La caries es la destrucción de los tejidos duros de los dientes. Comienza en el esmalte, que es la capa externa y, si no se trata en estadios iniciales, puede afectar a la dentina (la capa más profunda), o incluso llegar al nervio.

Cuando comemos o bebemos alimentos que contienen azúcares, la placa bacteriana (que se forma constantemente en los dientes) produce ácidos que atacan el esmalte dental. Con el tiempo y sin una buena higiene oral, estos ácidos pueden llegar a descomponer el esmalte y, entonces, es cuando se empieza a formar la caries.

Si no se trata puede causar dolor, una infección e incluso la pérdida del diente. La caries se detecta en las revisiones dentales rutinarias. El tratamiento más común y efectivo para combatirla es la obturación (empaste), mediante la cual eliminamos el tejido dental afectado y procedemos a reconstruir la estructura dañada.

Por lo tanto, es muy importante visitar al odontólogo en cuanto se detecte alguna modificación en nuestra dentadura o notemos algún pequeño dolor. Y, sobre todo, prevenir con una rutina de higiene bucodental estricta. El mejor enfoque, sin duda, es la prevención y la educación en esta materia.

Consejos para evitar la caries:

  • cepillarse los dientes, al menos, dos veces al día con pasta dentífrica fluorada.
  • no olvidar el hilo dental y la limpieza de la lengua.
  • alimentación saludable y equilibrada.
  • limitar el consumo de alcohol y bebidas azucaradas.
  • visitar al dentista para las revisiones bucodentales y limpiezas profesionales correspondientes.

¡Plántale cara a la caries!

Los movimientos que realiza el bebé con la mandíbula y la lengua son muy diferentes según tome pecho o biberón. Con la lactancia materna se favorece el desarrollo bucodental, mientras que con el biberón puede ocurrir lo contrario si lo usamos de manera prolongada, es decir, más allá de los 2 años.

Los especialistas recomiendan dejar el biberón de forma progresiva a partir de los 12 meses, sustituyéndolo por vasos o tazas de aprendizaje que favorezcan el paso de una alimentación mediante succión a una por masticación. A partir de los 24 meses ya se debería haber abandonado definitivamente el biberón para evitar malformaciones e, incluso, dificultades de pronunciación.

Además, se recomienda el uso de biberones con tetinas anatómicas, con orificios pequeños, ya que favorecen el movimiento anterior de la mandíbula y la coordinación de la succión, la deglución y la respiración.

Por otro lado, hay que prestar mucha atención a la denominada “caries de biberón”.

El bebé no debe acostumbrarse a dormir con el biberón ni utilizarlo como chupete ya que este hábito hace que el azúcar de la leche permanezca en la boca durante horas. Mezclado con los gérmenes y bacterias bucodentales, provoca un desgaste temprano de los dientes. Los pediatras no recomiendan dar zumos ni otras bebidas azucaradas, debe usarse sólo para ofrecer agua o leche.

La caries del biberón es una caries muy agresiva que destruye los dientes de leche y puede dañar incluso el germen del diente definitivo que estará todavía en el interior de la encía.

Otro problema derivado del uso prolongado del biberón (puede pasar también con el chupete o el dedo) es la mordida abierta. La succión prolongada provoca un estrechamiento del maxilar que impide que los dientes superiores lleguen a contactar con los inferiores. La mordida cruzada es otra de las consecuencias y se produce al estrecharse el maxilar, dando lugar a un cruce entre arcadas que, si persiste hasta los 7 años, hará necesario el uso de ortodoncia.

Reeducar la lengua es otro de los retos tras prolongar el uso del biberón, ya que está acostumbrada a ejercer la presión que requiere para succionar. En muchos casos, se necesita la intervención de un logopeda y es un proceso lento y complicado.

Desde la Sociedad Española de Ortodoncia subrayan la importancia de unos buenos hábitos para un correcto desarrollo oral de l@s niñ@s. Cuanto más temprano se empiece con la higiene oral y con el establecimiento de una disciplina a este nivel, menores serán las probabilidades de desarrollar caries infantil. Primero, será responsabilidad de los padres, al menos hasta que el pequeño sea más autónomo.

