El flúor es un elemento químico que ayuda a fortalecer los dientes, previene la caries y permite remineralizar el esmalte.

Sin embargo, si se administra mal, puede generar importantes problemas. Denominamos fluorosis dental a un trastorno del diente causado por la ingesta excesiva o continuada de flúor durante el periodo de formación de la pieza dental. Por lo tanto, los niñ@s son más propensos a sufrir esta patología, sobre todo, en edades inferiores a los 8 años.

La fluorosis provoca una desmineralización del esmalte o la dentina, causada por un aumento de la porosidad, que se traduce en un aspecto anómalo de los dientes: estrías o líneas, manchas blancas opacas y, en casos severos, esmalte quebradizo con manchas marrones.

Las pastas dentales suelen contener flúor, que ayuda a prevenir la caries. Su uso es seguro, siempre y cuando se sigan las cantidades recomendadas según la edad. Otra fuente de fluoruro es el agua. En algunas partes del mundo, los suministros de agua natural contienen altos niveles de flúor, dando como resultado una amplia fluorosis dental en la población. Desde 2011 la concentración recomendada en el agua potable por las autoridades sanitarias es de 0,7 mg/l.

También hay alimentos que contienen altas cantidades de flúor, como las sardinas, el salmón, el bacalao, las espinacas o la lechuga. Hay que tenerlo en cuenta.  

Para prevenir esta malformación en el esmalte es necesario no suministrar a nuestros hij@s suplementos nutricionales que contengan flúor, si no están prescritos por un especialista. Hay que usar pasta de dientes, acorde a la edad, y según las indicaciones del odontólogo. También controlar el nivel de flúor de los colutorios que usamos. Además, si los niveles en el agua potable que consumimos son muy altos, podemos optar por el agua mineral embotellada.

En cuanto al tratamiento para la pigmentación provocada por la fluorosis, variará dependiendo del tipo y gravedad de la mancha, por lo que será necesaria una valoración previa en la consulta del dentista. Hay opciones como la eliminación de manchas con un blanqueamiento dental, reconstrucciones estéticas, coronas o carillas. En pacientes con casos leves, realizar una limpieza dental de la mano de un profesional puede aportar grandes beneficios.

Y recuerda, cuanto antes se produzca el diagnóstico, más eficaz será el tratamiento.

Somos especialistas en estética dental. Consulta tu caso.

Las encuestas dietéticas mundiales, repetidas a lo largo de tres décadas, indican que los niveles de ingesta de este tipo de bebidas han aumentado notablemente. De hecho, se considera ya un problema de salud pública que cada vez afecta a personas más jóvenes. Diversos estudios científicos han demostrado que existe una asociación entre la cantidad y la frecuencia de la ingesta de estos productos y la erosión dental y la hipersensibilidad. 

Lógicamente, estamos hablando cuando hay un consumo diario y excesivo. En este caso, podemos llegar a hablar de desgaste dental en los tejidos duros del diente: esmalte y/o dentina, por el efecto de un agente químico (contienen ácido fosfórico), lo que puede derivar en consecuencias en el estado general de nuestra boca. Son bebidas tan corrosivas que también pueden manchar los dientes.Se combinan dos factores negativos: alto contenido de ácidos y alto porcentaje de azúcares.

Son igual de dañinas las bebidas light, porque también generan un ph muy ácido. 

La higiene oral tras su ingesta es necesaria, pero no suficiente para evitar estos problemas, ya que el azúcar que contienen alimenta a los microorganismos que dan lugar a las caries.

Si has tomado una bebida azucarada o carbonatada, no cepilles los dientes inmediatamente después, ya que el esmalte está débil y puedes dañarlo. Lo mejor es beber un vaso de agua para “limpiar” la boca y esperar unos 30 minutos para lavarlos con el cepillo y el dentífrico.

Es fundamental llevar a cabo un diagnóstico precoz de la enfermedad. Lo ideal sería detectarla cuando únicamente se haya visto afectado el esmalte, ya que así se puede actuar con una rehabilitación mínimamente invasiva, conservando la mayor estructura dentaria y evitando tratamientos más agresivos.

Cuando se ve afectado el esmalte de forma notoria, el avance de la enfermedad es mucho más rápido, ya que la dentina (el tejido que hay justo debajo del esmalte) es mucho más blanda y, por tanto, se desgasta con mayor facilidad. 

