Desde que el Centro Odontológico ALAIA comenzó su andadura, allá por el año 2006, siempre hemos tenido clara la necesidad de realizar nuestra práctica profesional de la manera más armónicaposible con el medio ambiente.

Muchos de nuestr@s pacientes son conscientes y afines a una ética medioambiental que nos lleva también a nosotros a una odontología comprometida con este ámbito. En el Día Mundial del Medio Ambiente reiteramos nuestra implicación y apuesta por un futuro más libre de plásticos, un peligro visible que afecta a todas las comunidades del mundo.

Los datos aportados por las instituciones internacionales son terroríficos: se producen más de 400 millones de toneladas de plástico cada año, la mitad se conciben para un solo uso. Menos del 10 por ciento se recicla. Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. 

En ALAIA, reducimos el impacto de los procedimientos odontológicos con un estricto y diario proceso de reciclaje y utilizando plásticos sólo cuando, por seguridad, es imposible sustituirlos. Las innovaciones en los materiales del sector dental, más respetuosos con el entorno, nos permiten también ejercer nuestra profesión de forma más sostenible. 

Por otro lado, nos hemos sumado a la campaña “Odontología sostenible”, promovida por el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española, en la que se plantea brindar una atención bucal eficaz, de alta calidad y ambientalmente comprometida. La salud bucodental es una parte esencial de la vida humana. La odontología, como profesión, debe incorporar los objetivos de desarrollo sostenible en la práctica diaria, así como apoyar el cambio hacia una economía verde. De esta manera, estaremos asentado las bases del bienestar de las generaciones futuras. 

Desde el Centro Odontológico ALAIA, consideramos que la odontología debe practicarse de forma ética y con altos niveles de calidad y seguridad para el paciente. Esto debe estar acompañado de una serie de acciones a favor de la responsabilidad social y medioambiental, con el mínimo impacto posible en el entorno. Continuaremos apostando por reducir el consumo de energía, agua, papel y todos los materiales que puedan resultar nocivos para nuestro ecosistema. 

Lo tenemos claro: reducir residuos, reducir contaminación, ahorrar energía y ahorrar agua es bueno para el planeta. A su vez, esto supone ahorrar costes, es eficiente, nos lleva a una odontología de calidad y responsable. Finalmente, es óptimo para nuestr@s pacientes ya que refuerza un estilo de vida saludable y su compromiso con el medio ambiente. 

ALAIA, pequeños gestos, grandes resultados.

La salida de los primeros dientes suele ser un quebradero de cabeza para los padres. Es un proceso delicado y duradero que comienza alrededor de los 6 meses, aunque cada niñ@ lleva su ritmo. Según los odontopediatras, sólo un tercio de los bebés tiene molestias más serias. No todos presentan los mismos síntomas, ni en el mismo tiempo. Algunos, incluso, ni se enteran hasta que asoma su primer diente. 

Para aquellos que tienen peor suerte, las molestias más comunes son: 

-encías enrojecidas e inflamadas.

-mejillas rojizas.

-febrícula y malestar.

-ganas de morder.

-saliva abundante.

-irritabilidad.

-alteraciones del sueño.

-pérdida de apetito. 

Lo que les interesa a muchos padres y madres es saber cómo aliviar las molestias a sus bebés:

-Aplicar frío.

-Limpiar el exceso de saliva de la cara de manera frecuente, para evitar irritaciones en la piel.

-Alimentos no muy calientes. 

-Podemos masajear la zona suavemente con la punta del dedo envuelta en una gasa estéril. 

-Tener a mano mordedores para los momentos de mayor dolor. 

Normalmente, tienen más molestias por la noche por dos motivos: porque se trata de un dolor pulsátil (se agudiza con el latido cardíaco, que se nota más en posición horizontal) y, además, porque por la noche los bebés no están entretenidos y sí más cansados, algo que les lleva a centrarse en la zona que sienten más vulnerable. Los síntomas pueden comenzar tres o cuatro días antes de la erupción y prolongarse lo mismo tras ella. 

