Para que el cepillo de dientes realice su función, es vital mantenerlo en buen estado. También para evitar el contagio de gérmenes, hongos y bacterias. Debemos tener en cuenta que esta herramienta dental trabaja dentro de nuestra boca, por lo que el grado de higiene debe ser máximo.

Los cuidados son sencillos:

-después de usarlo, debes sacudirlo con fuerza bajo el chorro de agua, mejor templada, ya que ayudará a eliminar los restos de alimentos.

-sécalo bien después de usarlo.

-colócalo en posición vertical para que se ventile, sin capuchón hasta que esté bien seco, ya que la humedad aumentará la proliferación de agentes patógenos. 

-para prevenir que los virus y bacterias, por ejemplo, de gripe y catarro, se transmitan entre los cepillos, es importante evitar el contacto entre ellos. 

Para una mejor desinfección, se puede meter en un vaso con colutorio de clorhexidina durante una hora, después se enjuaga con agua y se deja secar. También se puede utilizar bicarbonato de sodio, vinagre blanco o agua oxigenada pura, diluyéndolo en un vaso durante una hora, una vez a la semana. 

Algo muy importante es cambiar de cepillo cada 3 meses ya que éste pierde su eficacia para remover la placa bacteriana. Las cerdas pierden resistencia y, por consiguiente, efectividad. También sería conveniente cambiarlo tras un resfriado, gripe o infección bucal o de la garganta, ya que los gérmenes pueden estar en las cerdas del cepillo y reactivar la infección. Y, por supuesto, siempre que observemos que está estropeado, quizá por un cepillado con demasiada fuerza, lo cual provoca su desgaste. 

Si viajas, hay que ponerle una capucha para proteger las cerdas, evitando así aplastarlas dentro del equipaje y mejor utilizar un estuche individual. 

Los usuarios de cepillos dentales eléctricos deben saber que las instrucciones de cuidado son similares. Las puntas de los cepillos también deben ser enjuagadas bajo el grifo después de cada uso. Además, se pueden comprar esterilizadores para estos dispositivos.

Cepillar nuestros dientes y encías de forma adecuada es primordial para mantener una correcta salud dental. El cepillo es nuestra mejor herramienta, sencilla pero muy útil en nuestras vidas. Debes complementarlo con otras técnicas como son el hilo dental, cepillos interdentales o irrigador. En el caso de que tu dentista te lo haya recomendado, usa un enjuague bucal específico. Y nunca olvides cepillar la lengua.

Recuerda, el cepillado como mínimo dos veces al día.

Todos sabemos que el estrés es muy nocivo para la salud en general. La ansiedad, los nervios y los momentos de tensiónpueden trasladarse al terreno físico y afectar a diversas partes del cuerpo como los músculos, la piel, el cabello o el estómago. 

También afecta a la salud oral:

-El estrés empeora la higiene bucodental. Quizá no dejamos de cepillarnos, pero sí le dedicamos menos tiempo del necesario. La consecuencia directa es la generación de placa bacteriana, causante de la caries y la inflamación de las encías.

-Abuso de azúcares, alimentos procesados, tabaco y alcohol. Podemos llegar a descuidar también la alimentación, con un mayor consumo, e incluso abuso, de este tipo de productos. Malos hábitos que generarán problemas a futuro.

-Bruxismo. El estrés nos lleva a apretar los dientes y la mandíbula de manera inconsciente, incluso y sobre todo mientras dormimos. Estudios recientes revelan que el 70 por ciento de la población de nuestro país lo padece. No hay que menospreciarlo ya que, si no se coge a tiempo, puede llegar a provocar lesiones permanentes.

-Sequedad bucal y caries. La saliva es la primera defensa que se encuentran las bacterias en la boca. Cuanta menos secreción, mayor es el riesgo de enfermedades. El estrés nos puede generar esta sequedad bucal o xerostomía, lo que aumenta la acidez en la boca y ataca el esmalte dental. De esta manera, puede aparecer la caries, así como otras infecciones.

-El estrés emocional también se relaciona con las enfermedades periodontales. Como hemos dicho, en momentos de tensión y ansiedad, se pueden dar cambios de comportamiento y se puede llegar a descuidar la alimentación, fumar más u olvidar la buena higiene dental. La placa bacteriana aprovecha estos malos hábitos para alojarse en nuestras encías. Además, diversos estudios han comprobado que, cuando el cuerpo se encuentra bajo estrés, se producen cantidades elevadas de una hormona llamada cortisol. Cuando ésta se produce en las encías, estimula la inflamación y, por tanto, puede generar la periodontitis.