La mayoría de los refrescos pueden contener la equivalencia de hasta 21 terrones de azúcar en una sola lata. Cada vez que tomamos una de estas bebidas, los dientes sufren un “ataque ácido” hasta pasada una hora de su ingesta. Esto es debido a que el azúcar que contienen reacciona con las bacterias que se encuentran en nuestra placa dental y produce ácidos muy dañinos.

Lo ideal es consumir con moderación este tipo de bebidas, especialmente los más pequeños. Si las tomamos, la recomendación es dar sorbos rápidos, ya que causará menos estragos en la salud. Incluso utilizar una pajita, para reducir el impacto de los ácidos y azúcares en los dientes. Tras el consumo, enjuagarse la boca con agua y más de media hora después realizar el cepillado con pasta que contenga flúor. Durante la noche, se produce menos saliva, por tanto, el azúcar y ácido pueden causar más daños a la salud bucodental.

Da ejemplo a tus hij@s y anímales a consumir otro tipo de bebidas.

Los últimos estudios epidemiológicos realizados a niñ@s en nuestro país, indican que casi el 20 por ciento tiene alguna caries a los 3 años y el 40 por ciento a los 5 años. 

El mejor enfoque, sin duda, es la prevención y la educación en esta materia, ya que la caries en la infancia tiene repercusiones en la salud general de los pequeñ@s. La higiene bucodental debe ser estricta, para ir generando una rutina y una disciplina.

Debemos promover una cultura de salud oral en el hogar para asegurar unos cuidados apropiados y constantes desde los primeros meses de vida. 

La caries dental no es un problema sólo de la edad adulta. De hecho, es uno de los diagnósticos más frecuentes en la odontología pediátrica.

En las edades más tempranas (hasta los 5 años), la caries infantil aparece por una ingesta frecuente de azúcares, la falta de higiene bucodental o el mal hábito de dormir con el biberón dentro de la boca. Los dientes de leche están más desprotegidos que la dentadura definitiva y sufren daños más rápido y con mayor intensidad. 

Si la infección al diente de leche llega al hueso que hay entre el diente temporal y el definitivo y afecta al germen permanente, puede crear una bolsa de pus que afecte a la pieza final. 

Los dientes temporales desempeñan unas funciones orales de vital importancia. Perderlos de manera prematura puede acarrear una alteración en el orden natural y correcto de los dientes definitivos, así como una colocación incorrecta de éstos. También puede dificultar la función de masticación o el habla. Hay que dejar de pensar que los dientes de leche, como se caen, no se tienen que cuidar.

En los niños y niñas mayores, la caries puede darse por una mala higiene oral y una importante presencia en la dieta de alimentos muy azucarados o con alto contenido en carbohidratos.

Si detectamos una caries infantil en casa es que está en fase avanzada y el diente está muy dañado. Una primera señal es el cambio de color de la pieza dental, que pierde brillo y va evolucionando de amarillo a negro. La fase más visible es cuando aparece un agujero en el esmalte. Esta destrucción del diente indica que la caries está en una fase avanzada. 

Esta patología es sigilosa y, muchas veces, difícil de detectar en casa en los primeros momentos. Por consiguiente, es necesario realizar revisiones periódicas para llevar a cabo una valoración completa. También durante el primer año de vida. Es importante cuidar y conservar los dientes de leche, tal y como se hace con los dientes definitivos. 

El tratamiento de la caries infantil es variado ya que dependerá de la afección o no de la dentición definitiva, la edad del niñ@ y la evolución de la patología. Debemos intentar siempre que el mejor tratamiento sea una buena prevención. 

Las recomendaciones, por tanto, son: una adecuada y constante higiene oral, aporte de flúor, dieta sana y revisiones periódicas en el especialista. La Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) recomienda que los niñ@s visiten al dentista cada 6 meses por prevención. 

Solicita tu cita en ALAIA, tu hij@ lo agradecerá.

Al igual que ocurre con la piel o con la alimentación, cuando llega la época estival debemos cuidar más nuestra boca. 

Y es que la llegada de esta estación conlleva muchas alteraciones en nuestros hábitos diarios y esto puede ser crucial para nuestro estado de salud. Nos relajamos en muchos aspectos ya que el verano es sinónimo de diversión y ruptura con la rutina diaria que llevamos el resto del año.

