar de nuestra labor diaria.

Apostamos por reducir el impacto de los procedimientos odontológicos en el medio ambiente.

Una mala salud bucodental puede causar y/o agravar las migrañas y cefaleas. Tanto los dolores de cabeza, de una intensidad u otra, como los de muelas se transmiten a través del nervio trigémino, que sirve para “conectar” la cara y las mandíbulas. 

Según la Asociación Estadounidense de Migrañas, las siguientes patologías bucodentales deben ser tenidas en cuenta:

-Trastornos de la articulación temporomandibular, ya sea por una mala oclusión, estrés o una lesión.

-Bruxismo: no sólo suele causar dolor de cabeza, sino también en la mandíbula, los oídos, el cuello y los hombros.

-Sinusitis maxilar: las extracciones dentarias, la enfermedad periodontal, la presencia de quistes en el maxilar superior u otros problemas bucodentales pueden causar esta inflamación y obstrucción de los senos paranasales.

-Cuando hay dientes flojos o faltan piezas: esto obliga a los músculos de la mandíbula a trabajar más y hace que sea más difícil tragar, alinear los dientes y cerrar la boca. Como resultado, esto podría causar migrañas provocadas por una inflamación muscular crónica.

-Periodontitis crónica: este tipo de pacientes tiene un mayor riesgo de padecer dolores de cabeza, de un grado u otro, debido a la destrucción del tejido gingival y la pérdida de dientes. 

-Caries: pueden llegar a producir infecciones que te deriven en dolor de cabeza, sin darte cuenta de que el verdadero dolor reside en tus encías. 

Según últimos estudios, los ataques de migraña asociados a patologías orales representan una proporción significativa entre los pacientes que visitan clínicas de neurología en todo el mundo. Cuando el dolor es grave y crónico, hay un importante porcentaje de casos que tiene un vínculo con enfermedades orales ocultas que pueden ser difíciles de identificar. Tu dentista es el especialista más capacitado a la hora de abordar este problema. Podrá hacer un diagnóstico y, si identifica ese origen oral, se podrá establecer el tratamiento más indicado. Este tratamiento puede requerir una férula dental, la realización de una endodoncia, empaste o cirugía.

Ante un dolor de cabeza persistente que no mejora, valora la opción de consultar a tu dentista. Podrá descartar las posibles causas bucodentales. Una buena orientación en el tratamiento puede ayudar a reducir la frecuencia de los ataques de migraña, cefaleas o dolores de cabeza, así como a disminuir la intensidad de los síntomas. 

Recuerda que la prevención es el mejor tratamiento dental.

Los dientes de leche o primarios son aquellos que permanecen por un tiempo limitado en la boca, hasta que son reemplazados por los definitivos o permanentes. Esto ocurre, aproximadamente, entre los 7 y los 12 años. Constituyen un total de 20 piezas dentales, diez en la arcada superior o maxilar y diez en la arcada inferior o mandibular. 

A pesar de su temporalidad, son susceptibles de padecer caries, infecciones y problemas de encía. Por eso, debemos prestarles la debida atención. Desatender su cuidado e higiene implica muchos riesgos para la salud bucodental de l@s más pequeñ@s. Y aquí sí, es imprescindible que los padres se involucren desde que nace el bebé. Hay que promover una buena rutina de limpieza oral diaria, bajo la supervisión de un adulto. 

El niñ@ no deberá hacer uso de la pasta de dientes hasta que sea capaz de mantenerla en boca sin tragársela, aproximadamente a los 3 años de edad. Hay que utilizar productos específicos para uso infantil, tanto cepillo como dentífrico.

El cuidado de los dientes de leche es importante por los siguientes motivos:

-Guardan el espacio que ocuparán los dientes definitivos. 

-Facilitan la trituración de los alimentos.

-Juegan un papel fundamental en el habla y el desarrollo del lenguaje.

-Facilitan la formación de los dientes permanentes.

-Favorecen la correcta formación de las estructuras maxilares.

-Su cuidado disminuye la aparición de problemas de oclusión y mordida.

-Su cuidado ayuda a los niñ@s a adquirir hábitos de higiene bucodental que mantendrán a lo largo de su vida y, por lo tanto, tendrán una dentadura más sana en la edad adulta. 

En cuanto a la primera visita al odontólogo, los especialistas recomiendan que se realice durante el primer año de vida, ya que la caries y los problemas de oclusión pueden desarrollarse a edades tempranas. Además, así será más fácil que los padres tomen medidas preventivas y aprendan a cuidar los dientes de leche de sus hij@s. 

Para ello, será importante también evitar alimentos con exceso de azúcares, beber agua para estar hidratados y seguir una dieta sana y equilibrada. 

Los dientes de leche, pequeños pero importantes.