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Un blanqueamiento dental logra que nuestra sonrisa rejuvenezca y sea más bonita. Para conseguir un resultado duradero y efectivo, nuestro dentista nos dará una serie de recomendaciones para seguir tras el tratamiento.

Los días posteriores al blanqueamiento es muy importante consumir alimentos que no manchen los dientes ya que, tras el proceso, será más fácil que las manchas se puedan adherir. Es normal notar una mayor sensibilidad, por lo que se recomienda evitar bebidas o productos muy fríos o muy calientes. Si esta sensibilidad persiste, consulta con tu especialista.

Tampoco es recomendable consumir refrescos azucarados, ya que manchan la dentadura y afectan al esmalte. Después de cada comida, mantendremos una correcta higiene oral. Además, si quieres que tu blanqueamiento dure el máximo tiempo posible, es importante evitar el tabaco. Los resultados de este tratamiento son menos estables en las personas fumadoras. Hay que tener en cuenta que el vapeo tiñe los dientes igual que cualquier otro tabaco. También será necesario reducir el consumo de café, té, vino tinto o frutos rojos. 

El agua será tu mejor aliado. Beber después de las comidas ayuda a eliminar los restos de alimentos y las sustancias que podrían manchar tu dentición. Mantener tu cavidad oral hidratada estimula la producción de saliva y neutraliza los ácidos que hay en ella, evitando así el desgaste dental. 

Tras el blanqueamiento, los dientes pueden estar más sensibles por lo que se aconseja utilizar una pasta dental específica para este tipo de tratamientos. Existen algunos enjuagues bucales que ayudan a mantener el color conseguido y que serán de ayuda si los usamos de manera constante durante un minuto cada mañana y cada noche. 

Dependiendo de cada paciente, sus hábitos de consumo, cualidades dentarias y por supuesto también las exigencias estéticas, la periodicidad con la que se realice un blanqueamiento dental puede variar. La recomendación es esperar un mínimo de dos años antes de realizar el siguiente. Y, como decimos, es muy importante seguir estos pequeños consejos de mantenimiento. El efecto del tratamiento será más prolongado en el tiempo. Podrás disfrutar de una sonrisa limpia y brillante, además de sana. Acude puntualmente a las citas de seguimiento para evaluar los resultados.

El compromiso de l@s profesionales de ALAIA es con la salud y la estética de tu sonrisa.

El dentista juega un papel esencial en las denominadas unidades del sueño, especialmente a la hora de hacer un diagnóstico y establecer un tratamiento de la apnea del sueño. El odontólogo puede evaluar la estructura bucal, identificar posibles síntomas y ofrecer soluciones como los dispositivos intraorales. 

Las alteraciones del sueño pueden aumentar el riesgo de sufrir problemas de salud, como el Síndrome de la Apnea Obstructiva, insomnio crónico o hipersomnia, entre otros, afectando a la calidad de vida de las personas. El dentista tiene un papel imprescindible como integrante del equipo multidisciplinar de las unidades del sueño. 

El problema más común es la apnea. Se trata de una condición en la que los pacientes dejan de respirar varias veces durante sus horas de descanso. Esto se debe a que las paredes de la garganta se unen y bloquean las vías respiratorias. Los episodios pueden durar desde unos segundos hasta un minuto y, en ese momento, el cerebro manda una señal de que es necesario despertar para recuperar la respiración. Esto puede repetirse varias veces durante la noche, lo que altera el patrón de sueño de la persona. Aparecen los ronquidos fuertes, la fatiga diurna, los dolores de cabeza y la dificultad para concentrarse. Si no se corrige puede afectar a la salud física y mental. 

Los odontólogos recomiendan el uso de un aparato oral cuando la apnea del sueño es leve o moderada y el paciente tiene un peso corporal normal. Estos aparatos tienen la función de mantener las vías respiratorias abiertas mientras la persona duerme. En la mayoría de los casos, se utiliza el dispositivo de avance mandibular, que se asemeja a un protector bucal. 

Estos aparatos están hechos a medida, con la intención de ofrecer una mayor comodidad al paciente. Además, hay que tener en cuenta que la apnea y la salud bucodental tienen una relación compleja y bidireccional: la primera suele ir unida a otros problemas bucodentales como el bruxismo, la sequedad bucal, la maloclusión o la enfermedad periodontal. 

