EL AGUA EN LA SALUD ORAL
Si no hay agua, no hay vida. Partiendo de esta premisa, no hay duda posible sobre la importancia que en nuestra salud tiene este líquido vital.
Consumir agua potable todos los días tiene un beneficio incuestionable para nuestra salud general. También para la boca.
Los dentistas siempre insistimos en la necesidad de beber agua y consumir frutas y verduras para mantener la hidratación corporal. De esa manera, la calidad de la saliva será la adecuada para proteger los dientes.
La hidratación bucal es clave para regular los niveles de saliva. Consigue que las glándulas salivales produzcan una cantidad suficiente de este fluido para reducir la acumulación de placa bacteriana. Está comprobado que estas glándulas producen de uno a dos litros de saliva al día y ésta está compuesta aproximadamente de un 98 por ciento de agua.
El agua, por tanto, es esencial ya que es fuente de hidratación. Ayuda a humedecer los alimentos para que podamos comerlos y nos ayuda a tragar. Las enzimas en la saliva ayudan a descomponer los almidones, comenzando el proceso de la digestión. Además, ayuda a mantener nuestras mejillas, lengua, dientes y encías sanos. La placa bacteriana no se endurece y no aparece el sarro. De esta forma, enfermedades como la periodontitis y la gingivitis son menos propensas a manifestarse. En definitiva, juega un papel fundamental en nuestras funciones vitales corporales.
En cuatro claves:
-El agua es fundamental para la salud bucal porque mantiene la boca limpia y arrastra las bacterias causantes de la caries después de consumir los alimentos.
-No tiene calorías.
-Fortalece los dientes. Es importante conocer qué tipo de agua bebemos. Cuanta más cal contenga en su composición es peor para la salud bucal. Mejor un bajo contenido en cal y baja mineralización. También es importante que sea agua fluorada.
-Evita la sequedad de la boca ya que, al estar hidratada, genera saliva y ésta es la mejor defensa frente a la caries.
Los días de calor es preferible refrescarnos con agua natural y no recurrir a bebidas azucaradas o deportivas que están cargadas de azúcar y, por lo tanto, contribuyen al desgaste del esmalte de los dientes.
Bebe entre 1,5 y 2 litros de agua al día y tu salud oral y bienestar general te lo agradecerán.