El Consejo General de Dentistas recomienda no usar geles ni pastillas para la erupción dentaria, pues no son muy seguros para el bebé. Siempre hay que seguir las recomendaciones de nuestro pediatra o dentista. Si hay un diagnóstico temprano, la solución será más fácil.

Y, sobre todo, hay que tener mucha paciencia cuando tu bebé comience esta etapa. ¡Ánimo!

La esclerosis múltiple es una patología degenerativa, inflamatoria y crónica del sistema nervioso, de origen autoinmune, que afecta a la médula espinal y el cerebro. Cada año se producen alrededor de 1.800 nuevos casos en nuestro país. 

Algunos síntomas de la enfermedad, así como varios de los tratamientos farmacológicos que se utilizan para controlarla, tienen un impacto notable en la salud bucodental del paciente, que puede deteriorarse. Uno de los principales problemas que se presenta en los pacientes con esclerosis múltiple es el de la xerostomía o boca seca. Ciertos medicamentos pueden reducir la producción de saliva y la propia enfermedad también afecta a las glándulas salivales. La saliva es esencial para ayudar a limpiar tanto la boca como los dientes, protegiéndolos contra la placa dental y neutralizando los ácidos que provienen de los alimentos que consumimos. En una boca seca es más fácil que se acumulen bacterias que aumenten el riesgo de infección. La escasez de saliva, además, dificulta la masticación.

Para combatir este problema se puede beber mucha agua o bebidas sin azúcar, evitando las que contengan cafeína o alcohol. El uso de caramelos o chicles, también sin azúcar, puede incrementar la producción de saliva.

Por otro lado, la fibrosis y los depósitos de colágeno, característicos de la esclerosis, pueden dañar diferentes tejidos y estructuras de la boca. La esclerosis múltiple puede llegar a ser una enfermedad muy absorbente y complicada de gestionar emocionalmente, lo cual favorece que se descuiden aspectos de la salud que, a primera vista, no parecen muy relacionados con la misma, por ejemplo, el cuidado de la boca. Sin embargo, es algo fundamental. 

El cepillado diario y el uso de hilo dental son dos de las claves para mantener una adecuada higiene bucodental que nos permita prevenir futuras patologías. Lo que ocurre es que algunos de los síntomas de la esclerosis dificultan estas actividades rutinarias. Por ejemplo, la rigidez muscular, la falta de movilidad, la fatiga, el dolor facial, los temblores o los cambios sensoriales de las manos son algunos de los obstáculos con los que se encuentran estos pacientes. El uso de cepillos eléctricos, mangos reforzados o guante lastrado (con peso, para controlar los temblores) ayudará en esta tarea. Cuando los enfermos son muy dependientes, los cuidadores deben asumir todas o gran parte de las tareas de higiene dental y es muy frecuente que desconozcan las técnicas necesarias para llevar a cabo esos cuidados. Por eso, deben buscar consejo y ayuda en el dentista personal del paciente. 

Desde el punto de vista profesional, adoptar un enfoque individualizado es esencial para una atención dental segura y eficaz. Cada paciente tiene sus particularidades. Lo ideal es organizar un planning de visitas en cuanto sea diagnosticada la enfermedad, teniendo en cuenta los síntomas específicos de cada etapa. 

Actualmente, la esclerosis múltiple no tiene cura, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar el curso de la enfermedad. 

Mantener una buena salud oral será beneficioso para el paciente.

En los últimos años, el campo de la Ortodoncia ha evolucionado de manera muy significativa. Los especialistas cuentan con nuevas técnicas y materiales que permiten tratar a los pacientes de manera más eficaz y cómoda. Se avanza en una especialidad que es fundamental para la salud bucodental. Es tan importante que la Federación Mundial de Ortodoncistas decidió conmemorarlo el 15 de mayo a nivel internacional. 

Más allá de la estética, la Ortodoncia soluciona problemas funcionales que pueden afectar, y mucho, a la boca. Una maloclusión repercute seriamente en la salud. Con el alineamiento de los dientes y la normalización de la posición del maxilar y la mandíbula lograremos que encajen bien entre ellos. Unos dientes mal alineados dificultan la higiene dental y favorecen la proliferación de bacterias y la aparición de problemas en las encías. Bien alineados, será más fácil mantener la salud oral.