La gran mayoría de los pacientes no va al médico para diagnosticarse. Son los dentistas quienes pueden detectar las primeras señales que orienten el proceso: dientes debilitados, mandíbula pequeña, paladar estrecho, presencia de amígdalas de tamaño o marcas en la lengua.

Se estima que en nuestro país la apnea afecta a casi un 5 por ciento de la población (más de 2 millones de personas). Es un porcentaje significativo ya que puede vincularse con la hipertensión arterial, la enfermedad cardiovascular, la resistencia a la insulina o la obesidad. 

La lengua participa activamente en los procesos de masticación y deglución de los alimentos. Al tener una superficie rugosa y con una serie de surcos e irregularidades, es normal que se acumulen en ella restos de alimentos.

Este órgano alberga el mayor número de bacterias de nuestra bocay retiene partículas de los alimentos que comemos, quedándose así adheridos a su superficie. Una correcta higiene bucodental pasa también por limpiar bien la lengua. Si no es así, los residuos no retirados pueden provocar el desarrollo de bacterias y la posterior aparición de halitosis o mal aliento. 

Para una buena higiene usaremos el instrumental diseñado específicamente para ella. Se recomienda llevar a cabo el procesocon un raspador lingual tanto a la mañana como a la noche. Y algo muy importante, el cepillo de dientes tradicional no es la herramienta con la que llevar a cabo esa limpieza ya que sus cerdas no ofrecen los mismos beneficios ni resultados. Podemos emplear también colutorios que contienen agentes antibacterianos como, por ejemplo, la clorhexidina. Mejor, enjuagues bucales suaves y sin alcohol, que no irritan las papilas gustativas ni producen sequedad en la boca.

Es recomendable la combinación de ambos medios (raspador lingual y colutorio) para una higiene completa. Incluso tocamos la excelencia si añadimos el uso de irrigadores, que podrán acceder a todos los puntos de la boca. 

Dentro de las enfermedades más comunes de la lengua están la candidiasis oral, la leucoplasia o el liquen plano oral que, normalmente, producen cambios de color. Con unos correctos cuidados linguales también lograremos prevenir la caries y las enfermedades periodontales. 

Recuerda que una lengua saludable debe tener un color rosado y no presentar ningún tipo de protuberancia o alteración. Si observas alguna anomalía, consulta a tu odontólogo para un diagnóstico fiable. También puedes pedirle consejo sobre el tipo de raspador que puedes usar: suelen tener forma de U o de Y y se debe elegir en función de las necesidades de cada lengua. Con este pequeño y sencillo gesto, reducirás la probabilidad de sufrir un problema de halitosis y ayudarás a mantener tu boca sana. 

Y si tienes dudas sobre los cuidados diarios, puedes preguntarle a tu higienista de confianza durante tu próxima visita a ALAIA. Te podrá dar buenos consejos sobre una cavidad oral libre de patologías. 

La movilidad dental tiene origen multifactorial y está muy relacionadcon la enfermedad periodontal. En la fase más severa lleva a la morbidez de los tejidos de soporte, comprometiendo la salud de la boca.

Aunque la enfermedad periodontal es el origen más habitual de la movilidad, también puede existir un estrés inusual mientras se mastica, por exceso de fuerza o presión sobre la pieza, que termina moviéndose. En estos casos, puede haber un daño previo en el periodonto, es decir, el tejido que rodea la raíz del diente y lo fija a la encía. 

El desplazamiento o movimiento dental también puede deberse a un trauma oclusal sobre dicho tejido sano, es decir, puede aparecer tras sufrir un fuerte golpe o traumatismo, por maloclusión, desplazamiento de las piezas dentales o bruxismo. 

Existen otras causas que, al menos temporalmente, pueden provocar este fenómeno tan incómodo, como por ejemplo un embarazo. Cuando la paciente presenta gingivitis o periodontitis, los cambios hormonales del embarazo hacen que el tejido periodontal sea más delgado y, por tanto, más frágil. También las enfermedades sistémicas, como la diabetes, pueden ocasionar movilidad severa en los dientes. 

En cualquiera de los casos, es necesario ponerse en manos de un especialista. Si no lo tratamos cuanto antes, las encías se retraen y migran hasta dejar al descubierto las raíces de una o varias piezas. Durante la exploración, el odontólogo comprobará el origen de la patología y actuará en consecuencia. Además, será de manera inmediata para evitar lo que nadie desea: la pérdida del diente. 

El tratamiento se puede dar a través de tres técnicas:

-Mediante el método de la tartrectomía supragingival y subgingival se evitará que la enfermedad avance. 