-Aftas y herpes labiales. Los herpes son producidos por un virus que habita en los nervios faciales y se reproduce en momentos en los que el organismo tiene menos defensas, como pueden ser los períodos de ansiedad. Las aftas son unas heridas blanquecinas que se forman en las encías y mucosas causadas por virus, bacterias y deficiencias del sistema inmunológico, debilitado por el estrés.

También debemos saber que, si el estrés es crónico y perdura en el tiempo, las consecuencias son mayores e incluso pueden llevar a la pérdida de piezas dentales si no se actúa a tiempo. 

Una visita al odontólogo determinará la causa exacta del problema para poder abordarlo.

En el Centro Odontológico ALAIA estaremos encantados de ayudarte.

La boca es la parte del cuerpo que está más expuesta a las bacterias y la lengua mucho más ya que participa en la masticación y deglución de alimentos y bebidas. Además, su superficie no es lisa ya que presenta una serie de surcos e irregularidades en los que se pueden acumular los restos de alimentos que no se han eliminado correctamente durante el cepillado. Estos residuos no retirados provocan el desarrollo de bacterias y la posterior aparición de la halitosis o mal aliento. 

Por eso, lograr una correcta higiene oral pasa también por limpiar bien la lengua. Esto evitará la acumulación de bacterias y ayudará a prevenir no sólo la halitosis, también la caries y las enfermedades periodontales. 

La falta de higiene bucal cuando se usan prótesis u ortodoncias y el tabaquismo también influyen de forma notable en la aparición de estas patologías. 

Existen dos maneras de asegurar una óptima limpieza lingual:

-la primera de ellas es física, mediante el empleo de limpiadores linguales específicamente diseñados para la lengua. En este caso, se recomienda llevar a cabo el proceso dos veces al día (mañana y noche). Actualmente existen algunos cepillos de dientes que tienen incorporado un limpiador lingual. Sin embargo, queremos subrayar que no es para nada recomendable utilizar para este fin el cepillo tradicional. Las cerdas de este cepillo no ofrecen los mismos beneficios ni resultados que los limpiadores linguales. Están fabricadas exclusivamente para higienizar una superficie dura como los dientes por lo que, en un músculo como la lengua, no logran hacer el mismo trabajo.

-la segunda manera es química, ya que se basa en colutorios que contienen agentes antibacterianos como, por ejemplo, la clorhexidina.

Es aconsejable la combinación de ambos medios para una higiene lingual completa, especialmente en personas con halitosis.Estaremos logrando unos cuidados bucales de sobresaliente si, además, añadimos el uso de irrigadores que podrán acceder a todos los puntos de la boca. 

Una lengua en circunstancia saludables presenta un color rosado, por tanto, si notas una capa de color blanquecino o amarillento cubriendo parte de su dorso, es señal de que tu lengua no está limpia. También puede descubrirnos la existencia de alguna patología por lo que nuestra recomendación es consultarlo con tu odontólogo para que éste pueda dar un diagnóstico fiable. 

Dentro de las enfermedades más comunes de la lengua están la candidiasis oral, la leucoplasia o el liquen plano oral, que normalmente producen cambios de color. 

Realiza una higiene integral de tu boca, no olvides la lengua.

Se trata de un material sintético que, hoy en día, se usa de manera habitual en Odontología para reparar toda clase de piezas dentales que están dañadas, bien a causa de una caries o por golpes y traumatismos. También es habitual su uso en tratamientos puramente estéticos, como pueden ser las carillas.

La historia del composite se inició en los años 50 con el desarrollo de sistemas de resina artificial para el uso en obturaciones. A lo largo de este tiempo, se han mejorado sus propiedades mecánicas y físicas. Con los años se constató que este material podía utilizarse también en el ámbito de la prótesis dental, principalmente para el recubrimiento de las extraíbles. 

Es aquí donde se constatan sus ventajas con respecto a la cerámica: es un material más blando y elástico, con una buena resistencia frente a los cambios térmicos y que reduce considerablemente el peligro de rotura. Además, tiene mayor facilidad de reparación y su composición facilita la adherencia a la superficie de la pieza dental. 

Su color es prácticamente idéntico al de nuestros dientes, por eso, permite un resultado totalmente natural. El composite dental destaca por ser un material biocompatible, fácil de usar y que permite reparar piezas en tan sólo una sesión, ahorrando tiempo a los odontólogos y a los pacientes. 

Sin embargo, todo es mejorable y, con el tiempo y las investigaciones científicas, los materiales odontológicos varían y garantizan aún más la calidad. En estos momentos, se están realizando una serie de estudios en la Universidad Kinki de Japón, orientados a crear esmalte dental artificial. Un esmalte que sería químicamente idéntico al natural. Los resultados están siendo muy prometedores. Este tipo de esmalte supondría un gran avance, ya que permitiría tratar los dientes dañados mejorando los materiales actuales, como el composite.

