La higiene bucodental 

La limpieza de la cavidad oral es un pilar fundamental en la prevención de las dos principales patologías bucodentales: la caries y la enfermedad periodontal. Sin embargo, como apunta el Consejo de Dentistas, un 6 por ciento de la población no se cepilla los dientes a diario.

Hay cifras más alarmantes: un preocupante 20 por ciento sólo lo hace una vez al día. Estos datos demuestran que todavía hay mucho que hacer para concienciar a la sociedad sobre los hábitos higiénicos. Son un claro indicativo de la necesidad de reforzar la educación y la cultura de la salud. 

El biofilm oral, una amplia variedad de organismos que conviven en la boca, está claramente reconocido como un factor causal de muchas enfermedades infecciosas orales. La remoción periódica y constante de este biofilm es la mejor prevención existente en la actualidad. Se realiza mediante cepillo eléctrico o manual, seda dental, irrigador y raspador lingual. El control se completa con sustancias químicas, sobre todo el flúor y, en determinados casos, con agentes antisépticos. 

El cepillado es, sin lugar a dudas, el método más importante. Mediante ese barrido se logra romper la estructura de la placa bacteriana, impidiendo periódicamente que las bacterias orales crezcan y el biofilm se vaya consolidando. 

Para completar la higiene que nos proporciona el cepillado, es importante acceder en profundidad a las bacterias que se acumulan entre un diente y otro. Para realizar esa limpieza se puede utilizar seda dental o cepillos interdentales. Si queremos una higiene oral de matrícula de honor tendremos que añadir el irrigador para zonas complicadas y el raspador lingual. 

En cuanto a las pastas dentífricas, el mercado nos proporciona una gran variedad de tipos. Evidentemente, todas sirven para cepillarse los dientes, pero algunas tienen indicaciones mas específicas y concretas. No es lo mismo tener una boca sana que sufrir de gingivitis o presentar sensibilidad. Para la prevención de la caries es imprescindible usar un dentífrico fluorado. Ayuda a remineralizar el esmalte y combatir la placa. Hay estudios que han demostrado que el flúor de las pastas dentales llega a prevenir hasta el 30 por ciento de las lesiones de caries. Para obtener los mejores resultados, se recomienda no enjuagarse por la noche, sino solo escupir la pasta. 

Finalmente, los enjuagues bucales, técnicamente llamados colutorios, son una herramienta complementaria pero no esencial. Nunca sustituyen al cepillado. Tienen muchos beneficios, pero deben ser utilizados bajo prescripción del dentista.