El labio leporino es un defecto congénito que afecta a uno de cada 700 niñ@s en el mundo y se produce cuando el tejido que forma los labios no se une completamente antes del nacimiento, lo que ocasiona una abertura en el labio superior. En muchos casos, va asociado a la hendidura del paladar.
Estas patologías afectan significativamente a los dientes de l@s pequeñ@s, especialmente al tamaño, la posición y la forma. El labio leporino se puede corregir con una cirugía a los pocos meses de edad y la cicatriz se borra a medida que el niño crece.
El caso del paladar hendido es algo más complicado. También se soluciona mediante una cirugía, pero ésta se tiene que realizar como mínimo a partir del primer o segundo año de vida. Si la afección es muy severa, dicha operación se pospone hasta los 5 o 6 años, para evitar problemas estructurales en el maxilar.
Cuando el cirujano haya corregido la patología, es el momento de comenzar a trabajar con la ortodoncia interceptiva. El ortodoncista estudia las estructuras orales, con el fin de guiar la erupción dental con éxito. En la etapa de desarrollo infantil es más fácil generar esos cambios. El objetivo es que la dentición definitiva ocupe su lugar adecuado.
Es muy importante programar una visita al dentista lo antes posible para que el especialista evalúe la situación dental y siga su progreso desde el principio. Los niñ@s con estos defectos congénitos son más propensos a tener caries debido a la dificultad de llevar una higiene dental correcta por la malposición de los dientes. También tienen un esmalte más débil y una saliva más densa, lo que les hace vulnerables frente a las bacterias que se acumulan en la boca.
Estos pacientes suelen tener ciertas complicaciones a la hora de hablar, masticar y deglutir. De ahí, que sea tan importante solucionar la anomalía cuanto antes. Durante la lactancia es cuando mayores inconvenientes se dan, debido a la complicación para ejercer la succión necesaria durante la alimentación. Su limpieza oral debe ser mucho más minuciosa y deben seguir una dieta que les aporte una gran cantidad de nutrientes. Las visitas al dentista tendrán que ser más frecuentes.
En este momento, con los avances tecnológicos y la aparatología de la que se dispone es posible que quienes padezcan estas deformaciones tengan una vida completamente normal. Además, gracias a las potentes ecografías actuales se pueden diagnosticar durante la gestación, facilitando muchísimo la planificación de los distintos tratamientos correctivos.
Hasta la fecha, se desconocen las causas que se esconden detrás de estas anomalías congénitas. Existen algunos estudios que subrayan el tabaco y la diabetes como posibles factores de riesgo.