Pero para que nuevos materiales se patenten y comercialicen todavía quedan muchas pruebas y estudios por hacer.

Mientras tanto, en ALAIA somos muy exigentes y utilizamos siempre las mejores alternativas del mercado: composites de última generación para darte la mejor garantía de calidad. Déjate asesorar por nuestros odontólogos, expertos en estética dental.

Sacaremos el mejor partido a tu sonrisa.

Los profesionales de una clínica dental, tanto odontólogos como higienistas, somos muy conscientes de los buenos hábitos cotidianos que pueden implementar nuestros pacientes para mejorar su salud oral. Sin embargo, a veces cuesta seguir estas costumbres saludables. Hay que pensar que un pequeño esfuerzo genera un gran beneficio, no sólo en nuestra boca, también en el bienestar general.  

En ALAIA, tenemos claro lo importante que son las estrategias de educación y motivación a la hora de llevar a cabo estos comportamientos saludables. Especialmente, en los niños y niñas, a los que hay que educar en una cultura de la salud que impulse sus buenos hábitos de cara también a la edad adulta. 

Y, ¿cuáles son esos buenos hábitos? Toma nota:

-un buen cepillado después de cada comida.

-utilizar seda o cepillo interdental.

-usar enjuague bucal sin alcohol.

-alimentación sana y equilibrada.

-practicar algún deporte. Utilizar, si es necesario, un protector bucal.

-eliminar los azúcares refinados. 

-cambiar el cepillo dental cada tres meses. 

-evitar o moderar el consumo de tabaco, alcohol y café.

-visitar al dentista de forma regular.

Los dientes sanos no sólo dan un buen aspecto a las personas, también permiten hablar y comer apropiadamente. La buena salud bucal es buena salud general y los cuidados preventivos diarios evitarán problemas posteriores.

Nuestros profesionales destacan siempre lo importante que es la comunicación y la confianza entre dentista y paciente. Practicamos la escucha activa y os ayudamos a superar cualquier obstáculo en el camino hacia una sonrisa más sana y bonita. 

En ALAIA, trabajamos mano a mano con nuestr@s pacientes para alcanzar sus objetivos de salud.

El pH de nuestra saliva se mueve entre los rangos de 6,5 y 7, mientras que el del agua de una piscina suele estar alrededor de 7,4.

Esta diferencia de valores podría dar lugar a ciertos problemas dentales. Si el pH del agua está por debajo de ese 7,4 podría afectar a tus dientes, al ser demasiado ácido, provocando desgaste y erosión del esmalte. Esto, a su vez, puede desembocar en sensibilidad dental o, incluso, caries. Cierto es que, para que esto ocurra, una persona debe pasar muchas horas al día en el agua. 

Si, por el contrario, ese pH está por encima de 7,4, puede dar lugar a lo que se conoce como “sarro del nadador” y que se diagnostica más frecuentemente en los nadadores profesionales. Ese nivel de pH favorece que las proteínas de la saliva se descompongan, incrementando así los depósitos orgánicos que se adhieren a la superficie de los dientes. Se forma la placa bacteriana que, cuando se mineraliza, se convierte en el conocido sarro dental. 

Por otro lado, el cloro del agua de la piscina puede provocar la aparición de manchas amarillentas si se está en contacto con él durante muchas horas. 

Se trata de una sustancia química que debe utilizarse en las piscinas para evitar la proliferación de microorganismos y bacterias. Si estamos muy expuestos a esta sustancia corremos ciertos riesgos a nivel de la salud. Aunque, como hemos dicho, para que todo esto ocurra, hay que estar muchas horas en el agua. En cualquier caso, no estará de más que, después de todo un día de piscina, tomemos algunas precauciones. Por ejemplo, sería bueno cepillar los dientes con un dentífrico fluorado al concluir la jornada. Servirá para paliar el efecto de la acidez en el esmalte dental y ayudaremos a remineralizar su superficie. Los expertos recomiendan también beber agua para mantener una buena hidratación y contribuir con una correcta producción de saliva. En particular, tras nadar o realizar una actividad física y, en general, sin esperar a experimentar la sensación de sed.

Además, será muy recomendable pautar las revisiones periódicas con el odontólogo de confianza. De esta forma, se podrá detectar cualquier problema relacionado con la salud bucodental lo antes posible. 