Lógicamente, también destacamos la componente estética. Una sonrisa bonita repercute en nuestra autoestima y nos da confianza y bienestar. 

Según varios estudios, hasta el 23 por ciento de los adultos padecen maloclusión en nuestro país. Y estos mismos expertos demuestran que hasta 150 patologías pueden verse agravadas por las enfermedades bucodentales, como las cardiovasculares y la diabetes, entre otras. Es muy importante un buen asesoramiento. El ortodoncista, tras un diagnóstico completo, valorará el tratamiento más indicado para corregir la maloclusión o el problema dental. 

La Sociedad Española de Ortodoncia recuerda la necesidad de realizar una primera revisión a este nivel a los 6 años y no más tarde de los 7 ya que durante la edad de crecimiento es cuando se puede corregir y guiar el desarrollo del maxilar y la mandíbula. Esto puede mejorar sustancialmente la calidad de vida del menor e, incluso, evitarle una posible cirugía en la edad adulta.

Y, precisamente, muchos adultos han rechazado o retrasado el tratamiento ortodóncico preocupados por el aspecto y la visibilidad de los aparatos metálicos tradicionales. Hoy en día, con los alineadores transparentes, se mejora la experiencia del paciente al ser prácticos y discretos. En ALAIA, somos especialistas en el sistema Invisalign

Cuando corregimos una maloclusión con ortodoncia, estamos evitando posibles dolores de cabeza, cuello, oído, mandíbula y espalda. Y recuerda que este tratamiento no está reservado tan sólo a jóvenes y niñ@s. Con las nuevas técnicas, cada vez más adultos mejoran su calidad de vida y su imagen.

La salud bucodental es un indicador clave de la salud general. 

No la descuides.

Las aplicaciones de Inteligencia Artificial (IA) van más allá de la automatización y el almacenamiento. Permiten a los sistemas digitales “pensar” y hacer cosas inteligentes semejantes al pensamiento humano. Está a nuestro alrededor, cada vez más presente en la vida cotidiana. La aplicamos a muchos órdenes denuestro quehacer diario. 

El sector odontológico no queda al margen de este avance que está cambiando muchos de nuestros protocolos de actuación. Si tuviéramos que describir qué supone la IA en el panorama dental, podríamos decir que para los profesionales es una herramienta fundamental que lleva a mejores resultados y, para los pacientes, supone una odontología más cómoda, menos invasiva y con resultados más rápidos y exitosos.

La investigación en el ámbito sanitario está aportando avances decisivos en el diagnóstico, los materiales, genética, terapias, dispositivos y tecnología. Y la odontología ha estado a la vanguardia de muchas de estas innovaciones, incluida la IA. La clave son los algoritmos alimentados por los datos. Estos algoritmos enseñan a la máquina y le dan instrucciones. Una vez que ésta ha aprendido, puede incluso hacer variaciones, deducciones y “pensar”en una posible solución alternativa. 

Como ejemplo de Inteligencia Artificial al servicio de la Odontología, en ALAIA contamos con el escáner intraoral Itero. Esta herramienta tecnológica nos ofrece una recreación perfecta del interior de la cavidad oral, los tejidos blandos y la posición de los dientes. 

La nueva ortodoncia, con el sistema Invisalign a la cabeza, también está basada en las aplicaciones de este tipo de inteligencia. En nuestro Centro Odontológico contamos con otros ejemplos: tecnología como el Ortopantomógrafo o la cirugía navegada X-Guide.

La importancia de la IA en el plano odontológico se traduce en una mayor eficacia a la hora de proporcionar diagnósticos, recomendar tratamientos y llevar éstos a cabo. Todo esto beneficia al paciente al agilizar los procesos y también al hacer que éstos sean más seguros ya que las soluciones ofrecidas se sustentan en un gran volumen de datos, previamente analizados. Se reducen y acortan las visitas y promovemos unos tratamientos bucodentales más personalizados. 

Los expertos señalan que la Odontología del futuro se basará en las 4P: preventiva, predictiva, personalizada y participativa. 