-Realizando una regeneración de la zona, se rellena el espacio necesario para parar la movilidad.

-Si los dientes tienen un contacto defectuoso, se realiza un reajuste de las piezas afectadas y la fuerza se reparte por igual.

Si sientes que padeces movilidad dental o el principio de una enfermedad infecciosa que pueda afectar a tus encías y/o dientes, no dudes en pedir cita para que evaluemos tu caso. Es fundamental el seguimiento clínico continuado por parte del dentista, mediante pruebas radiográficas y diagnósticas que nos garanticen el éxito del tratamiento. No pongas la salud y la estética de tu boca en riesgo.

La época estival es un momento para no bajar la guardia a nivel de salud bucodental. Todos los años recordamos unos breves consejos que pueden servir de ayuda para evitar sustos en otoño. 

Estas semanas de luz y descanso que se aproximan pueden ser muy saludables a nivel de salud y bienestar. Pasar más tiempo al aire libre y cambiar el ritmo habitual nos ayuda a coger fuerzas para el siguiente ciclo.

Pequeños consejos con grandes resultados:

-Mantén con rigor el cepillado dental diario.

-Aumenta el consumo de alimentos frescos con alto contenido en agua como verduras, frutas y hortalizas. Te mantendrán hidratad@.

-No abuses del azúcar y las bebidas carbonatadas. Son muy perjudiciales para el esmalte.

-Sin embargo, bebe más agua. Ayudará a generar saliva, que posee agentes antibacterianos que protegen los dientes y encías. 

-Si pasas más tiempo en la piscina, evita el “sarro del nadador”, provocado por el cloro. Será con una buena y constante higiene oral. 

-No olvides usar tus férulas: bien la nocturna o bien la que utilizascuando practicas deportes de riesgo.

-La protección solar en los labios es fundamental para prevenir el cáncer en esta parte de la boca. 

-Cuida la sensibilidad dental evitando tomar productos que estén extremadamente fríos. Nos generarán una reacción extrema y dolorosa. 

Y para evitar sustos, hazte una revisión tras las vacaciones. Será una puesta a punto de cara al otoño. Detectaremos posibles daños y actuaremos lo antes posible. 

¡Larga vida al verano!

Las carillas dentales son unas pequeñas láminas que se adhieren a la parte más externa del diente mediante un cemento o resina especial que las fija firmemente. Permiten modificar rápidamente la apariencia de la dentadura, logrando una sonrisa perfecta. 

Esta técnica odontológica es utilizada para corregir defectos de forma, tamaño, coloración y desgaste del esmalte. Una vez colocadas, hay que seguir un protocolo de mantenimiento para que puedan durar muchos años. Esos cuidados dependerán, en gran medida, del tipo de material del que estén hechas. Los materiales totalmente cerámicos no necesitan muchos procedimientos posteriores, por el contrario, si hablamos de carillas de composite sí requerirán mayor atención. 

Hay que seguir unos buenos hábitos de higiene bucodental después de cada comida. Para completar esa rutina de limpieza es adecuado utilizar seda dental o un cepillo interdental y enjuague bucal. Simples cambios, como elegir una pasta de dientes menos abrasiva o invertir en un cepillo de dientes de cerdas suaves, pueden ser muy útiles. 

Las carillas dentales son muy resistentes y es bastante difícil que se dañen. Sin embargo, ciertos alimentos, como los que contienen colorantes, pueden ir provocando un ligero cambio de color si se abusa de ellos. Hay que procurar no excederse con el café y el tabaco y evitar alimentos que pigmenten demasiado la boca. También rechazar productos demasiado duros o pegajosos. 

Por supuesto, tanto si usas carillas como si no, recuerda que la boca no sirve para abrir botellas o cortar celo, entre otros. Este hábito hace que tus dientes se deterioren a un ritmo muy rápido. Proteger las carillas también incluye usar un protector bucal, ya sea para realizar alguna actividad física de contacto o para dormir, si tenemos bruxismo.

Será importante también hacer un seguimiento con nuestro odontólogo para revisar su estado y hacer las limpiezas profesionales correspondientes. 

El beneficio principal que aportan las carillas dentales es su gran potencial estético: corregimos imperfecciones de manera rápida y duradera. Es uno de los tratamientos estrella de la Odontología estética. Una sonrisa atractiva y perfecta aumenta nuestra confianza y modifica la manera de relacionarnos con los demás. 