Por cierto, será muy conveniente centrar nuestra atención en el cuidado bucal de los niñ@s que, a menudo en verano, pasan largas horas en las piscinas. Hay que poner énfasis en su higiene oral y recordarles que no es saludable tragar el agua con cloro ni meterla en la boca.

No dejes de cuidar tu dentadura en cualquier época del año.

Se trata de una infección de los tejidos blandos (encía) que rodean al diente cuando, en su proceso eruptivo, queda parcialmente cubierto por éstos. Es una complicación que se da, especialmente, en las cordales o muelas del juicio.

Es una infección más frecuente en aquellos casos en los que la erupción no se puede dar de manera habitual y los dientes quedan retenidos o impactados. Es decir, cuando hay falta de espacio en las arcadas dentales y la pieza queda parcialmente cubierta por el tejido periodontal. El proceso infeccioso se ve favorecido por la inserción de bacterias entre la corona y la encía que lo recubre de manera parcial. Además, las condiciones de calor y humedad de la cavidad oral suponen que sea el hábitat más favorable para la proliferación de esas colonias de bacterias. 

Normalmente, sus síntomas se van manifestando de manera gradual. De forma general, se comienza con cierto dolor en la mandíbula que, progresivamente, puede ir irradiando a otras partes. El proceso presenta un amplio abanico de señales: inflamación y rojez del tejido blando, infección de la zona adyacente al diente que está erupcionando, halitosis, dolor, molestias al hablar o al masticar y problemas para abrir la boca con normalidad. En los casos de pericoronaritis aguda, el paciente puede llegar a tener una inflamación en los ganglios localizados en la parte inferior de la mandíbula e, incluso, resulta posible la formación de un absceso o flemón.

Se deberán extremar las precauciones de higiene oral. Se recomienda un cepillado exhaustivo pero cuidadoso después de cada comida. Además, se pueden realizar enjuagues con colutorios que contengan clorhexidina o soluciones salinas. De esta manera, será más fácil bajar la inflamación de la zona. 

En los casos más severos, el odontólogo podrá pautar la ingesta de antibióticos o antiinflamatorios. Cuando haya mejorado la inflamación, el especialista valorará la necesidad de eliminar el tejido que cubre la muela en erupción. Se trata de una cirugía menor, muy sencilla, que previene problemas futuros. También podría darse el caso de tener que extraer la pieza dental, por falta de espacio o por posibles complicaciones.

Aquellas personas con un alto índice de placa bacteriana son más susceptibles de sufrir este tipo de proceso infeccioso. Por eso, los dentistas insisten en la importancia de la minuciosidad en nuestras rutinas de higiene oral. 

Ante la presencia de cualquier síntoma, acude a tu dentista de confianza.

Hasta un 70 por ciento de los casos de cáncer oral se detecta en fases avanzadas, por lo que la esperanza de vida de los pacientes se reduce drásticamente. Los expertos recuerdan la importancia de evitar el tabaco y un alto consumo de alcohol, ya que son los responsables del 90 por ciento de los diagnósticos. 

En el Día Europeo contra el Cáncer Oral se pretende concienciar a la población sobre la importancia de llevar unos hábitos de vida saludables: una alimentación sana y equilibrada, mantener una correcta higiene bucal, utilizar protector solar en los labios y realizar periódicamente las revisiones odontológicas. 

También son importantes las autoexploraciones y hay que estar alerta cuando aparezcan heridas blancas o rojas, úlceras o lesiones que no mejoren en un plazo corto de tiempo. En ese caso, es fundamental acudir al dentista para que valore y ofrezca un diagnóstico. También cuando observemos cualquier cambio en labios, paladar, lengua, encías o interior de las mejillas. Vigilando, acudiendo a consulta y con una actuación rápida, podemos combatir el cáncer oral y sus consecuencias. 

Según las estadísticas, los hombres, mayores de 45 años, son los principales afectados por esta patología. Suele manifestarse con la aparición de una placa blanquecina, similar a una úlcera o llaga. No cursa dolor en los primeros momentos. Dependiendo de la zona en la que aparezca puede provocar también problemas de masticación, dolor al tragar, trastornos de la lengua, inflamación de los ganglios del cuello o pérdida de peso repentina. 

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), a lo largo de este año 2023 se detectarán casi 8.000 nuevos casos de cánceres de cavidad oral y faringe en nuestro país. Los expertos insisten en la necesidad de las revisiones periódicas de la boca para poder establecer el correspondiente tratamiento lo antes posible.

Ante cualquier duda o sospecha, visita el Centro Odontológico ALAIA. Llevaremos a cabo una exploración para detectar síntomas y nódulos en la cavidad oral. También es muy importante, como hemos señalado anteriormente, realizarse autoexploraciones. Será poco tiempo y pueden ser la clave de un diagnóstico precoz. 

