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La obesidad y la enfermedad periodontal son dos problemas de salud que afectan a la población mundial, están estrechamente relacionados y tienen un impacto significativo en la calidad de vida de las personas. La sociedad debe tomar conciencia porque la obesidad es una patología, cada vez más extendida y con síntomas silenciosos, pero muy perjudiciales.

Aparentemente, se trata de dos enfermedades independientes, pero los últimos estudios científicos han demostrado un vínculo sorprendente. Se ha descubierto que ambos trastornos comparten factores de riesgo comunes, como una mala alimentación, sedentarismo y tabaquismo. 

La obesidad se caracteriza por el exceso de grasa corporal, mientras que la enfermedad periodontal es una infección de las estructuras que rodean y soportan los dientes. Además, la primerase ha relacionado con cambios en el sistema inmunológico y una mayor inflamación del cuerpo y estos factores influyen directamente en la salud oral, aumentando el riesgo de desarrollar enfermedades de las encías. Las personas que sufren obesidad están más expuestas a padecer caries y halitosis. Por lo tanto, la interrelación está clara. 

Una dieta inadecuada, rica en grasas y azúcares y pobre en frutas, verduras y pescados, es la principal causa del desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. Y ese mismo tipo de dieta es el que puede dañar nuestra salud bucodental, favoreciendo la aparición de caries, placa, gingivitis y periodontitis. Una dieta desequilibrada no aporta al organismo los nutrientes esenciales que necesita para defenderse de las agresiones externas, como las vitaminas, los minerales y los antioxidantes. Esto hace que las defensas bajen y que las bacterias tengan más facilidad para atacar la cavidad oral. 

Mantener un peso correcto y hacer ejercicio de manera regular también ayuda a proteger la boca, además de los consabidos beneficios generales que esto conlleva para el organismo.

Adoptar un estilo de vida saludable, incluyendo una buena higiene bucal, una alimentación equilibrada y visitas regulares a la clínica dental, son pasos clave para mantener la sonrisa y prevenir complicaciones futuras. También evitar el tabaco y el alcohol, ya que favorecen la sequedad, la inflamación, la irritación y el riesgo de cáncer oral. 

Tener unos dientes sanos y un peso saludable está directamente relacionado con el bienestar general. El hecho de sentirnos mejor influye directamente en la salud mental y la autoestima.

Nos esforzamos a diario para preservar la salud de nuestr@spacientes.