ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR

La articulación temporomandibular actúa como una bisagra deslizante que conecta la mandíbula con la parte lateral de la cabeza. Hay dos articulaciones apareadas, una a cada lado de la cabeza, ubicadas justo al lado de los oídos. Es una parte de nuestro cuerpo muy utilizada.

Los problemas derivados de la ATM (articulación temporomandibular) son relativamente frecuentes, muy molestos y pueden generar importantes limitaciones en las funciones del habla y la masticación.

Según el Consejo General de Dentistas, se estima que 3 millones de personas, un 8 por ciento de adultos jóvenes y un 16 por ciento de mayores, sufren desórdenes temporomandibulares en nuestro país. Es una patología que afecta más frecuentemente a mujeres de entre 20 y 50 años y tiene un origen multifactorial, donde el estrés psicoemocional y la susceptibilidad genética podrían tener un papel importante.

En ocasiones, hay traumatismos sobre la mandíbula o la propia articulación que se relacionan con el desarrollo de este trastorno. Sin embargo, para muchas personas, los síntomas comienzan sin una razón aparente.

Además, hay que tener en cuenta que las dos ATM (derecha e izquierda, la denominada “articulación cráneo-mandibular) actúan al unísono y, si se altera una de ellas, acaba afectando a la otra.

La sintomatología es variada:

  • Pequeños ruidos o chasquidos articulares.
  • Dolores a la palpación.
  • Cefalea crónica.
  • Sensación de presión y zumbidos en los oídos.
  • Dolores que aumentan al masticar.
  • Dolor cervical.
  • Enrojecimiento de los ojos y sensibilidad a la luz.
  • Bruxismo y desgaste dental.
  • Limitaciones a la apertura de la mandíbula, con posible desviación.
  • Y en una fase más avanzada, incluso bloqueos completos de la articulación.

Hay que actuar pronto. Es un problema crónico y si no se frena tenderá a empeorar progresivamente.

Por lo general, los tratamientos comienzan intentando relajar la musculatura masticatoria mediante férulas de descarga, dispositivos que se colocan entre las arcadas dentarias. También es recomendable tomar alimentos blandos y usar una bolsa de hielo para aliviar el dolor o analgésicos, previa receta de tu dentista.

Si el problema deriva de la pérdida de alguna pieza y una mala oclusión, habrá que restituir los dientes perdidos para lograr un equilibrio, no perder hueso y eliminar los contactos anómalos. Puede ser necesaria una prótesis.

El odontólogo valorará la situación de cada paciente para recomendar el mejor tratamiento conservador o el uso de cirugía.

Nuestro cuerpo está totalmente conectado. El ejercicio físico, en forma de natación, pilates o yoga es muy conveniente para fortalecer la musculatura postural de espalda y cuello. Así, ayudamos a reducir la tensión en los músculos de la mandíbula. La fisioterapia del sistema masticatorio también está recomendada por sus buenos resultados en esta patología.

Si tienes dolor o sensibilidad persistente en la mandíbula o si no puedes abrirla o cerrarla por completo, visita a tu dentista. Analizaremos las posibles causas y tratamientos para tu problema.

Una revisión a tiempo, evita problemas mayores en un futuro.