ALAIA: Inteligencia Artificial como motor de tu salud oral.

Se trata de una infección vírica que genera unas pequeñas ampollas dolorosas que aparecen alrededor de los labios, aunque a veces también pueden estar presentes bajo la nariz, paladar o en la barbilla. Junto con las aftas y la candidiasis oral, es una de las afecciones bucales más comunes: más del 60 por ciento de la población adulta ha sufrido algún brote de herpes a lo largo de su vida. 

El herpes labial es extremadamente contagioso y se transmite por contacto directo con las ampollas. El virus y su carga genética se desplazan hasta el ganglio del nervio trigémino, donde se acantonan. Como ese material genético permanece ahí, con el tiempo incluso puede volver a reactivarse, normalmente coincidiendo con épocas de estrés y bajada de defensas. Cuando esto sucede, podemos hablar de infecciones locales recurrentes. 

Unos días antes de que aparezcan las ampollas, hay personas que sienten picazón, ardor u hormigueo alrededor de los labios. En esa zona aparecerá un punto pequeño, duro y doloroso y, posteriormente, las ampollas. Éstas suelen ser pequeñas y de color amarillento. Suelen remitir por sí solas en el plazo de una o dos semanas. 

No hay cura para el herpes labial. Normalmente, no hay que hacer nada más que tratar los síntomas.

Eso sí, es importante acudir al médico si se presenta alguna de estas situaciones mientras tenemos un herpes labial:

-Nuestro sistema inmunitario está debilitado, por ejemplo, a causa de otra enfermedad o algún tratamiento.

-Si ya han pasado varias semanas y las úlceras no remiten.

-Si tenemos fiebre, pus o un enrojecimiento que se va extendiendo.

-Si el herpes sale muy a menudo. Concretamente, si padeces herpes labial más de 9 veces al año o tienes riesgo de sufrir complicaciones.

En caso de necesitar tratamiento si hay una detección temprana del herpes, suele ser con píldoras antivirales que, en caso de recurrencia, también sirven para controlar los brotes. Por el contrario, una vez que ya se ha manifestado, para aliviar las molestias que pueda originar se suele recurrir a un tratamiento que conlleva el uso de geles protectores y anestésicos. 

También os damos unos remedios caseros:

-Aplicar compresas frías en la zona afectada.

-Consumir bebidas y alimentos fríos.

-Usar protector solar.

-Tomar paracetamol o ibuprofeno.

-El uso de ciertos aceites esenciales, como el coco, puede aliviar la sintomatología. 

Y recuerda: la mejor prevención para la salud de la boca es cumplir con las medidas de higiene oral, seguir una buena alimentación y equilibrar los tiempos de ejercicio y descanso. 

Busca en ti una sonrisa única.

Un tratamiento de exodoncia conlleva la extracción dentaria de una o más piezas. El especialista debe realizar un estudio previo de los antecedentes médicos y odontológicos del paciente ya que es un procedimiento que se realiza cuando no hay otra opción.

Algunos casos en los que es necesario realizar la extracción dental: 

-Exodoncia por infección dental: cuando es severa y siempre como último recurso.

-Exodoncia por caries: en los casos en los que está muy avanzada y no se puede tratar de otra manera.

-Exodoncia por enfermedad periodontal: esta enfermedad provoca que las piezas dentales se aflojen y, cuando está muy avanzada, se opta por la extracción.

-Exodoncia por trauma dental: es decir, tras haber sufrido algún golpe que haya roto o deteriorado la pieza y no se pueda solucionar con una corona debido a la falta de diente sano para soportarla. 

-Cuando un diente está bloqueando a otra pieza que está erupcionando.

-Cuando se necesita ensanchar espacios entre los dientes para el alineamiento con aparatos ortodóncicos. A veces, es necesarioextraer las muelas del juicio de forma preventiva o como parte del tratamiento.

-Cuando se necesita ajustar los espacios para que encajen correctamente los implantes dentales.

-Cuando hay un problema grave de apiñamiento.

