LOS CUIDADOS DE LA BOCA EN LA ADOLESCENCIA
La adolescencia es época de grandes cambios. También la boca del adolescente, al igual que el resto del cuerpo, experimenta numerosas modificaciones. Es importante mantener sanos los dientes y encías para ayudar a que los huesos faciales crezcan de manera correcta y conformen la cara adulta.
Es el momento idóneo para revisar si queda algún diente de leche y para analizar el estado de las encías.
En esta época de cambios hormonales es necesario reforzar los cuidados, tanto en la alimentación (evitando el exceso de azúcares) como en las medidas higiénicas (indispensable un buen cepillado y uso del hilo dental).
Hay que observar los dientes torcidos y maloclusiones. No sólo por estética, ya que pueden derivar en problemas a corto y medio plazo. Y aquí llega la ortodoncia, para corregir y cuidar la bella y retadora sonrisa de los adolescentes.
Según el Consejo de Dentistas, sólo el 40 por ciento de los jóvenes de entre 12 y 15 años tiene una oclusión adecuada y, dos de cada diez tienen una maloclusión severa. Asimismo, uno de cada cuatro ha llevado o lleva aparato de ortodoncia.
En esta época de la vida, están “de moda” ciertos hábitos que también conllevan problemas en el futuro. Por ejemplo, el tabaco. Comenzar a fumar se relaciona con símbolo de rebeldía contra la infancia. Sin embargo, deriva en efectos negativos para la salud general del cuerpo. También para la salud oral. El tabaco aumenta la aparición de enfermedades que afectan a las encías y pueden provocar la pérdida de alguna pieza. Además, oscurece la dentadura y genera halitosis.
Y, ¿qué decir de los famosos piercing bucales? Estas pequeñas piezas son muy agresivas para la salud bucodental ya que pueden producir lesiones en los dientes, llenan la boca de placa bacteriana y dañan las encías.
La adolescencia se relaciona con una vida más social y menos casera que, a veces, dificulta la higiene dental (pocos jóvenes llevan un kit de cepillado en el bolsillo) y es, precisamente, en esa etapa cuando se hace más necesaria. Si al tabaco y los piercing unimos el alcohol, las bebidas energéticas y carbonatadas y una dieta inadecuada, tenemos el coctel perfecto para que aparezcan señales de alerta en nuestra boca.
Va a ser difícil cambiar algunos hábitos poco saludables, por lo que es prioritario realizar revisiones regulares con el dentista, para detectar los problemas a tiempo.
Además, a los jóvenes de estas edades hay que recordarles algo importante: los dientes no son una herramienta. Podemos dañar nuestras piezas dentales si masticamos hielo, sujetamos perchas con la boca, abrimos botellas o tiramos de un objeto.
También es interesante recordar que en la práctica deportiva de contacto es recomendable el uso de un protector bucal.
La etapa adolescente es la etapa de la estética. Buscan una imagen cuidada y perfecta, aunque luego sus hábitos no sean los mejores para alcanzar este objetivo. En lo referido a estética oral, el tema estrella es el blanqueamiento dental.
Los jóvenes se dejan llevar por anuncios de dentífricos que afirman poder blanquear los dientes. No hay nada de malo en utilizarlos, siempre que contengan flúor e ingredientes que luchen contra la placa y el sarro, pero normalmente no llevan altas cantidades de agentes blanqueadores y, seguramente, no notarán cambios sustanciales en el color de sus dientes.
Además, a estas edades, los dientes suelen tener todavía una apariencia muy blanca y brillante, aunque siempre entra en juego la genética de cada persona y los cuidados que lleve. Es mejor consultar al dentista antes de comenzar cualquier tipo de tratamiento. Recuerda que estas revisiones tienen como objetivo primordial la prevención.
Los adolescentes están siempre preocupados por su apariencia, así que apelar precisamente a su imagen puede ser una buena forma de animarlos a hacer una revisión sobre sus hábitos de higiene bucal.