No obstante, a nivel de salud bucodental, podemos seguir unos pequeños consejos que nos ayudarán a afrontar el otoño:

-Es cuando más lo necesitas: extrema la higiene oral. El cepillo y la pasta dentífrica deben viajar con nosotr@s allá donde vayamos. Si añadimos el hilo dental, nuestra limpieza será más profunda y adecuada. Así, evitaremos acumular placa bacteriana. 

-Las férulas de retención o de descarga no se pueden quedar en casa. Da igual si viajamos para un fin de semana o para 15 días. Si no forman parte de nuestro equipaje, es muy probable que, a la vuelta, no se ajusten a nuestra boca. 

-Cuidado con el azúcar. Helados, golosinas, bebidas azucaradas o dulces aparecen en mayor medida en nuestra dieta y es el ingrediente preferido por la caries. Plántale cara con un buen cepillado dental.

-Bebe más agua. Ayudará a generar saliva, que posee agentes antibacterianos que protegen los dientes y encías. Aumenta el consumo de alimentos frescos: verduras, frutas y hortalizas. También te mantendrán hidratad@.

-Cuida la sensibilidad dental evitando tomar productos que estén extremadamente fríos. Nos generarán una reacción extrema y dolorosa. 

-Si tomamos más alcohol o fumamos, puede aparecer el mal aliento. Utiliza un buen colutorio y cepilla tus dientes rigurosamente. 

-Usa protector bucal si practicas deportes de impacto o de riesgo. Sobre todo, si llevas brackets.

-Y recuerda que los labios también necesitan protección solar para prevenir el cáncer en esta parte de la boca.

Unos pequeños consejos que, seguro que ya conoces, pero que además debes poner en práctica. Y ante cualquier duda o dolencia, acude al Centro Odontológico ALAIA. Te ayudaremos a pasar un mejor verano. 

Evita excesos y falta de cuidados y no lo lamentarás en septiembre.

Los odontólogos tienen un papel muy importante a la hora de cuidar la salud de sus pacientes. En ocasiones, son los primeros en observar señales y síntomas de una posible patología que todavía no se ha diagnosticado y que da la cara en la boca.

Por ejemplo, los trastornos alimenticios afectan claramente a la salud bucal de las personas y, en ocasiones, es el dentista el primero que detecta que algo está pasando. 

Tanto la anorexia nerviosa como la bulimia son desórdenes, dentro de la alimentación, que ponen en alto riesgo el estado de salud general.

La bulimia se caracteriza por atracones habituales de comida, seguidos de vómitos provocados y, a menudo, también el uso de laxantes. Al vomitar, el ácido estomacal hace que los dientes cambien de color y se vuelvan amarillentos e, incluso, pueden llegar a desgastarse. Los bordes de los dientes se hacen delgados y se fisuran con facilidad. En esta situación, comer o beber algo caliente o frío puede llegar a ser incómodo porque genera mucha sensibilidad. Son habituales las llagas en la boca, por eso, a veces somos los profesionales de la odontología los primeros que detectamos esta patología.

La caries dental también puede ser más prevalente en estos pacientes y, si hay una higiene oral deficiente, aumenta el riesgo de enfermedad periodontal, que afecta a las encías y al hueso de soporte dental. 

En cuanto a las personas que sufren anorexia, son aquellas que presentan un miedo extremo y descontrolado a aumentar de peso y se obsesionan de tal manera que evitan alimentarse por todos los medios. Llegan a tener una percepción distorsionada del volumen y forma de su cuerpo. Se someten a estrictas dietas, ayunos y se exceden con el ejercicio físico de tal manera que, todos estos factores, provocan un debilitamiento de los huesos y muchas de estas personas sufren osteoporosis. A consecuencia de ello, se debilita la masa ósea de los maxilares y se puede producir la pérdida de piezas dentales, así como serios problemas en las encías. 

En lo referido a salud oral, sin la nutrición apropiada, las encías y otros tejidos blandos dentro de la boca pueden sangrar con facilidad.

Además, las glándulas que producen la saliva pueden inflamarse y se puede experimentar el síndrome de la boca seca.

Se calcula que en España hay unas 400 mil personas con TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria), según datos de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB). La pandemia por la Covid-19 ha agravado la situación y los casos se han triplicado con respecto a 2019.