Son algunos casos, aunque hay más. Lo que está claro es que en ALAIA no recomendamos nunca llegar a la extracción si no es estrictamente necesario y lo consideramos la mejor solución al problema existente. Nuestro objetivo es siempre la odontología más conservadora.

Cuando no queda más remedio que plantear la exodoncia, se realiza mediante una intervención quirúrgica con anestesia local y no suele revestir complicaciones. Debes informar al odontólogo sobre la medicación que estás tomando, si tienes prescrito algún anticoagulante o si eres una persona propensa a tener infecciones, algo que sucede por ejemplo si tienes el sistema inmune debilitado o eres diabético. 

En los casos simples, el paciente se recupera por completo en pocos días. En dos semanas aproximadamente, el tejido de la encía y los alvéolos estará completamente sanado. Será importante tener en cuenta posteriormente las recomendaciones que nos dará nuestro dentista, tanto para la higiene oral como para la alimentación y cuidados de la zona. 

ALAIA, especialistas en Cirugía bucodental.

La pulpa dental o nervio es el tejido blando que se encuentra dentro del diente, protegida por la dentina y el esmalte, ya que en su interior se encuentran nervios, vasos sanguíneos y tejido conectivo, que son los que nutren a la pieza dental. 

El hecho de que esté protegida no significa que no pueda dañarse y, cuando esto sucede, se produce una pulpitis o inflamación de la pulpa.

Normalmente, esta patología se suele asociar a una caries profunda no tratada. Sin embargo, aunque es una de las causas principales, no es la única. Las enfermedades periodontales en estado severo también pueden originar la pulpitis. Asimismo, son causas significativas: una erosión o abrasión dental (relacionadas con el bruxismo), una fisura o fractura del diente (relacionadas con un fuerte traumatismo) y tratamientos odontológicos conservadores que no se han realizado de forma adecuada. 

Cuando hablamos de pulpitis reversible, hacemos referencia a una inflamación pasajera del tejido pulpar. Una vez eliminado el estímulo que la provoca, el paciente deja de sentir molestias. Por el contrario, la pulpitis irreversible requiere un tratamiento odontológico, ya que el tejido no puede devolverse a su estado natural. En los casos en los que la pulpa no es tratada de forma precoz, se puede producir la necrosis de la zona. 

El dentista determinará, mediante las pruebas diagnósticas adecuadas, cuál es el mejor tratamiento para el paciente. Todo dependerá del avance de la afección. En casos leves, puede bastar con una obturación o empaste. En patologías avanzadas, puede ser necesaria una endodoncia o, en casos más graves, la extracción de la pieza dental y la colocación posterior de una prótesis o implante. 

La mejor manera de prevenir la pulpitis es prevenir la caries. Para ello, hay que mantener una higiene y cuidado dental riguroso, así como acudir a las revisiones marcadas por tu dentista. 

Hay que tener en cuenta que, si existe una pulpitis y no se trata, se puede provocar una infección que afecte, además del diente, a estructuras vecinas como encías y hueso, pudiéndose extender a otras zonas. Por lo tanto, es importante detectar y tratar a tiempo para poder conservar la pieza dental. 

El síntoma principal de la pulpitis es el dolor, que puede ser más o menos intenso. Se puede producir al consumir algún alimento que esté muy caliente o muy frío (pulpitis reversible). Una vez retirado ese estímulo, el dolor desaparece en unos minutos.

También puede aparecer dolor de forma espontánea (pulpitis irreversible) o que se mantiene en el tiempo una vez retirado el estímulo, normalmente calor.

Ante cualquier síntoma, visita ALAIA: tratamientos odontológicos programados de manera personalizada.

Son unas finas láminas de diferentes materiales que recubren todo el contorno del diente y quedan así integradas con naturalidad en la pieza dental. 

Se utilizan en los dientes (anteriores o posteriores) que están debilitados por una u otra razón. Se fabrican a medida para cubrir la pieza al completo y así poder protegerla, además de permitir que realice la función masticatoria. Una vez colocada, la funda debe ser lo más similar posible al diente natural, sobre todo si es muy visible, por lo que también cumple una función estética. 

