La anestesia dental

Este tipo de anestesia tiene como objetivo eliminar la sensibilidad de la boca o una parte de ésta. Así, el especialista podrá realizarnos cualquier tratamiento que necesitemos de manera cómoda e indolora.

Existen varias posibilidades y, por norma general, será el odontólogo el encargado de decidir en función de la historia clínica del paciente y el tipo de procedimiento o tratamiento al que se va a someter. De ahí, la importancia del historial clínico detallado, que nos ayudará a conocer su situación y nos permitirá cubrir sus necesidades y administrar el tipo y cantidad de anestesia adecuada. Por eso, es fundamental que el paciente informe al dentista de otras patologías y enfermedades previas. Éstas pueden ser decisivas a la hora de valorar el tipo de anestesia dental. 

Las distintas fórmulas también se pueden combinar dependiendo de factores como edad, estado de salud, cuánto va a durar el procedimiento y, por supuesto, si el paciente ha tenido cualquier tipo de reacción negativa en ocasiones anteriores.

El spray, crema o gel anestésico no es en realidad un método independiente, sino que se utiliza para adormecer la zona donde se va a dar el pinchazo de la anestesia bucal. Su uso es tópico.

La anestesia local se usa para inhibir la conducción nerviosa en determinadas zonas de la cavidad oral, eliminando así cualquier tipo de molestia o sensibilidad. Es la más habitual, ya que se aplica en los tratamientos más frecuentes como odontología conservadora, cirugía y prótesis.

En cuanto a la anestesia por sedación, se aplica sobre todo a pacientes con ansiedad, ya que les ayuda a permanecer quietos durante la intervención del dentista. Tiene varias posibilidades: desde la sedación consciente, hasta la sedación leve con mascarilla o la profunda monitoreada.

También, en algunos tratamientos, se hace imprescindible con niñ@s, para lograr que permanezcan tranquilos y no haya ninguna complicación. La anestesia local, en este caso, variará tanto en la dosis como en el tipo de anestésico, ya que hay que tener en cuenta aspectos fisiológicos del niño como, por ejemplo, su peso. 

Por otro lado, la anestesia general, en la que el paciente está totalmente dormido y no va a ser consciente de su entorno bajo ningún concepto, se lleva a cabo en cirugías o procedimientos que van a durar un largo periodo de tiempo y siempre en un centro quirúrgico ambulatorio o entorno hospitalario.

La anestesia bucodental es, hoy en día, un procedimiento muy seguro gracias a las nuevas soluciones. Sin embargo, para prevenir efectos indeseados, es fundamental que el paciente advierta al profesional odontológico:

-de cualquier alergia que tenga o sospeche tener.

-de cualquier enfermedad que padezca.

-si experimenta mareos frecuentemente.

-de los medicamentos que esté tomando.  

Si necesitas un tratamiento dental y quieres información detallada sobre la anestesia, estaremos encantados de atenderte. 

A mayor información, mayor tranquilidad.