Desde ALAIA nos sumamos a esta recomendación y os animamos a traer a los más pequeños a la consulta para que se familiaricen con nosotros. Además, podremos controlar el estado de sus dientes y ver cómo se desarrolla el crecimiento de sus maxilares. 

Se recomienda realizar la primera visita al dentista antes del primer año de vida del bebé para que el especialista oriente a los padres sobre los hábitos de higiene oral.

Una pregunta a tiempo, puede evitar preocupaciones futuras.

¡Son dos ganadoras!

Ane Santxo Guerrero, de 9 años, ha resultado ganadora del primer premio del Concurso de Dibujo infantil que hemos organizado con motivo de nuestro 15 Aniversario.

Tras largas deliberaciones, el jurado, compuesto por los tres odontólogos de la Clínica ALAIA, ha decidido otorgar el primer puesto a Ane por la calidad y originalidad de su propuesta, así como por representar fielmente con su mensaje la idea de la importancia de la salud oral.

Ane recibirá el premio establecido en nuestras bases: un mp4 y un kit de merchandasing ALAIA.

Por otro lado, Nahia Aguirre Crespo, también de 9 años, ha resultado ganadora del segundo premio del Concurso, con un trabajo lleno de color. Su regalo consiste en un cepillo eléctrico infantil y su kit de merchandising ALAIA.

Nuestros dentistas nos han subrayado lo difícil que ha sido tomar la decisión ya que la calidad de los trabajos era estupenda.

Muchas gracias a todos los niños y niñas que han participado. Esperamos que la iniciativa les haya hecho entender lo importante que es cuidar su higiene dental para tener la sonrisa más bonita.

Nos habéis demostrado que sois un@s artistas. ¡Gracias!

Para lograr un buen resultado en un tratamiento dental con férula, tan importante como los tiempos es el mantenimiento de los materiales. Así, evitaremos contratiempos que alarguen el proceso. La deformación o rotura de una férula imposibilita su función.

Ya sea contra el bruxismo, como retenedor o como ortodoncia invisible, hay que lavarlas por separado y cepillarlas con instrumental diferente al que usamos para la higiene de nuestra boca.

El cepillado debe realizarse, como mínimo, una vez al día con una duración de varios minutos. Realizaremos movimientos ligeros y circulares para limpiar toda la estructura. Conviene utilizar un cepillo dental blando y hay dentífricos específicos para férulas. También podemos utilizar un poco de jabón neutro, que logrará buenos resultados. Nunca hay que usar pasta de dientes para esta función, puesto que la mayoría están compuestas de elementos abrasivos que desgastan mucho el material de las férulas.

Una vez concluido el cepillado, hay que aclarar con agua fría abundante (nunca agua caliente). Antes de guardarla en el estuche, no hay que olvidar secarla bien para evitar la proliferación de hongos y bacterias. Ese estuche o cajita debe ser el medio habitual para guardar y transportar la férula y, por tanto, también debe ser higienizado regularmente.

El estado de conservación de la férula es fundamental para el tratamiento. De esta manera, evitaremos que las bacterias encuentren en la boca un lugar de entrada al organismo.

Si queremos hacer una higiene más en profundidad, podemos recomendaros limpiadores específicos. Hay pastillas, que se disuelven en agua durante unos 20 minutos, que aseguran una desinfección más completa.

Una férula nueva es transparente y muy suave. A medida que se usa, se expone a las fuerzas constantes de la boca, a multitud de agentes colorantes y a las bacterias que habitan en la cavidad oral. Su aspecto tiende a empeorar e, incluso, si no se cuida, puede dar mal olor. Lógicamente, con el tiempo y si cambia su forma, se mueve o no ajusta, habrá que pensar en renovarla. Sin embargo, bien conservada, puede durarnos mucho.

Recuerda que en ALAIA estamos siempre dispuestos a aconsejarte en cualquiera de tus dudas sobre higiene y limpieza dental, también de tus férulas e instrumental.

¡Unos minutos al día de higiene oral!