El síndrome de la respiración bucal
Respirar por la boca es un hábito más común de lo que pensamos y es importante conocer las consecuencias que implica en nuestra salud general.
Al respirar por la boca, dejan de actuar varios mecanismos de defensa que tiene nuestro organismo. Los vellos que recubren las fosas nasales son un primer filtro para el aire que respiramos, permitiendo detener partículas, virus y bacterias. Además, si respiramos por la boca, el aire entra directamente sin pasar por las vías nasales que lo calientan y humidifican. Por otro lado, al respirar por la nariz se estimula la producción de ácido nítrico, lo que facilita la distribución y la absorción de oxígeno por los pulmones.
Es decir, tenemos un aire menos filtrado, no atemperado y más seco. Cuando este cuadro se mantiene en el tiempo se denomina síndrome de respiración bucal y puede acarrear problemas de salud general.
Se pueden generar alergias e infecciones respiratorias, así como procesos de rinitis o sinusitis. El cerebro no consigue suficiente oxigenación lo que puede originar problemas de concentración, falta de atención, de coordinación o dolores musculares. Suelen ser personas roncadoras e incluso con apnea del sueño, por lo tanto, no descansan bien. En casos extremos, pueden darse problemas en la columna, normalmente escoliosis, debido a que respirar por la boca les hace adoptar una mala postura.
En cuanto a la salud oral, pueden generarse problemas de boca seca, labios agrietados o halitosis. La falta de saliva hace a estas personas más propensas a tener caries y problemas de encías. La respiración bucal puede originar también deformaciones en los maxilares debido a la falta del sellado labial. Las alteraciones de esa musculatura hacen que se produzcan maloclusiones, algunas de ellas muy serias y difíciles de tratar.
Detectar este hábito en el caso de los niñ@s es vital, puesto que puede tener consecuencias en su desarrollo y crecimiento dentofacial, afectando sobre todo al maxilar superior. Es importante comentarlo con tu dentista y tu pediatra ya que es un problema que se afronta de manera multidisciplinar, desde la odontología, la otorrinolaringología y la logopedia. La detección precoz ayudará a cambiar este hábito y favorecerá un correcto desarrollo de los más pequeñ@s.
Normalmente, y siempre que no haya una causa anatómica de obstrucción en vías nasales, determinados ejercicios de sellado labial y fortalecimiento de los músculos periorales, ayudan a restablecer una respiración fisiológica nasal normal.
No obstante, orientar el mejor tratamiento vendrá siempre de la mano del especialista. Busca lo antes posible una solución profesional y no te tomes este problema a la ligera. Puede afectar seriamente a tu salud.
En ALAIA, un buen estudio nos ayudará a elegir el mejor procedimiento.