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El tratamiento precoz en ortodoncia ofrece varias ventajas, especialmente en términos de prevención, eficacia y la posibilidad de lograr resultados óptimos en el desarrollo dental y facial. 

-La corrección de problemas de crecimiento óseo: permite guiar el crecimiento de los maxilares en una posición más favorable, lo que puede corregir desequilibrios faciales o problemas de mordida desde la etapa infantil. 

-Reducción de la necesidad de extracciones futuras: al intervenir tempranamente, es posible administrar el espacio para los dientes permanentes que aún no han erupcionado.

-Prevención de problemas más serios: algunos problemas ortodónticos pueden agravarse si no se tratan a tiempo. La prevención es nuestra mejor herramienta.

-Mejora de la estética facial: se puede mejorar la proporción y la armonía facial, lo que contribuye a la confianza y la autoestima personal.

-Corrección de malos hábitos en la infancia: como chuparse eldedo, el uso prolongado del biberón o el chupete y la respiración bucal, que pueden alterar el desarrollo dental y facial.

-Mejora de la función oral: corregir problemas de mordida y alineación de manera temprana puede mejorar la función masticatoria, la respiración e, incluso, el habla.

-Reducción del riesgo de traumatismos en dientes protruidos (que sobresalen): estas piezas están en mayor riesgo de ser dañadas por lesiones. Al corregir este problema, se reduce el riesgo de traumatismos dentales. 

-Tratamiento más corto y menos complicado en la adolescencia: al resolver ciertos problemas ortodónticos en una etapa temprana, el proceso necesario durante la adolescencia puede ser más corto y menos complejo. 

El tratamiento precoz en ortodoncia, también denominado ortodoncia interceptiva, se refiere al realizado en la etapa infantil. Como decimos, el objetivo principal es corregir problemas del desarrollo dental y óseo para prevenir o minimizar complicaciones futuras como mordidas incorrectas, apiñamientos dentarios o posiciones anómalas de la mandíbula. 

Lógicamente, hay que hacer una exploración y un análisis en profundidad de cada caso. Consúltanos. Nuestros especialistas te guiarán y te indicarán el momento idóneo para tomar medidas.

La encía es el tejido conectivo fibroso que está alrededor de los dientes y cubre el hueso alveolar. Su función principal es soportar y mantener los dientes en su sitio. 

Una encía sana es rosada, punteada, dura y tiene una sensibilidad limitada al dolor, la temperatura y la presión. Los cambios en el color, la pérdida de punteado o la sensibilidad anormal son signos tempranos de inflamación o sangrado de las encías. Mantener unos buenos hábitos de higiene oral, puede ayudar a prevenir la enfermedad y la posible pérdida de piezas dentales. 

Hay dos patologías a tener en cuenta, que dependen de su gravedad: la gingivitis y la periodontitis. La primera es un estadio reversible de la enfermedad. La segunda no lo es y, por eso, es importante acudir a un odontólogo que diagnosticará y pautará un tratamiento que logre evitar el avance y la pérdida adicional del hueso o de alguna pieza. 

Las encías son esenciales en la salud dental. Absorben la presión generada durante la masticación. Si no fuera así, dicha presión recaería de forma directa sobre los huesos, ocasionándoles daños a largo plazo. Contienen una red de pequeños vasos sanguíneos que suministran sangre y nutrientes a los dientes y los huesos maxilares. Esto ayuda a mantener la salud de todo el sistema maxilofacial y promueve su crecimiento y desarrollo. Además, ayudan a proteger contra la caries dental al formar una barrera entre los dientes y las bacterias. Cuando las encías se inflaman o se infectan, esta barrera protectora se debilita, lo que puede aumentar el riesgo de patologías orales. Otra de sus funciones es mejorar la estética y la apariencia de la sonrisa. Al dibujar sutilmente el contorno de la corona de cada elemento dental, las encías dan un aspecto armónico a la dentadura. 

Para su cuidado, podemos optar por un cepillo cuyas cerdas sean suaves, para que no haya inflamación o irritación. No hay que ejercer demasiada presión, sino ir haciendo movimientos de barrido desde la zona gingival hasta el final de la pieza dental. Siguiendo esta técnica lograrás eliminar las bacterias que se depositan en esa zona. Ten en cuenta que entre cada pieza es posible encontrarnos un pequeño hueco, llamado espacio interdental. El acceso a dicha zona resulta complicado para el cepillo de dientes convencional, por lo que será recomendable utilizar otro tipo de elementos de higiene que retiren los restos de alimentos: seda dental, cepillos interproximales, colutorios o irrigador bucal.

