Salud oral y esclerosis múltiple
La esclerosis múltiple es una patología degenerativa, inflamatoria y crónica del sistema nervioso, de origen autoinmune, que afecta a la médula espinal y el cerebro. Cada año se producen alrededor de 1.800 nuevos casos en nuestro país.
Algunos síntomas de la enfermedad, así como varios de los tratamientos farmacológicos que se utilizan para controlarla, tienen un impacto notable en la salud bucodental del paciente, que puede deteriorarse. Uno de los principales problemas que se presenta en los pacientes con esclerosis múltiple es el de la xerostomía o boca seca. Ciertos medicamentos pueden reducir la producción de saliva y la propia enfermedad también afecta a las glándulas salivales. La saliva es esencial para ayudar a limpiar tanto la boca como los dientes, protegiéndolos contra la placa dental y neutralizando los ácidos que provienen de los alimentos que consumimos. En una boca seca es más fácil que se acumulen bacterias que aumenten el riesgo de infección. La escasez de saliva, además, dificulta la masticación.
Para combatir este problema se puede beber mucha agua o bebidas sin azúcar, evitando las que contengan cafeína o alcohol. El uso de caramelos o chicles, también sin azúcar, puede incrementar la producción de saliva.
Por otro lado, la fibrosis y los depósitos de colágeno, característicos de la esclerosis, pueden dañar diferentes tejidos y estructuras de la boca. La esclerosis múltiple puede llegar a ser una enfermedad muy absorbente y complicada de gestionar emocionalmente, lo cual favorece que se descuiden aspectos de la salud que, a primera vista, no parecen muy relacionados con la misma, por ejemplo, el cuidado de la boca. Sin embargo, es algo fundamental.
El cepillado diario y el uso de hilo dental son dos de las claves para mantener una adecuada higiene bucodental que nos permita prevenir futuras patologías. Lo que ocurre es que algunos de los síntomas de la esclerosis dificultan estas actividades rutinarias. Por ejemplo, la rigidez muscular, la falta de movilidad, la fatiga, el dolor facial, los temblores o los cambios sensoriales de las manos son algunos de los obstáculos con los que se encuentran estos pacientes. El uso de cepillos eléctricos, mangos reforzados o guante lastrado (con peso, para controlar los temblores) ayudará en esta tarea. Cuando los enfermos son muy dependientes, los cuidadores deben asumir todas o gran parte de las tareas de higiene dental y es muy frecuente que desconozcan las técnicas necesarias para llevar a cabo esos cuidados. Por eso, deben buscar consejo y ayuda en el dentista personal del paciente.
Desde el punto de vista profesional, adoptar un enfoque individualizado es esencial para una atención dental segura y eficaz. Cada paciente tiene sus particularidades. Lo ideal es organizar un planning de visitas en cuanto sea diagnosticada la enfermedad, teniendo en cuenta los síntomas específicos de cada etapa.
Actualmente, la esclerosis múltiple no tiene cura, pero existen tratamientos que pueden ayudar a controlar los síntomas y mejorar el curso de la enfermedad.
Mantener una buena salud oral será beneficioso para el paciente.