En ALAIA, consideramos que hay que estar atentos a las señales que nos da la boca para detectar a tiempo estos trastornos.

Esto repercutirá favorablemente en el pronóstico de unos procesos de evolución compleja y prolongada.

La salud empieza por la boca.

Abusar del consumo de dulces y golosinas no es bueno para tus dientes ni para tu salud en general. Varios estudios científicos han demostrado que las personas que se exceden con este tipo de productos, con frecuencia, tienen un riesgo muy alto de desarrollar caries y otras enfermedades. Por eso, hay que intentar reducir su consumo al mínimo. 

Dentro del ranking de las más perjudiciales, tenemos en tercer lugar las que se mastican, ya que están menos tiempo en el interior de nuestra boca: bombones y golosinas de chocolate.

En segundo lugar, tenemos las chucherías para chupar, que acumulan el azúcar en nuestra saliva y la dispersan por toda la boca. 

Y en primera posición encontramos las gominolas blandas, que se adhieren con fuerza a nuestras muelas y terminan por dejar restos sobre ellas, lo que las hace permanecer ahí más tiempo del deseado y aumenta la probabilidad de caries. 

Mención aparte merecen los caramelos más duros ya que, además de añadir azúcar a nuestro organismo, pueden llegar a causarnos problemas en los dientes, como fisuras o incluso rotura de alguna pieza. 

Un alto consumo de azúcares y glucosa nos puede llevar a otros problemas sistémicos como la obesidad, diabetes o problemas cardiovasculares. 

Hay que aclarar que el azúcar no es el responsable directo de la caries, sino las bacterias en tu boca. El azúcar que se encuentra en dulces y golosinas es el “combustible” que utilizan esas bacterias, que ya están en los dientes, para formar la caries. Mientras la saliva y nuestra dieta aportan nutrientes y minerales buenos para la dentadura, los azúcares tienen el efecto contrario. Cuando nos alimentamos, los dientes quedan recubiertos de una fina película, conocida como placa bacteriana. Esta placa contiene muchas bacterias y otros microorganismos que utilizan el azúcar en los dulces para producir ácidos que erosionan y debilitan los tejidos de los dientes, destruyéndolos lentamente y formando la caries. 

Pero, además, un consumo abusivo de caramelos y golosinas puede generar otros problemas, como la inflamación de las encías, enfermedad periodontal, fracturas dentales o halitosis. 

Los chicles son un tipo de golosina especial ya que, siempre que sean sin azúcar, ayudan a producir más saliva y, por tanto, después de comer, refuerzan esa barrera natural contra las bacterias que impedirá la acumulación de azúcares y ácidos. Si consumimos chicles con xilitol, reforzaremos además las propiedades antibacterianas de la saliva.

Lógicamente, hemos de tener precaución con los chicles en caso de llevar ortodoncia o si sufrimos bruxismo. En este último caso, el hecho de mascar puede favorecer trasladar la sobrecarga nocturna de nuestros dientes a otras horas del día. Y recordamos que un chicle nunca debe sustituir al cepillado con pasta dentífrica. 

Lo más importante es aplicar el sentido común. Es decir, que el consumo de golosinas no se convierta en rutina. Y aquí recordamos que no se trata sólo de dulces y caramelos, también zumos envasados y bebidas refrescantes.

Educa a tus hij@s en un estilo de vida saludable. 

Una luxación dental tiene lugar cuando alguna de las piezas dentales se ve afectada por un traumatismo o golpe intenso que genera el desplazamiento horizontal, vertical, interno o externo de su posición natural. Puede provocar una mayor separación o incluso la pérdida de la continuidad en la dentadura. 

En la mayoría de los casos, esta situación daña tanto a la pieza como a los tejidos que la envuelven. Lo que el paciente nota es molestia o dolor fuerte al masticar o al tocarse la pieza dental afectada. 

Tras el traumatismo o golpe, debemos acudir a nuestro dentista para que él pueda valorar e identificar rápidamente el tipo de lesión que se presenta, su nivel de afección, así como los tratamientos que requiera. Puede ocurrir que la persona no perciba claramente la gravedad del problema y con el paso de los días la pieza dental comience a doler y haya una primera señal de alarma.

Por eso es mejor adelantarse a los acontecimientos y que el especialista pueda hacer un primer diagnóstico que descarte problemas mayores. 