Normalmente, se elaboran para los premolares y los molares, ya que son las piezas que sufren más patología y requieren más tratamientos restauradores. Se colocan de manera fija, ya que se cementan sobre los dientes a tratar y sólo un dentista puede extraerlas. 

Con las coronas, se mantiene la funcionalidad del diente y se proporciona una sonrisa natural ya que se realizan a medida, de forma personalizada. 

Es recomendable ponerlas:

-Para proteger obturaciones de gran tamaño porque no queda suficiente diente.

-Para evitar que un diente debilitado se fracture o para reparar uno ya fracturado.

-Sobre dientes sanos para sujetar puentes dentales que sustituyen a una pieza perdida.

-Para cubrir un diente decolorado o con una anatomía anómala.

-Para rehabilitar un implante.

-Para cubrir un diente que ha sido sometido a un tratamiento de conducto radicular o endodoncia. 

Los materiales para elaborar las fundas son variados pero los más utilizados actualmente son la porcelana, el zirconio y la combinación de metal-porcelana. Dependiendo de cada caso, estará más indicado uno u otro.

Hay que tener en cuenta que el diente sobre el que se apoya la corona no es inmune a la caries, ya que las bacterias se pueden “colar” a través de la unión entre la pieza y la funda dental. Además, las encías tampoco están exentas de sufrir enfermedades como la gingivitis o la periodontitis. Por eso, la mejor forma de cuidar una corona es acudir a las revisiones pertinentes y mantener una correcta higiene dental. 

En ALAIA apostamos por la Odontología conservadora y restauradora.

La inflamación de las encías es un problema muy común que puede tener diversas causas. Cuando persiste en el tiempo, es necesario consultar a nuestro dentista.

La Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA) asegura que tan sólo el 14,8 por ciento de los adultos entre 35 y 44 años tiene las encías sanas.

La gingivitis es la causa más común. Las encías se irritan e inflaman y adquieren un color rojizo. Si no lo tratamos, puede derivar en una afección mucho más grave: la periodontitis, que en ocasiones lleva a la pérdida de piezas dentales. 

La gingivitis suele ser el resultado de una mala higiene oral, lo que permite que la placa se acumule en la línea de las encías y los dientes. La placa, sin limpieza y con el paso del tiempo, se convierte en sarro y puede provocar gingivitis. 

Durante el embarazo, suele ser habitual que las encías se inflamen. Esto es debido a que la afluencia de hormonas que produce el cuerpo en este momento, aumenta el flujo sanguíneo de las encías, que se irritan con más facilidad.

También afecta tener déficit de vitaminas, especialmente B y C, que juegan un papel importante en el mantenimiento y reparación de dientes y encías. Por otro lado, las infecciones causadas por hongos y virus pueden causar inflamación, así como la candidiasis oral o la caries dental. Pero hay más motivos que pueden provocar esta inflamación: prótesis dentales mal ajustadas, el tabaco y el alcohol, el estrés, antecedentes familiares, la diabetes y alteraciones hormonales, entre otros. 

Algunos medicamentos también suelen tener como efecto secundario la inflamación de las encías. En este caso, lo más recomendable es acudir al médico y comentar la situación. Normalmente, la solución llega con el cambio de medicamento.  

Para llevar a cabo el tratamiento, el especialista analizará el origen del problema. En algunos casos, se podrá solucionar con un enjuague bucal sin alcohol, para reducir la placa. También podría recomendarse una marca específica de pasta de dientes y, en ocasiones, se puede necesitar el uso de antibióticos. Incluso cirugía, en casos extremos. 

Como siempre decimos, mejor recurrir a la prevención. Existen algunas medidas preventivas que se pueden adoptar para evitar la inflamación de encías, como mantener un cuidado bucal adecuado, beber mucha agua y comer alimentos saludables. Además, hay que usar hilo dental con regularidad y visitar al dentista para llevar a cabo una limpieza profesional. 

En cuanto a las señales que nos pueden llevar a pensar que padecemos este problema: cuando vemos un enrojecimiento fuera de lo normal, cuando notamos mayor sensibilidad o cuando están irritadas y notamos molestia. 

Visita ALAIA y valoraremos el estado de tu boca, dientes y encías.