La salud oral siempre unida a los hábitos de vida saludables.

Desde que el Centro Odontológico ALAIA comenzó su andadura, allá por el año 2006, siempre hemos tenido clara la necesidad de realizar nuestra práctica profesional de la manera más armónicaposible con el medio ambiente.

Muchos de nuestr@s pacientes son conscientes y afines a una ética medioambiental que nos lleva también a nosotros a una odontología comprometida con este ámbito. En el Día Mundial del Medio Ambiente reiteramos nuestra implicación y apuesta por un futuro más libre de plásticos, un peligro visible que afecta a todas las comunidades del mundo.

Los datos aportados por las instituciones internacionales son terroríficos: se producen más de 400 millones de toneladas de plástico cada año, la mitad se conciben para un solo uso. Menos del 10 por ciento se recicla. Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos y mares. 

En ALAIA, reducimos el impacto de los procedimientos odontológicos con un estricto y diario proceso de reciclaje y utilizando plásticos sólo cuando, por seguridad, es imposible sustituirlos. Las innovaciones en los materiales del sector dental, más respetuosos con el entorno, nos permiten también ejercer nuestra profesión de forma más sostenible. 

Por otro lado, nos hemos sumado a la campaña “Odontología sostenible”, promovida por el Consejo General de Dentistas y la Fundación Dental Española, en la que se plantea brindar una atención bucal eficaz, de alta calidad y ambientalmente comprometida. La salud bucodental es una parte esencial de la vida humana. La odontología, como profesión, debe incorporar los objetivos de desarrollo sostenible en la práctica diaria, así como apoyar el cambio hacia una economía verde. De esta manera, estaremos asentado las bases del bienestar de las generaciones futuras. 

Desde el Centro Odontológico ALAIA, consideramos que la odontología debe practicarse de forma ética y con altos niveles de calidad y seguridad para el paciente. Esto debe estar acompañado de una serie de acciones a favor de la responsabilidad social y medioambiental, con el mínimo impacto posible en el entorno. Continuaremos apostando por reducir el consumo de energía, agua, papel y todos los materiales que puedan resultar nocivos para nuestro ecosistema. 

Lo tenemos claro: reducir residuos, reducir contaminación, ahorrar energía y ahorrar agua es bueno para el planeta. A su vez, esto supone ahorrar costes, es eficiente, nos lleva a una odontología de calidad y responsable. Finalmente, es óptimo para nuestr@s pacientes ya que refuerza un estilo de vida saludable y su compromiso con el medio ambiente. 

ALAIA, pequeños gestos, grandes resultados.

La salida de los primeros dientes suele ser un quebradero de cabeza para los padres. Es un proceso delicado y duradero que comienza alrededor de los 6 meses, aunque cada niñ@ lleva su ritmo. Según los odontopediatras, sólo un tercio de los bebés tiene molestias más serias. No todos presentan los mismos síntomas, ni en el mismo tiempo. Algunos, incluso, ni se enteran hasta que asoma su primer diente. 

Para aquellos que tienen peor suerte, las molestias más comunes son: 

-encías enrojecidas e inflamadas.

-mejillas rojizas.

-febrícula y malestar.

-ganas de morder.

-saliva abundante.

-irritabilidad.

-alteraciones del sueño.

-pérdida de apetito. 

Lo que les interesa a muchos padres y madres es saber cómo aliviar las molestias a sus bebés:

-Aplicar frío.

-Limpiar el exceso de saliva de la cara de manera frecuente, para evitar irritaciones en la piel.

-Alimentos no muy calientes. 

-Podemos masajear la zona suavemente con la punta del dedo envuelta en una gasa estéril. 

-Tener a mano mordedores para los momentos de mayor dolor. 

Normalmente, tienen más molestias por la noche por dos motivos: porque se trata de un dolor pulsátil (se agudiza con el latido cardíaco, que se nota más en posición horizontal) y, además, porque por la noche los bebés no están entretenidos y sí más cansados, algo que les lleva a centrarse en la zona que sienten más vulnerable. Los síntomas pueden comenzar tres o cuatro días antes de la erupción y prolongarse lo mismo tras ella. 

El Consejo General de Dentistas recomienda no usar geles ni pastillas para la erupción dentaria, pues no son muy seguros para el bebé. Siempre hay que seguir las recomendaciones de nuestro pediatra o dentista. Si hay un diagnóstico temprano, la solución será más fácil.

Y, sobre todo, hay que tener mucha paciencia cuando tu bebé comience esta etapa. ¡Ánimo!