Es importante también saber que, si el paciente tiene factores de riesgo que aumentan las posibilidades de contraer periodontitis, como la boca seca, el consumo de determinados medicamentos o el tabaquismo, será necesaria una limpieza profesional con mayor frecuencia. 

Si notas algún síntoma extraño, como sangrado, dolor o rojeces, es posible que estés desarrollando algún problema periodontal. Acude a tu especialista.

El blanqueamiento dental es un tratamiento muy demandado debido a la importancia que la sociedad da a la imagen personal. Cada vez nos preocupamos más por tener unos dientes sanos, blancos y perfectamente alineados. 

Una primera opción para tener nuestros dientes más blancos es una limpieza profesional en Clínica. Este tratamiento no blanquea, pero sí elimina la suciedad y las manchas que puedan tener las piezas dentales. Nuestras higienistas emplean equipos de última generación que liberan a tus dientes de todo el sarro acumulado y cristalizado. También se emplean herramientas que pulen los restos dejando el esmalte natural liso y brillante. El proceso es rápido e indoloro y puede ser el paso previo para otros tratamientos. 

El blanqueamiento dental se puede realizar en Clínica, en una sesión en la que se aplica a los dientes un gel a base de peróxido de hidrógeno que reacciona con determinada luz led o láser. Los resultados son inmediatos, aunque el agente blanqueador continúa activo durante 24 horas después de su aplicación. 

También contamos con un blanqueamiento dental con férulas en casa o ambulatorio. Siempre se realizará bajo supervisión del dentista, que explicará la manera correcta de llevarlo a cabo y puede pautar un seguimiento del proceso. 

Es importante recalcar que este tratamiento no es una técnica de por vida, es temporal y en manos del paciente está (gracias a sus cuidados) alargarlo al máximo. Mediante una higiene bucodental disciplinada y un control de los alimentos que consumimos lograremos prolongarlo en el tiempo. 

Otra de las opciones que ofrecemos, con un objetivo puramente estético, son las carillas dentales. Unas láminas muy finas que se adhieren al diente y proporcionan soluciones a problemas como el oscurecimiento dental, la posición de los dientes o su forma. Es un tratamiento cómodo e indoloro que permite al paciente tener una sonrisa perfecta, uniforme y blanca. Es duradero y mínimamente invasivo.

Consúltanos. En el Centro Odontológico ALAIA te informaremos de todo lo que debes saber sobre el blanqueamiento dental. La recomendación más importante es que lo lleves a cabo siempre con el asesoramiento de profesionales. No pongas en riesgo tu salud. 

Las personas diabéticas presentan una disminución de la capacidad defensiva de los tejidos, con lo que tienen un mayor riesgo de padecer infecciones y otras enfermedades a nivel de la boca, sobre todo, en aquellos casos en los que existe un mal control de la enfermedad. 

Cada vez hay más personas que son diabéticas. También hay un porcentaje alto que aún no han sido diagnosticadas, pero padecenesta patología.

Para las personas con diabetes es muy importante extremar la higiene bucodental, así como llevar un estricto control de sus niveles de glucosa en sangre. Un nivel alto, es una de las principales causas de sufrir una enfermedad en las encías, como la gingivitis o la periodontitis, llegando en muchos casos incluso a la pérdida de piezas dentales. 

Hay una serie de patologías orales más frecuentes cuando el paciente es diabético:

-La tendencia a la caries y la gravedad de las mismas es mayor en las personas diabéticas mal controladas.

-Hay estudios que demuestran una relación directa entre la diabetes y la enfermedad periodontal. La primera incrementa la prevalencia, incidencia y severidad de la segunda.

-Los pacientes diabéticos tienen más probabilidad de desarrollar candidiasis en el interior de la boca.

-Asimismo, son más susceptibles de padecer úlceras.

-En la lengua pueden aparecer fisuras u otras alteraciones. A veces, se acompañan de ardores.

-Algunas medicaciones para esta enfermedad generan o complican la xerostomía (boca seca).

Por consiguiente, nos damos cuenta de que se trata de un círculo vicioso: la diabetes influye en el mal estado de nuestra salud dental y estas patologías orales también afectan de forma negativa al control del azúcar en sangre. 

Lo importante es ser estricto y no abandonar la rutina de salud bucodental. Evitar el tabaco y llevar un estilo de vida saludable, sin excesos, también será de gran ayuda. La relación con los profesionales de la salud bucal debe incrementarse en el caso de los pacientes diabéticos. La frecuencia de las revisiones y las informaciones que el paciente debe suministrar al especialista son clave para que éste planifique un tratamiento adecuado.