El Centro Odontológico ALAIA ofrece un tratamiento con carillas estéticas guiadas que logra un resultado extraordinario, con un proceso rápido y cómodo para el paciente y sin provisionales. Las carillas guiadas son la última generación y suponen una revolución en el sector odontológico al utilizar un protocolo único, digital y mínimamente invasivo.

Confía en los profesionales de ALAIA

Se trata de la incapacidad de abrir la cavidad bucodental por completo debido a la contracción involuntaria de los músculos maxilofaciales. Esa sensación de bloqueo dificulta la realización de acciones tan esenciales como masticar, beber o la propia higiene oral. 

Por lo general, se trata de una afección leve y temporal. Sin embargo, puede ser el síntoma de otras patologías a las que conviene prestar atención. 

El trismus dental puede originarse por diversos factores:

-bruxismo

-traumatismos maxilofaciales

-infecciones orales

-enfermedades neurológicas o patologías en el sistema nervioso central

-tratamientos de quimioterapia o radioterapia en zona mandibular

-tratamientos antidepresivos

La gravedad puede variar, pero siempre aparece esa rigidez y dolor al intentar abrir la boca. En cuanto a la duración, está sujeta a la causa subyacente y al tratamiento recibido. En casos leves suele durar unos pocos días, como mucho, unas semanas. En los pacientes que presentan más complicaciones, el trismus puede persistir varios meses. Por eso, la importancia de contactar con el especialista para una evaluación completa y un diagnóstico acertado.

El objetivo del tratamiento para curar el trismus pasa por mejorar la calidad de vida del paciente, eliminando molestias y las dificultades que experimenta al abrir la boca. El tratamiento dependerá del origen del problema: férula de descarga, medicamentos, ejercicios para mejorar la movilidad de la mandíbula o una cirugía oral. 

También te recomendamos adaptar tu dieta e incluir alimentos más blandos para reducir la presión sobre la mandíbula al masticar.

El trismus dental es una condición que, aunque pueda parecer menor, influye negativamente en muchas acciones de nuestro día a día. Por eso, ante cualquier sintomatología, es fundamental acudir al dentista para prevenir dificultades futuras y tratamientos más complejos. No ignores las señales y deja que nos ocupemos de ti. Estamos comprometidos con tu salud. 

Puede resultar difícil de creer, pero hay estudios científicos que demuestran que algo tan pequeño como la cavidad oral influye en la salud y bienestar de todo el organismo. De hecho, está comprobado que tener patologías orales afecta directamente a los pulmones, aumentando la posibilidad de padecer enfermedades respiratorias. 

El denominado biofilm dental es un proceso por el que las bacterias y otros patógenos colonizan la cavidad bucal. Se va formando así una película de proteínas salivales que se van adhiriendo al esmalte y, al multiplicarse, pueden derivar en una infección. Esta placa está relacionada con el desarrollo de enfermedades como la caries, la periodontitis o la mucositis. El biofilm dental puede pasar a nuestro organismo, enfermando órganos vitales como el corazón, los riñones o los pulmones. 

Como decimos, cuando no hay una buena higiene bucodental, se acumulan bacterias en dientes, lengua y encías. Al respirar o tragar, especialmente en personas mayores, esas bacterias pueden llegar a los pulmones y causar infecciones respiratorias graves, como la neumonía. Esto ocurre con frecuencia en pacientes hospitalizados, en residencias o con enfermedades crónicas y se puede prevenir con una buena salud oral. 

La enfermedad periodontal favorece la aparición y, sobre todo, agrava la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Es decir, la Epoc, o lo que anteriormente los neumólogos llamaban bronquitis crónica. Es por esto que en algunos pacientes con patologías pulmonares es recomendable hacer limpiezas dentales profesionales de manera continua, para que las bacterias no permanezcan en la cavidad bucal, haciendo cada vez más difícil la recuperación. También es necesario que la caries sea tratada, ya que este tipo de enfermedades puede causar efectos secundarios en los pulmones. El estado de la boca no sólo afecta a neumonías o bronquitis, también está vinculado a otras enfermedadesrespiratorias como gripe o Covid-19.

La salud bucodental es, por tanto, la primera barrera de defensa. Apostando por la cultura de la prevención en salud, recomendamos tener una buena rutina de higiene dental, visitar al dentista periódicamente y llevar a cabo las limpiezas profesionales que éste prescriba para evitar problemas a largo plazo.

