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Una mala higiene bucodental favorece la aparición de enfermedades cerebrovasculares. Aunque hace falta más investigación al respecto, varios estudios han demostrado que la periodontitis o la falta de piezas dentales pueden aumentar la posibilidad de padecer este tipo de patologías. 

Las enfermedades bucodentales no solo se asocian ahora a un mayor riesgo de ictus, sino que estudios anteriores ya certificaban su vinculación a problemas cardíacos y otras afecciones como la presión arterial alta. 

Un ictus es un trastorno circulatorio por el que se obstruye o rompe alguno de los vasos que riegan el cerebro. Los datos indican que cada año lo padecen entre 120 mil y 130 mil personas en España. De ellas, alrededor de 80 mil fallecen o padecen algún tipo de secuela grave. Prevenir un ictus, evidentemente, no siempre es posible, pero sí hay factores de riesgo que pueden favorecerlo, entre ellos, la periodontitis. 

Para entenderlo, hay que señalar que la periodontitis es una enfermedad infecciosa que afecta a las encías y se manifiesta en forma de inflamación y sangrado. A la larga, puede provocar la movilidad dental y la pérdida de piezas. Además, hay otra consecuencia que no es tan evidente y supone un riesgo para el organismo. La causa de la periodontitis son las bacterias que colonizan la boca. Estas bacterias forman bolsas bajo la encía y pueden alcanzar el torrente sanguíneo. Si eso ocurre, una de las posibilidades es que lleguen a alguna de las arterias que riegan el cerebro. De manera indirecta y, sobre todo, si esos vasos están debilitados por la edad o por otra patología, contribuyen a su obstrucción y ruptura. Esto no quiere decir que aquellas personas que sufran periodontitis están condenadas a sufrir un ictus. Los resultados de las investigaciones no son concluyentes, pero sí apuntan a que una mala salud oral podría ser un factor más de riesgo. Por lo tanto, una de las formas de prevenir es cuidar nuestra boca. 

Es importante cepillarse los dientes, al menos, dos veces al día con pasta dentífrica con flúor y usar regularmente la seda dental.

Además, hay que pautar en nuestra agenda la visita periódica al dentista. Cada vez más personas son conscientes de que la salud oral es imprescindible para una buena salud general de nuestro organismo. 

Es una enfermedad de origen bacteriano que se manifiesta en dos estados: la gingivitis y la periodontitis. Evoluciona de un modo más o menos agresivo dependiendo de la susceptibilidad de la persona a esta patología. No obstante, existen otros factores, llamados de riesgo, que pueden alterar el curso de la enfermedad. 

Una higiene oral insuficiente: 

Es un factor fundamental ya que permite el acúmulo de placa bacteriana, causante de la enfermedad periodontal. Insistimos en la importancia de una limpieza bucal diaria, con un cepillado correcto y el uso de hilo dental.

Diabetes y enfermedades sistémicas:

Estas enfermedades aumentan la susceptibilidad a padecer una patología periodontal. Es necesaria una atención especializada y trabajar en estrecha colaboración con otros profesionales de la salud para un enfoque integral. 

Tabaco y consumo de alcohol:

Los productos químicos presentes en el tabaco pueden dañar las encías, alteran la respuesta inmune y afectan a la cicatrización en caso de intervención. La enfermedad periodontal puede llegar a evolucionar hasta siete veces más rápido en presencia de tabaco.

En cuanto al alcohol, diversos estudios han demostrado que tiene un impacto negativo en la microbiota oral ya que también altera la respuesta inmunitaria, así como la regeneración ósea. 

Uso de ciertos medicamentos:

Ciertos antidepresivos y algunos anticonceptivos pueden llegar a tener impacto en la salud bucal, particularmente en las encías. Suelen generar sequedad bucal.

Cambios hormonales: 

Los trastornos hormonales, como los experimentados durante el embarazo o la menopausia, pueden tener un impacto directo en la salud oral, también especialmente en las encías. Son momentos que requieren de una atención dental especializada. 

Estrés y salud mental:

El estrés crónico puede afectar negativamente a la salud periodontal al comprometer el sistema inmunológico y aumentar la inflamación.

Genética y antecedentes familiares:

Los factores genéticos desempeñan un papel crucial en la predisposición a padecer gingivitis o periodontitis.

Estos son los factores de riesgo más importantes de la enfermedad periodontal. Comprenderlos es esencial para prevenir y tratar este tipo de patologías de manera efectiva. En el Centro Odontológico ALAIA te ofrecemos asesoramiento personalizado y soluciones adaptadas a las necesidades individuales de cada paciente. Pide cita previa. 

