Las pastas dentales

Ya en el año 5000 a.C., antes incluso de que se inventaran los cepillos de dientes, los egipcios utilizaban una especie de pasta para limpiar su dentadura. También las culturas antiguas, como griegos y romanos, preparaban una pasta dental, así como los habitantes de China y la India, alrededor del año 500 a.C.

Los materiales eran más abrasivos y no tan higiénicos. Algunos de los ingredientes incluían cenizas de pezuñas de buey molidas, cáscaras de huevo quemadas y piedra pómez. Su objetivo al usar estas pastas era similar al de ahora: limpiar dientes y encías, blanquear y refrescar el aliento. 

Afortunadamente, el paso del tiempo y el desarrollo de la civilización nos trajo pastas dentales más parecidas a las de hoy en día, sobre todo, a partir del siglo XIX. Al principio en polvo y, posteriormente, tal y como las conocemos ahora. El mayor avance, sin duda, llegó en 1914 cuando se incorporó el flúor a los dentífricos, ya que sirvió para comenzar a prevenir la caries.

El mercado actual de las pastas dentales incluye diversos ingredientes para combatir la halitosis, el sarro, la gingivitis, la sensibilidad o para blanquear el tono de color de los dientes. En este último caso, hay que subrayar que no son tan eficaces como el blanqueamiento profesional. Realmente, tienen efecto cosmético, pero no blanqueante. Incluso es un tipo de pasta con el que hay que tener cierta prudencia porque, al utilizar materiales abrasivos o químicos, puede dañar el esmalte dental. 

Las pastas contienen varios compuestos. Algunos sirven para humedecerlas y otros para espesarlas o darles sabor. Los agentes abrasivos ayudan a la limpieza. También llevan algún compuesto activo, normalmente el flúor. 

Mención aparte tienen las pastas dentales infantiles. No es lo mismo cuidar de los dientes en formación que de los dientes de un adulto. Este tipo de pastas tienen menos abrasivos, ya que son piezas todavía más sensibles. También suelen llevar menos flúor que las de adultos y están pensadas para que les llame la atención el envase o el color y así se animen a cumplir con su ritual de higiene bucodental.

Elegir el dentífrico correcto, según las necesidades de cada persona, es clave no sólo para mantener y preservar la salud oral, sino también el bienestar y la salud en general. En esto, también podemos ayudarte. Visita nuestro Centro Odontológico y te aconsejaremos sobre la mejor pasta dentífrica en base a tus necesidades personales. 

De momento, te damos unas claves:

-Que tenga calcio o flúor

-Sello de seguridad y envase de plástico

-Menos abrasivas

-Y con control de sarro

Lo más importante: usar la pasta al menos dos veces al día.