El flemón dental es una de las patologías bucales más comunes entre la población. Es una inflamación del tejido blando localizado en la encía, producido por una infección bacteriana que ha llegado a la raíz. Debido a esto, se origina un depósito de pus que hace que la zona se inflame.
Es importante erradicar la infección con un tratamiento odontológico adecuado ya que, de lo contrario, las bacterias pueden llegar hasta los huesos que soportan el diente.
Las causas principales que provocan un flemón dental son la caries no tratada, la periodontitis o los traumatismos cuando, por ejemplo, originan la rotura de una pieza. Para evitar esta patología, el primer paso que debemos dar es cuidar al máximo nuestra higiene oral. Realizar una limpieza profesional al año contribuye a evitar enfermedades periodontales y también será de gran ayuda para garantizar tu salud y estética dental.
Los síntomas más habituales suelen ser:
-dolor intenso que, generalmente, aparece en el momento de la masticación y puede extenderse hacia la garganta.
-inflamación en la cara o las mejillas.
-sabor desagradable en la boca.
-sensibilidad dental al ingerir alimentos y bebidas con temperaturas extremas.
-fiebre y malestar general.
-inflamación de los ganglios linfáticos de la mandíbula. El organismo crea defensas contra la infección y aparecen los ganglios ubicados en la zona de detrás de las orejas o en el cuello.
En cuanto al tratamiento, el dentista prescribirá antibióticos y antiinflamatorios para combatir el dolor, rebajar la hinchazón y erradicar la infección. Cuando se concluya el proceso, tendrá que volver a revisar la boca para evaluar los resultados. En algunoscasos, es pertinente practicar una endodoncia, ya que puede ayudar a eliminar la infección y salvar el diente.
Con el tratamiento antibiótico, la mejoría es notable a partir de las 48 horas, aunque habrá que prolongarlo hasta la pauta establecida por el especialista. También hay que tener en cuenta que, posiblemente, después habrá que buscar y solucionar el problema que generó el flemón. En casa, podemos aliviar los síntomas aplicando hielo en la zona externa. También con enjuagues de agua tibia con sal.
Ante cualquier síntoma, lo más aconsejable es acudir a la clínica para que el dentista realice una exploración. En estos casos, la prevención cobra todavía más importancia ya que evitaremos dolores mayores. No dejes que una pequeña molestia se traduzca en una patología complicada.