Si no tratamos una caries, puede causarnos dolor e infecciones sistémicas. Es la enfermedad crónica más extendida en todo el mundo, a pesar de ser prevenible.

El objetivo de esta jornada, que se celebra a nivel internacional, es concienciar a la población sobre la importancia de la prevención a la hora de afrontar esta patología. Se ha demostrado que el cepillado diario con una pasta dental con flúor es la forma más eficaz de prevenir la caries y el deterioro de los dientes. En combinación con el uso de hilo dental, el cepillado es indispensable para tener una dentadura limpia y libre de residuos de alimentos. 

Sin embargo, a pesar de esto, much@s adultos no se cepillan los dientes con regularidad, o no lo hacen de la manera correcta. Por consiguiente, trasladan este mal hábito a sus hij@s. 

Prácticamente, todas las personas que tienen dientes pueden sufrir de caries, incluso los bebés. De no tratarse, puede extenderse hacia las capas más profundas de las piezas dentales y causar un dolor intenso, así como infecciones, hipersensibilidad, manchas e, incluso, la pérdida del diente afectado. Además, la caries puede ocasionar otras enfermedades como infecciones que destruyen los tejidos blandos y el hueso de soporte de los dientes. 

Por otro lado, para mantener una boca sana, es necesario reducir el consumo excesivo de azúcares, evitar el tabaco y acudir periódicamente al dentista para realizar una revisión más en profundidad. 

Además de una mala higiene oral, hay otros factores que también pueden influir en la aparición de caries como la genética, la morfología dental o la resistencia a la desmineralización. 

Desde el Centro Odontológico ALAIA te animamos a mantener los hábitos necesarios para un estricto cuidado dental. Nuestro equipo te ayudará a prevenir la caries y a mantener una sonrisa saludable y libre de enfermedades. 

Se trata de una maloclusión en la que se observa que las piezas dentales no están alineadas o no encajan al cerrar la boca, quedando los dientes superiores por detrás de los inferiores.

Según en qué zona de la boca se localicen, las mordidas cruzadas pueden clasificarse en:

-posteriores: cuando afecta al área de premolares y molares.

-anteriores: cuando afecta a la zona de incisivos.

En cuanto a la causa, puede ser por un factor hereditario. La genética influye mucho en la salud bucodental y, en este caso, puede tener un papel relevante. El origen también puede estar enhábitos como respirar por la boca en lugar de por la nariz, colocar la lengua de una forma incorrecta o chuparse el dedo. Incluso podemos llegar a una mordida cruzada cuando los dientes temporales no se caen en el momento que deben y causan una malposición del permanente o cuando hay una lesión traumática que provoca un desplazamiento. 

El tratamiento de la mordida cruzada es más fácil durante la infancia al ser una etapa en la que existe todavía crecimiento. Consiste en la colocación de un expansor en el paladar para ampliar el tamaño de la arcada. En los adultos, al haber finalizado el crecimiento de los huesos, muchas veces hace falta recurrir a la cirugía para poder encajar correctamente las arcadas superior e inferior. 

Si la mordida cruzada tiene su origen en las piezas dentales, será necesario utilizar una ortodoncia para corregir el problema. Dependerá de la circunstancia del paciente y de las recomendaciones que le haga su ortodoncista.

Lo cierto es que todo tratamiento para solucionar este problema será mucho más efectivo si se aborda de manera temprana. Por ello, te aconsejamos que pidas ya tu cita si comienzas a observar en tu hij@ cualquier síntoma de este tipo de maloclusión. Estudiaremos el caso y valoraremos la mejor solución.

Si la mordida cruzada no se corrige, podrá ocasionar complicaciones en el desarrollo y crecimiento de la estructura facial. Asimismo, puede favorecer problemas en la dentición, en la estructura muscular, ósea y articular de la zona. También derivado de esta maloclusión podemos padecer ronquidos crónicos, gingivitis o cefaleas recurrentes.

Se trata de una complicación que se produce con poca frecuencia tras la extracción de una pieza dental y, más habitualmente, cuando se trata de la muela del juicio o de una muela infectada. 

Cuando se extrae la pieza, se forma un coágulo de sangre que sella el hueco que deja el diente, lo que permite que la herida se cure y cicatrice con completa normalidad. El problema aparece cuando este coágulo se cae o se rompe, ya que deja expuestos los nervios y el hueso a la acción de la flora bacteriana de la cavidad oral, así como a otros agentes patógenos que acceden al organismo por la boca. Esto produce un fuerte dolor ocasionado, principalmente, por la inflamación que desarrolla. No es una afección especialmente grave, pero sí bastante molesta para quienes la padecen. Además, la exposición de la cavidad retrasa la curación. 