En cuanto al tratamiento, dependerá del grado de luxación que se presente. El especialista realizará un estudio para proceder según requiera la situación:

-recolocación de la pieza dental (evaluando la mordida).

-inmovilización de la pieza dental (usando alambres o composite).

-cirugía (con un control posterior para evaluar la evolución).

Los traumatismos dentales son muy frecuentes en la infancia y adolescencia. Se considera que es la segunda causa de demanda de asistencia odontológica urgente en estos tramos de edad, tras la caries dental. Nunca hay que restarles importancia, aunque sea un diente de leche o el golpe no haya sido muy intenso. Es mejor hacer un análisis clínico y controlar de qué manera ha sido afectada la dentadura por el impacto recibido. Hay multitud de opciones restauradoras.

Es muy importante el factor “tiempo”. Desde que se produce el traumatismo hasta que se acude al dentista, ha de transcurrir el menor tiempo posible ya que, aunque inicialmente pueda parecer un desplazamiento de la pieza dental no muy grave, es necesario un diagnóstico urgente del especialista. 

Para poder establecer un plan de tratamiento adecuado y con las menores repercusiones para el paciente, estéticas y funcionales, es necesario actuar con rapidez. 

Ante una luxación, mantén la calma, llama a ALAIA y nuestro equipo odontológico tendrá todo preparado para cuando llegue la urgencia a consulta. 

Un rápido diagnóstico, una exitosa recuperación.

La ausencia de alguna pieza dental es un problema importante que afecta a parte de la población. Las prótesis se encargan de solucionar esta situación, devolviendo al paciente la función estética y masticatoria. 

Los materiales con los que se fabrican las prótesis dentales han ido variando a lo largo de la historia. Desde las primeras reposiciones con marfil e incluso dientes naturales (humanos y animales), han pasado muchos años y hemos llegado a unos materiales actuales e innovadores, que varían dependiendo del tipo de pieza y de su utilidad.

Los más comunes son la resina, la porcelana y el circonio. Normalmente, las prótesis dentales removibles están hechas, en gran parte, de resina con posibles refuerzos metálicos. Las prótesis fijas suelen ser de porcelana, y pueden llevar o no base metálica.

La prótesis dental en porcelana es utilizada para recuperar dientes extensamente cariados o fracturados o para sustituir piezasdentales a través de implantes osteointegrados. Pero la cerámica odontológica, es decir, el término correcto para la porcelana usada en tratamientos dentales, no es igual en todos los casos. Tenemos cerámica feldespática o disilicato de litio.

Utilizar uno u otro dependerá de diversos factores como el tratamiento a realizar, la estética individual o las condiciones naturales de los dientes con los que se va a trabajar. 

En la actualidad, se trabaja también con circonio ya que es un material resistente y que tiene una magnífica estética. Es una alternativa versátil. Inicialmente fue desarrollado para sustituir el metal de las estructuras internas de las prótesis. Las nuevas versiones son más translúcidas y más estéticas y permiten ser utilizadas en coronas y prótesis con resultados óptimos. Hay otros procedimientos odontológicos que también pueden ser confeccionados con este material tan resistente, como la restauración dental o los implantes.

Lo más importante para el Centro Odontológico ALAIA es la utilización de buenos materiales que logren su función y también ser duraderos.

El avance de la tecnología nos ofrece muchas posibilidades a la hora de rehabilitar la pieza afectada. Materiales más estéticos para la parte anterior o más resistentes en caso de restaurar piezas en el sector posterior, como premolares y molares, que hacen mayor fuerza. 

En definitiva, hay que hacer un buen estudio que logrará un tratamiento exitoso. 

Trabajamos con materiales de última generación para lograr los mejores resultados.

Detectamos el sabor de los alimentos gracias a las papilas gustativas. Son pequeños órganos que se encuentran en la superficie de la lengua y en el paladar. Su función principal es lograr el sentido del gusto que, además, está estrechamente relacionado con el olfato.

Los recién nacidos tienen cerca de 10 mil papilas gustativas. La regeneración de éstas se produce constantemente. Según avanza la edad, notamos menos el sabor de los alimentos porque las papilas se van deteriorando con el paso del tiempo y tenemos en menor cantidad que un bebé, aproximadamente la mitad. 

Según su posición en la lengua, nos permiten notar un sabor u otro:

-en la zona trasera y laterales: sabor salado.

