Los trastornos alimenticios y la salud oral
Los odontólogos tienen un papel muy importante a la hora de cuidar la salud de sus pacientes. En ocasiones, son los primeros en observar señales y síntomas de una posible patología que todavía no se ha diagnosticado y que da la cara en la boca.
Por ejemplo, los trastornos alimenticios afectan claramente a la salud bucal de las personas y, en ocasiones, es el dentista el primero que detecta que algo está pasando.
Tanto la anorexia nerviosa como la bulimia son desórdenes, dentro de la alimentación, que ponen en alto riesgo el estado de salud general.
La bulimia se caracteriza por atracones habituales de comida, seguidos de vómitos provocados y, a menudo, también el uso de laxantes. Al vomitar, el ácido estomacal hace que los dientes cambien de color y se vuelvan amarillentos e, incluso, pueden llegar a desgastarse. Los bordes de los dientes se hacen delgados y se fisuran con facilidad. En esta situación, comer o beber algo caliente o frío puede llegar a ser incómodo porque genera mucha sensibilidad. Son habituales las llagas en la boca, por eso, a veces somos los profesionales de la odontología los primeros que detectamos esta patología.
La caries dental también puede ser más prevalente en estos pacientes y, si hay una higiene oral deficiente, aumenta el riesgo de enfermedad periodontal, que afecta a las encías y al hueso de soporte dental.
En cuanto a las personas que sufren anorexia, son aquellas que presentan un miedo extremo y descontrolado a aumentar de peso y se obsesionan de tal manera que evitan alimentarse por todos los medios. Llegan a tener una percepción distorsionada del volumen y forma de su cuerpo. Se someten a estrictas dietas, ayunos y se exceden con el ejercicio físico de tal manera que, todos estos factores, provocan un debilitamiento de los huesos y muchas de estas personas sufren osteoporosis. A consecuencia de ello, se debilita la masa ósea de los maxilares y se puede producir la pérdida de piezas dentales, así como serios problemas en las encías.
En lo referido a salud oral, sin la nutrición apropiada, las encías y otros tejidos blandos dentro de la boca pueden sangrar con facilidad.
Además, las glándulas que producen la saliva pueden inflamarse y se puede experimentar el síndrome de la boca seca.
Se calcula que en España hay unas 400 mil personas con TCA (Trastornos de la Conducta Alimentaria), según datos de la Asociación contra la Anorexia y la Bulimia (ACAB). La pandemia por la Covid-19 ha agravado la situación y los casos se han triplicado con respecto a 2019.
En ALAIA, consideramos que hay que estar atentos a las señales que nos da la boca para detectar a tiempo estos trastornos.
Esto repercutirá favorablemente en el pronóstico de unos procesos de evolución compleja y prolongada.
La salud empieza por la boca.