El Consejo General de Dentistas promueve durante el mes de noviembre una nueva campaña sobre el cáncer oral. Se espera que esta iniciativa tenga el mismo éxito que en ediciones pasadas, en las que participaron más de 1.500 clínicas dentales, entre ellas ALAIA.

Gracias a esta campaña, las personas mayores de 45 años que estén interesadas, podrán pedir cita previa para una revisión dental gratuita en la que se prestará especial atención a posibles señales vinculadas a esta patología. El dentista realizará una evaluación exhaustiva de toda la cavidad bucal (mejillas, labios, lengua, paladar y encías).

Según ha explicado el presidente del Consejo, Óscar Castro, más del 70 por ciento de los cánceres orales están precedidos por lesiones bucales potencialmente malignas. Si en la exploración se detectan anomalías, como úlceras, bultos o algunos tipos de manchas, se recomendarán pruebas adicionales, como una biopsia, para obtener un diagnóstico definitivo. 

Es importante que el paciente esté informado sobre los factores de riesgo y cómo realizar periódicamente un autoexamen de la boca. Se pueden detectar posibles signos de la enfermedad que luego serán analizados por el especialista. Es importante también educar en la cultura de la prevención y evitar ciertos hábitos nocivos como el tabaco y un consumo excesivo de alcohol. Desde hace unos años, la infección por papilomavirus humano (VPH) y el uso de vapeadores y cigarros electrónicos se están convirtiendo en factores de riesgo emergentes. 

En sus primeras etapas, los signos del cáncer oral pueden pasar inadvertidos, por eso, desde el Centro Odontológico ALAIA insistimos en la importancia de acudir a las revisiones periódicas, para que cualquier lesión maligna o potencialmente maligna pueda ser detectada a tiempo. Anualmente, en España mueren alrededor de 1500 personas por cáncer oral, algo que se podría evitar con un diagnóstico precoz, puesto que se elevaría la tasa de supervivencia al 90 por cien. Son cruciales la educación de la sociedad, la capacitación de profesionales y la promoción de políticas de salud efectivas que fomenten la prevención y el control de esta enfermedad. Vigilando y acudiendo a consulta para poder actuar rápidamente, podemos combatir el cáncer oral y sus consecuencias. Para esto, el papel del dentista es fundamental. Si tienes más de 45 años, pide cita previa en ALAIA para una revisión gratuita. Dedicamos el mes de noviembre a combatir esta patología. No lo dejes para mañana: di sí a la vida, vigila el cáncer oral. 

Una mala higiene bucodental favorece la aparición de enfermedades cerebrovasculares. Aunque hace falta más investigación al respecto, varios estudios han demostrado que la periodontitis o la falta de piezas dentales pueden aumentar la posibilidad de padecer este tipo de patologías. 

Las enfermedades bucodentales no solo se asocian ahora a un mayor riesgo de ictus, sino que estudios anteriores ya certificaban su vinculación a problemas cardíacos y otras afecciones como la presión arterial alta. 

Un ictus es un trastorno circulatorio por el que se obstruye o rompe alguno de los vasos que riegan el cerebro. Los datos indican que cada año lo padecen entre 120 mil y 130 mil personas en España. De ellas, alrededor de 80 mil fallecen o padecen algún tipo de secuela grave. Prevenir un ictus, evidentemente, no siempre es posible, pero sí hay factores de riesgo que pueden favorecerlo, entre ellos, la periodontitis. 

Para entenderlo, hay que señalar que la periodontitis es una enfermedad infecciosa que afecta a las encías y se manifiesta en forma de inflamación y sangrado. A la larga, puede provocar la movilidad dental y la pérdida de piezas. Además, hay otra consecuencia que no es tan evidente y supone un riesgo para el organismo. La causa de la periodontitis son las bacterias que colonizan la boca. Estas bacterias forman bolsas bajo la encía y pueden alcanzar el torrente sanguíneo. Si eso ocurre, una de las posibilidades es que lleguen a alguna de las arterias que riegan el cerebro. De manera indirecta y, sobre todo, si esos vasos están debilitados por la edad o por otra patología, contribuyen a su obstrucción y ruptura. Esto no quiere decir que aquellas personas que sufran periodontitis están condenadas a sufrir un ictus. Los resultados de las investigaciones no son concluyentes, pero sí apuntan a que una mala salud oral podría ser un factor más de riesgo. Por lo tanto, una de las formas de prevenir es cuidar nuestra boca. 