-en toda la base lingual: notamos la temperatura y la textura.

-en la punta de la lengua: sabores dulces.

-cerca de la garganta: sabores amargos. 

Hay varias patologías orales que pueden afectar a la lengua y, por lo tanto, a las papilas gustativas. Estas son algunas:

-Glositis: enfermedad inflamatoria que también puede modificar el aspecto y coloración de la lengua.

-Lengua geográfica: se forman unas curiosas manchas blancas en la lengua, precisamente, con forma de mapa.

-Papilitis lingual: se forman granos, muchas veces provocados poralergias, hábitos de nutrición o cuadros de estrés.

-Alimentación: las papilas pueden inflamarse si abusamos de alimentos picantes, ácidos o muy calientes de manera constante. 

-Aftas bucales: es una patología muy habitual. Pueden originarse por mordeduras fortuitas o al masticar. 

-Hongos: la candidiasis oral es una afección bucal que se produce por la presencia de hongos en la boca. Genera daños en las papilas gustativas. Por ello, es importante visitar al dentista si se detectan manchas o inflamación lingual.

-Problemas biliares: si se torna de un color amarillento, puede ser un aviso de que el hígado no funciona bien. 

-Líneas o surcos blancos: debido a una enfermedad autoinmune. 

La lengua suele ser la gran olvidada en nuestra rutina de higiene oral y, como vemos, este músculo es de suma importancia. Sus patologías son una alerta natural de nuestro estado de salud. Por eso, es importante dedicarle tiempo. 

Las bacterias también se acumulan en su superficie y, si no la limpiamos a diario, pueden pasar fácilmente a dientes y encías. 

Para mantener la lengua en buen estado, es importante realizar una limpieza periódica. Al menos una vez al día y mejor antes de acostarse. Basta con rasparla desde atrás hacia la punta y después realizar un enjuague. Puedes utilizar la parte superior del cabezal del cepillo dental. Algunos tienen un diseño especial en esta zona, con una serie de estrías, pensadas para esta actividad. También hay limpiadores o raspadores linguales.

Para la salud bucal es importante tener una lengua limpia y sana.

La enfermedad de las encías (gingivitis y periodontitis) está vinculada, entre otros factores, al control de la glucosa. Por ello, las personas con peor gestión de su glucemia son más propensas a sufrir enfermedades periodontales. 

El Centro Odontológico ALAIA se suma a la campaña promovida por el Consejo General de Dentistas, “Salud Oral y Diabetes”, que se llevará a cabo durante todo el mes de mayo. La campaña de concienciación ofrece una revisión bucodental gratuita a las personas con diabetes que lo soliciten.

La diabetes hace que la sangre circule más lentamente por los vasos sanguíneos, disminuyendo el transporte de oxígeno y la retirada de productos de desecho e incrementando el riesgo de infección gingival. De la misma manera, en los diabéticos mal controlados, los altos niveles de glucosa abonan el terreno al crecimiento bacteriano y, por lo tanto, a la aparición de enfermedades periodontales. Éstas, a su vez, empeoran el control de la glucemia en pacientes diabéticos, al alterar la resistencia a la insulina. 

Esto que contamos ya es motivo suficiente para entender que este tipo de pacientes deben realizar visitas al dentista, al menos, cada 6 meses, al objeto de vigilar posibles patologías bucodentales y evitar un empeoramiento de su patología de base. Sobre todo, se hace más necesaria la revisión si notamos cualquier lesión o alteración en la boca. 

Hay que mantener una buena higiene oral, cepillándose los dientes después de cada comida con un cepillo de cerdas suaves y pasta dentífrica fluorada. En caso de ser portador de prótesis, hay que extremar las medidas de higiene de las mismas diariamente.

Un consejo ineludible es evitar el tabaco. Los diabéticos fumadores, de 45 años o más, multiplican por 20 el riesgo de padecer enfermedad periodontal severa. 

En nuestro país hay 6 millones de diabéticos, una cifra que va en aumento a pesar de que, en el 80 por ciento de las ocasiones, podría prevenirse con unos hábitos de vida saludables. 

Si es tu caso, recuerda que tienes hasta el 3 de junio para contactar con ALAIA y hacerte una revisión gratuita orientada a las personas con diabetes. 

Piensa en tu boca, cuida tu salud.