Esta complicación puede aparecer durante los primeros cinco días posteriores a la extracción. Hay unos factores de riesgo concretos como son el hábito de fumar, el consumo de corticoesteroides y el uso de anticonceptivos orales, por los estrógenos que contienen. También es factor de riesgo no seguir las pautas de actuación, posteriores a la extracción, que nos dará nuestro dentista. 

La primera señal que nos puede hacer sospechar de una posible alveolitis es que aparezca un dolor agudo tras habernos realizado la extracción dental. Este dolor puede irradiarse hacia el lateral de la cara. También se pueden inflamar los ganglios situados bajo la mandíbula y el cuello y puede aparecer la fiebre, así como un sabor desagradable en la boca. 

Normalmente, el odontólogo prescribe un tratamiento preventivo tras la intervención. Es importante la limpieza de la cavidad oral mediante enjuagues con colutorios que contengan clorhexidina(siempre tras las primeras 24 horas post extracción). También será importante seguir las recomendaciones del especialista en relación a la alimentación e ingesta de líquidos. 

Si se llevan a cabo todas las medidas preventivas mencionadas y, aún así, se produce la alveolitis, el tratamiento consistirá en el uso de antiinflamatorios (para reducir la inflamación y el dolor) y de antibióticos orales (para combatir una posible infección). Normalmente, la alveolitis suele desaparecer al cabo de unos diez días. De no ser así, la recomendación es volver a acudir al odontólogo para valoración y diagnóstico. 

Pide cita en ALAIA ante cualquier duda. Tendrás a tu disposición un equipo de profesionales especializados en las distintas ramas de la Odontología. Porque una boca sana es el inicio de un cuerpo saludable. 

La gingivitis y la periodontitis, enfermedades relacionadas con la acumulación de placa y sarro, afectan aproximadamente al 19 por ciento de los adultos. Sus principales factores de riesgo son la mala higiene bucodental y el consumo de tabaco. 

La placa bacteriana es la acumulación de bacterias entre los dientes. Se produce como consecuencia de la saliva y los alimentos que ingerimos. No tiene color, es pegajosa y se adhiere a los dientes de forma natural. El riesgo que conlleva es que daña el esmalte y las encías y esto puede generar caries o gingivitis. 

El sarro aparece cuando la placa bacteriana se endurece en las piezas dentales. Su acumulación varía según la persona y la edad. Suele ser de color amarillento y es consecuencia directa de una higiene oral deficiente. 

También pueden influir otros factores. Por ejemplo, si ingerimos mucha cantidad de azúcar, el pH de nuestra saliva se verá alterado y seremos más propensos a crear y acumular placa dental. Por otro lado, hay personas que de manera natural tienen un pH más ácido, por lo que en su boca se crea el clima ideal para el desarrollo de la placa y de otras enfermedades orales.

Para combatir esta patología, hay que seguir una buena rutina de higiene oral. Si no se combate, se convertirá en sarro, que no es otra cosa que la mineralización de la placa. Al haberse calcificado, es bastante duro y, para eliminarlo en su totalidad, se requiere de una limpieza dental profunda realizada por un profesional. No valdrá con una rutina de higiene en casa. 

Como el sarro aparece cerca de las encías, una de las enfermedades más comunes que provoca es la gingivitis, que puede derivar en periodontitis. También conlleva halitosis o mal aliento, caries y posible pérdida de piezas dentales. Este es el último nivel, cuando el sarro lleva años acumulándose en el interior de la boca. 

Para hacer una labor de prevención, hay que seguir una rutina diaria que es muy sencilla, pero debe ser constante: cepillarse los dientes después de cada comida, usar hilo dental y enjuague oral. Igual de importante será evitar el tabaco (las personas que fuman tienen más probabilidades de acumular sarro entre sus dientes) y acudir a nuestra cita periódica al dentista para una correcta revisión. 

Durante el embarazo se producen cambios hormonales queconllevan un mayor riesgo de inflamación e infección en las encías. 

Es una pregunta muy habitual: ¿puedo ir al dentista estando embarazada? La respuesta es sencilla: ¡por supuesto que sí! No solo es completamente seguro, sino que cuidar de tu salud bucodental durante estos meses es absolutamente necesario.

Los problemas orales más frecuentes en esta etapa son:

-Gingivitis: una de las afecciones más frecuentes, consecuencia de la alta concentración de hormonas. Provoca enrojecimiento en las encías, inflamación y, a veces, sangrado. 