Es importante cepillarse los dientes, al menos, dos veces al día con pasta dentífrica con flúor y usar regularmente la seda dental.

Además, hay que pautar en nuestra agenda la visita periódica al dentista. Cada vez más personas son conscientes de que la salud oral es imprescindible para una buena salud general de nuestro organismo. 

Es una enfermedad de origen bacteriano que se manifiesta en dos estados: la gingivitis y la periodontitis. Evoluciona de un modo más o menos agresivo dependiendo de la susceptibilidad de la persona a esta patología. No obstante, existen otros factores, llamados de riesgo, que pueden alterar el curso de la enfermedad. 

Una higiene oral insuficiente: 

Es un factor fundamental ya que permite el acúmulo de placa bacteriana, causante de la enfermedad periodontal. Insistimos en la importancia de una limpieza bucal diaria, con un cepillado correcto y el uso de hilo dental.

Diabetes y enfermedades sistémicas:

Estas enfermedades aumentan la susceptibilidad a padecer una patología periodontal. Es necesaria una atención especializada y trabajar en estrecha colaboración con otros profesionales de la salud para un enfoque integral. 

Tabaco y consumo de alcohol:

Los productos químicos presentes en el tabaco pueden dañar las encías, alteran la respuesta inmune y afectan a la cicatrización en caso de intervención. La enfermedad periodontal puede llegar a evolucionar hasta siete veces más rápido en presencia de tabaco.

En cuanto al alcohol, diversos estudios han demostrado que tiene un impacto negativo en la microbiota oral ya que también altera la respuesta inmunitaria, así como la regeneración ósea. 

Uso de ciertos medicamentos:

Ciertos antidepresivos y algunos anticonceptivos pueden llegar a tener impacto en la salud bucal, particularmente en las encías. Suelen generar sequedad bucal.

Cambios hormonales: 

Los trastornos hormonales, como los experimentados durante el embarazo o la menopausia, pueden tener un impacto directo en la salud oral, también especialmente en las encías. Son momentos que requieren de una atención dental especializada. 

Estrés y salud mental:

El estrés crónico puede afectar negativamente a la salud periodontal al comprometer el sistema inmunológico y aumentar la inflamación.

Genética y antecedentes familiares:

Los factores genéticos desempeñan un papel crucial en la predisposición a padecer gingivitis o periodontitis.

Estos son los factores de riesgo más importantes de la enfermedad periodontal. Comprenderlos es esencial para prevenir y tratar este tipo de patologías de manera efectiva. En el Centro Odontológico ALAIA te ofrecemos asesoramiento personalizado y soluciones adaptadas a las necesidades individuales de cada paciente. Pide cita previa. 

Si no tratamos una caries, puede causarnos dolor e infecciones sistémicas. Es la enfermedad crónica más extendida en todo el mundo, a pesar de ser prevenible.

El objetivo de esta jornada, que se celebra a nivel internacional, es concienciar a la población sobre la importancia de la prevención a la hora de afrontar esta patología. Se ha demostrado que el cepillado diario con una pasta dental con flúor es la forma más eficaz de prevenir la caries y el deterioro de los dientes. En combinación con el uso de hilo dental, el cepillado es indispensable para tener una dentadura limpia y libre de residuos de alimentos. 

Sin embargo, a pesar de esto, much@s adultos no se cepillan los dientes con regularidad, o no lo hacen de la manera correcta. Por consiguiente, trasladan este mal hábito a sus hij@s. 

Prácticamente, todas las personas que tienen dientes pueden sufrir de caries, incluso los bebés. De no tratarse, puede extenderse hacia las capas más profundas de las piezas dentales y causar un dolor intenso, así como infecciones, hipersensibilidad, manchas e, incluso, la pérdida del diente afectado. Además, la caries puede ocasionar otras enfermedades como infecciones que destruyen los tejidos blandos y el hueso de soporte de los dientes. 

Por otro lado, para mantener una boca sana, es necesario reducir el consumo excesivo de azúcares, evitar el tabaco y acudir periódicamente al dentista para realizar una revisión más en profundidad. 

Además de una mala higiene oral, hay otros factores que también pueden influir en la aparición de caries como la genética, la morfología dental o la resistencia a la desmineralización. 

Desde el Centro Odontológico ALAIA te animamos a mantener los hábitos necesarios para un estricto cuidado dental. Nuestro equipo te ayudará a prevenir la caries y a mantener una sonrisa saludable y libre de enfermedades. 