En el tema que hoy nos ocupa es fundamental un último consejo: evitar el tabaco. Los químicos y las bacterias que éste contiene afectan a la salud en general y, sobre todo, a dientes, encías y pulmones. 

Visita ALAIA y cuidaremos tu salud oral de forma integral.

Estudios científicos demuestran la importancia de cuidar la dentadura temporal desde el primer momento. Será algo clave para que los problemas dentales no vayan a más en el futuro. Los cuidados deben empezar en cuanto aparezca el primer diente de leche.

Hay que mimar la higiene oral del bebé desde el principio, incluso cuando sólo hay una o dos piezas dentales. El momento más importante es a la hora de acostarse. Esta limpieza la realizaremos con un dedal de silicona humedecido, una gasa o un cepillo adaptado para lactantes. No hay mejor forma de educar a l@sniñ@s que empezando desde bebés. Hay pastas dentífricas específicas y, hasta los 6 años, usaremos una cantidad que no supere el tamaño de un grano de arroz. 

Además, la alimentación es un factor clave. El calcio es fundamental para prevenir la caries. Sin embargo, el azúcar es el enemigo número uno. Debemos evitar ofrecer el chupete mojado en miel o cualquier otro producto azucarado. Una vez erupcionado el primer diente, es recomendable que se evite el uso del biberón nocturno con cualquier líquido que no sea agua. Los azúcares refinados deben evitarse antes de los dos años. El uso del chupete debe limitarse a los 18-24 meses ya que puede producir una alteración en la posición de la lengua y ocasionar maloclusiones. 

Muchas madres y padres se preguntan cuándo llevar a sus hij@s al dentista por primera vez. Lo recomendable será una visita al brotar los primeros dientes, así el especialista tendrá todo controlado desde el primer momento y podrá hacer un buen seguimiento del proceso. Siempre va a ser mejor prevenir que curar. Además, de esta manera, el bebé se acostumbrará al ambiente de la Clínica, a las personas que formamos parte de ella y también a lo que supone una revisión oral. Evitaremos miedos futuros y la visita será cada vez más fluida y relajada. 

En estos primeros encuentros, nuestras higienistas dentales podránindicar a los padres todas las herramientas para prevenir que sus hij@s padezcan caries. Son las encargadas de preservar la salud bucodental del bebé a corto y largo plazo. Estas profesionales cuentan con una formación que ayuda y orienta en todo lo referido a los cuidados orales en las diferentes etapas de la vida. 

Cuenta con ellas y consulta todas tus dudas. 

Cuando un paciente padece depresión, en muchos casos, abandona sus hábitos de higiene bucodental, sus revisiones odontológicas y entra en un ciclo de descuido en muchos órdenes de su vida.

La depresión es una enfermedad relacionada con una amplia gama de problemas de salud. Cada vez más investigaciones demuestran que también guarda relación con una mala praxis en lo relativo a la salud bucodental. 

Esta patología puede provocar inflamación, así como aumentar el riesgo de caries y de enfermedad periodontal. Debido a su propio estado, el paciente suele descuidar su nivel de higiene en general y su cuidado bucodental en particular. 

Además, la mayoría de medicamentos antidepresivos origina una disminución en la producción de saliva, situación que empeora el control de una adecuada salud bucal. La falta de saliva aumenta la posibilidad de padecer caries y boca seca o xerostomía. 

Hechos a tener en cuenta:

-El 61% de los pacientes con esta enfermedad manifiesta tener dolor dental y el 50% considera que tiene mala salud oral.

-La depresión aumenta los niveles sanguíneos de cortisol e incrementa el riesgo de gingivitis y periodontitis. 

-Puede provocar desórdenes en la articulación temporomandibular, con dolor y limitación de movimientos.

-Se sabe que, en parte, la depresión tiene un componente inflamatorio que puede agravarse en presencia de otros, como la enfermedad periodontal. 

-L@s pacientes depresivos tienen un alto riesgo de hábitos nocivos (tabaco, alcohol, drogas). Todos ellos asociados a la salud oral. 

Es muy importante animar a estas personas a que mantengan un correcto cepillado, al menos dos veces al día, con pasta fluorada. En una situación así, dejar de acudir al dentista incrementa la patología bucodental y la necesidad de distintos tratamientos a futuro. Por eso, es más necesario que nunca hacer un seguimiento de su conducta y animarlos o acompañarlos a la hora de visitar a su dentista de confianza.