-Periodontitis: se podría relacionar con partos prematuros y/o niños con bajo peso al nacer.

-Caries: la disminución de saliva y el aumento de la acidez en la boca debilitan el esmalte dental y dejan los dientes más desprotegidos frente a los ataques de las bacterias.

-Sensibilidad dental: las náuseas y vómitos habituales pueden erosionar el esmalte y provocar la hipersensibilidad. 

-Xerostomía o boca seca: debida también a los cambios hormonales.

Estas posibles patologías nos demuestran que durante el embarazo son muy importantes las revisiones dentales. En el primer trimestre de gestación, podemos revisar el estado general de tu boca y valorar posibles tratamientos. Es muy importante que nos comuniques tu estado desde el primer momento, sobre todo, antes de realizar radiografías.   

Durante el segundo trimestre, no hay inconveniente en realizar una extracción o tratar una caries. La limpieza dental profesional no solo es segura, sino que es muy recomendable porque, como decimos, la gingivitis es un problema frecuente y puede prevenirse. 

En el tercer trimestre de gestación también es aconsejable acudir al dentista para hacer un seguimiento de tu salud oral, aunque es probable que haya tratamientos que se tengan que posponer hasta después del parto. Los tratamientos de ortodoncia que ya tuvieras iniciados podrás continuarlos con un seguimiento más exhaustivo por parte de nuestros profesionales. 

Tu ginecólogo, tu matrona, tu farmacéutico y también tu dentista se ocuparán de que todo vaya bien y de que puedas compartir con tu bebé una sonrisa sana. En el Centro Odontológico ALAIA te acompañaremos durante estos maravillosos meses con especial mimo y cuidado.

Se trata de una alteración estética que hace referencia al tamaño excesivamente pequeño de algunas piezas dentales.

La realidad es que existen tantas formas y tamaños de dientes como personas hay en el mundo. Sin embargo, es cierto que hay quienes desarrollan unas piezas dentales fuera de lo común. Esa anomalía en los estándares de la estética se relaciona directamente con factores hereditarios. Puede ser diagnosticada por el dentista al comprobar si la proporción entre las piezas y el maxilar, es decir, la estructura en la que se implantan, es adecuada. 

Los genes determinan tanto el tamaño de los dientes como del maxilar, pero esta herencia puede transmitirse de manera independiente. De esta forma, una persona es susceptible de heredar tanto un maxilar grande como unos dientes pequeños, y viceversa. Se habla de microdoncia cuando el tamaño de los dientes es significativamente más pequeño con respecto al resto de elementos de la boca. Es decir, que a pesar de que la raíz del diente sea normal, las coronas son más pequeñas de lo común. Habitualmente, se presenta en los incisivos laterales superiores, seguidos de terceros molares y los premolares. En estos casos, la microdoncia suele ir acompañada de alteraciones en la forma de los dientes.

La genética es la causa principal pero también puede estar asociada a trastornos sistémicos, como el síndrome de Down, el síndrome de Williams o el de Turner. Otro factor causante puede ser una anomalía en el proceso de desarrollo dental.

La microdoncia afecta al aspecto estético de la sonrisa y, por tanto, a la imagen del paciente. La sonrisa no está equilibrada. Para solucionar esta situación existen tres tipos de tratamientos: 

-Restauraciones: las reconstrucciones dentales con resinas compuestas permiten restaurar las piezas que tengan un tamaño menor de lo habitual.

-Coronas dentales: con las fundas es posible rediseñar los dientes afectados por la microdoncia a través de una rehabilitación, ya sea completa o parcial.

-Carillas estéticas: unas láminas finas que se adhieren a la superficie de las piezas dentales, cambiando su forma y tamaño. 

La mayoría de estas soluciones pueden requerir un tratamiento ortodóncico complementario que, junto con la corrección del tamaño de los dientes, los sitúe en la posición adecuada. 

Así como hemos hablado de la microdoncia, también podríamos hablar del caso contrario, la macrodoncia. Se presenta cuando los dientes tienen un tamaño superior al que se considera normal.

En un caso u otro, no dejes pasar más tiempo y ponte en manos de un especialista. Lograrás una dentadura completamente funcional y armónica.

Una higiene oral correcta es vital antes y después de que salgan las piezas dentales. 

La eliminación diaria de la placa dental es el principal mecanismo de prevención de caries y enfermedades periodontales a cualquier edad. No sólo debemos preocuparnos de la salud oral de nuestros pequeñ@s. Tan importante como esto es generar en ellos unos hábitos saludables en el día a día. Y más ahora que arranca el nuevo curso escolar y volvemos a la disciplina y a los horarios marcados. 