Se trata de una maloclusión en la que se observa que las piezas dentales no están alineadas o no encajan al cerrar la boca, quedando los dientes superiores por detrás de los inferiores.

Según en qué zona de la boca se localicen, las mordidas cruzadas pueden clasificarse en:

-posteriores: cuando afecta al área de premolares y molares.

-anteriores: cuando afecta a la zona de incisivos.

En cuanto a la causa, puede ser por un factor hereditario. La genética influye mucho en la salud bucodental y, en este caso, puede tener un papel relevante. El origen también puede estar enhábitos como respirar por la boca en lugar de por la nariz, colocar la lengua de una forma incorrecta o chuparse el dedo. Incluso podemos llegar a una mordida cruzada cuando los dientes temporales no se caen en el momento que deben y causan una malposición del permanente o cuando hay una lesión traumática que provoca un desplazamiento. 

El tratamiento de la mordida cruzada es más fácil durante la infancia al ser una etapa en la que existe todavía crecimiento. Consiste en la colocación de un expansor en el paladar para ampliar el tamaño de la arcada. En los adultos, al haber finalizado el crecimiento de los huesos, muchas veces hace falta recurrir a la cirugía para poder encajar correctamente las arcadas superior e inferior. 

Si la mordida cruzada tiene su origen en las piezas dentales, será necesario utilizar una ortodoncia para corregir el problema. Dependerá de la circunstancia del paciente y de las recomendaciones que le haga su ortodoncista.

Lo cierto es que todo tratamiento para solucionar este problema será mucho más efectivo si se aborda de manera temprana. Por ello, te aconsejamos que pidas ya tu cita si comienzas a observar en tu hij@ cualquier síntoma de este tipo de maloclusión. Estudiaremos el caso y valoraremos la mejor solución.

Si la mordida cruzada no se corrige, podrá ocasionar complicaciones en el desarrollo y crecimiento de la estructura facial. Asimismo, puede favorecer problemas en la dentición, en la estructura muscular, ósea y articular de la zona. También derivado de esta maloclusión podemos padecer ronquidos crónicos, gingivitis o cefaleas recurrentes.

Se trata de una complicación que se produce con poca frecuencia tras la extracción de una pieza dental y, más habitualmente, cuando se trata de la muela del juicio o de una muela infectada. 

Cuando se extrae la pieza, se forma un coágulo de sangre que sella el hueco que deja el diente, lo que permite que la herida se cure y cicatrice con completa normalidad. El problema aparece cuando este coágulo se cae o se rompe, ya que deja expuestos los nervios y el hueso a la acción de la flora bacteriana de la cavidad oral, así como a otros agentes patógenos que acceden al organismo por la boca. Esto produce un fuerte dolor ocasionado, principalmente, por la inflamación que desarrolla. No es una afección especialmente grave, pero sí bastante molesta para quienes la padecen. Además, la exposición de la cavidad retrasa la curación. 

Esta complicación puede aparecer durante los primeros cinco días posteriores a la extracción. Hay unos factores de riesgo concretos como son el hábito de fumar, el consumo de corticoesteroides y el uso de anticonceptivos orales, por los estrógenos que contienen. También es factor de riesgo no seguir las pautas de actuación, posteriores a la extracción, que nos dará nuestro dentista. 

La primera señal que nos puede hacer sospechar de una posible alveolitis es que aparezca un dolor agudo tras habernos realizado la extracción dental. Este dolor puede irradiarse hacia el lateral de la cara. También se pueden inflamar los ganglios situados bajo la mandíbula y el cuello y puede aparecer la fiebre, así como un sabor desagradable en la boca. 

Normalmente, el odontólogo prescribe un tratamiento preventivo tras la intervención. Es importante la limpieza de la cavidad oral mediante enjuagues con colutorios que contengan clorhexidina(siempre tras las primeras 24 horas post extracción). También será importante seguir las recomendaciones del especialista en relación a la alimentación e ingesta de líquidos. 

Si se llevan a cabo todas las medidas preventivas mencionadas y, aún así, se produce la alveolitis, el tratamiento consistirá en el uso de antiinflamatorios (para reducir la inflamación y el dolor) y de antibióticos orales (para combatir una posible infección). Normalmente, la alveolitis suele desaparecer al cabo de unos diez días. De no ser así, la recomendación es volver a acudir al odontólogo para valoración y diagnóstico. 

Pide cita en ALAIA ante cualquier duda. Tendrás a tu disposición un equipo de profesionales especializados en las distintas ramas de la Odontología. Porque una boca sana es el inicio de un cuerpo saludable.