Cuando todavía no han salido los dientes es importante limpiar las encías regularmente con un paño o gasa humedecida. Cuando sale el primero, podemos comenzar a cepillarlo dos veces al día con un cepillo dental infantil de cerdas suaves. Una buena regla de oro es que la primera visita a su dentista sea antes del primer cumpleaños. Según la Sociedad Española de Odontopediatría, es muy importante controlar la salida y evolución de los dientes de leche, ya que de esto dependerá la dentición definitiva. 

Los niñ@s mayores de dos años comienzan ya un cepillado más autónomo, que debe hacerse con un dentífrico que contenga flúor para prevenir la caries a medida que su dentadura continúa desarrollándose. A esta edad es fundamental motivarles para que entiendan la importancia de mantener una correcta higiene bucal. 

En la siguiente etapa, entre los cinco y los siete años, ya son conscientes de sus acciones y han adquirido la suficiente destreza manual para lavarse bien los dientes. Mantendremos nuestra supervisión sólo para asegurarnos de que cumplen la tarea. La constancia es un factor importante.

El cuidado dental temprano también implica una dieta saludable y equilibrada, limitando el consumo de alimentos azucarados y bebidas gaseosas. Además, es recomendable evitar el uso prolongado del biberón o el chupete.

Otro punto a tener en cuenta son los golpes en la dentadura. Es conveniente acudir al dentista, aunque no se aprecie nada alarmante, ya que si se aplica un tratamiento precoz el riesgo de complicaciones posteriores se minimiza. Los golpes en los dientes de leche pueden afectar directamente a las piezas permanentes en formación: alterando la forma, el color o la dirección de salida. Si el golpe hace que se rompa parte de un diente y se encuentra el fragmento, hay que guardarlo en suero fisiológico, leche o agua y acudir al dentista con rapidez. En la mayoría de los casos el fragmento podría adherirse al diente roto. 

Con las revisiones periódicas en el dentista, iremos ganándonos su confianza y cooperación. En el Centro Odontológico ALAIA sabemos que en las edades tempranas es cuando se sientan las bases de lo que será la futura relación entre paciente y odontólogo. Ponemos mucho cuidado en esta tarea. Y recuerda que la persona que mejor puede asesorarte sobre la salud oral de tus hij@s es su dentista. Consúltanos todas tus dudas. 

La masticación es un proceso que facilita la digestión de los alimentos y la absorción de sus nutrientes. 

Se habla mucho de los alimentos que deben formar parte de una dieta equilibrada. También de las cantidades justas y de las calorías diarias. Pero, a menudo, olvidamos cómo comer y esto incide de manera directa en el correcto funcionamiento del sistema digestivo. 

Y la digestión comienza en la boca. La saliva contiene una enzima que ayuda a descomponer químicamente los alimentos. Si éstos no están en la cavidad oral el tiempo suficiente, la enzima no puede actuar correctamente y, por lo tanto, el estómago tiene que trabajar más. 

Para que el proceso en la boca sea correcto, es importante tener una correcta salud bucodental. Algunas patologías como la xerostomía, un trastorno en la articulación temporomandibular, la caries, una maloclusión o la pérdida de piezas dentales pueden afectar a la hora de masticar. Reponer esas piezas que faltan lo antes posible es imprescindible para poder realizar correctamente el proceso de masticación. También el desgaste dental, bien por la edad, o bien por bruxismo, puede ser un problema. Respirar por la boca es un hábito que puede derivar de ciertas patologías y que, en cualquier caso, impide el movimiento normal de la boca para masticar y obliga a comer más rápido. 

Es importante comer sin prisa, en un entorno tranquilo y de forma consciente. Si estamos estresados, nuestro sistema digestivo lo percibe. Hay que masticar despacio hasta que los alimentos sean lo suficientemente pequeños como para tragar con facilidad. Además, hacerlo concienzudamente es una recomendación que suele aparecer en las dietas de adelgazamiento. Al masticar con cierta lentitud, la sensación de estar saciados llega antes a nuestro cerebro y nos ayuda a no comer en exceso. 

También evitará que los alimentos se queden adheridos en los dientes y reducirá la placa bacteriana. Mantener en movimiento la mandíbula logra, asimismo, que se fortalezca. 

En resumen, comer debe ser un placer diario y no una simple rutina. Hay que disfrutar de los alimentos y masticarlos bien para prevenir problemas y tener una salud de hierro. Y para esto, la boca es un punto clave de nuestro organismo. Mantén tu salud oral y ayuda así al proceso digestivo.