La sequedad oral y el dolor de dientes son dos de los síntomas más comunes que padecen las personas alérgicas. Generalmente, pensamos que las alergias sólo afectan a los ojos, las vías respiratorias y la piel, pero también se puede ver afectada nuestra salud bucodental. 

En realidad, la alergia es una respuesta inmunológica del cuerpo. Se produce ante una sensibilidad extrema del organismo a ciertas sustancias que no afectan a la mayoría de las personas. 

La segregación de moco será el mecanismo del sistema inmunológico para combatir el polen. Esta mayor cantidad de mucosidad se albergará en los senos maxilares, ubicados sobre la boca. La presión sobre los molares superiores ocasionará sensibilidad al frío y al calor o dolores que se desplazan cuando la persona se sienta, se levanta o se acuesta. 

Por otro lado, cuando los conductos nasales están bloqueados, la persona se ve obligada a respirar por la boca más de lo normal. Los tejidos se resecan por el contacto constante con el aire y la presencia de bacterias. Aumenta el riesgo de infección por la ausencia de saliva, que es la que protege de estos ataques. Con ello, comienzan a aparecer caries, gingivitis o periodontitis y mal aliento.

Asimismo, los antihistamínicos, fármacos recomendados por los médicos y farmacéuticos para tratar las alergias, son una causa conocida de sequedad en la boca. Esto también puede originar que algunos dolores dentales se manifiesten más intensamente. 

A la hora de enfrentarse a una alergia, los expertos ofrecen estos consejos en materia de salud bucodental:

-Hidratación: beber mucha agua para mantener la boca y el cuerpo hidratados. Esto contrarresta los efectos de la boca seca. 

-Gárgaras con agua salada: ayudan a eliminar el moco, aliviando los síntomas.

-Cepillado y uso del hilo dental: especialmente importante cuando se padece xerostomía o boca seca. 

-Controlar las alergias con su médico puede ayudar a reducir el impacto que tienen sus síntomas en la salud oral. 

-Consulte con el dentista: nada mejor que un profesional para estudiar cada caso particular y buscar la mejor solución.

Como dato de interés: según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Crónica, casi 8 millones de personas sufren en nuestro país polinosis, conocida coloquialmente como alergia al polen.

Alivia los síntomas de la alergia y disfruta de la primavera.

Este tipo de anestesia tiene como objetivo eliminar la sensibilidad de la boca o una parte de ésta. Así, el especialista podrá realizarnos cualquier tratamiento que necesitemos de manera cómoda e indolora.

Existen varias posibilidades y, por norma general, será el odontólogo el encargado de decidir en función de la historia clínica del paciente y el tipo de procedimiento o tratamiento al que se va a someter. De ahí, la importancia del historial clínico detallado, que nos ayudará a conocer su situación y nos permitirá cubrir sus necesidades y administrar el tipo y cantidad de anestesia adecuada. Por eso, es fundamental que el paciente informe al dentista de otras patologías y enfermedades previas. Éstas pueden ser decisivas a la hora de valorar el tipo de anestesia dental. 

Las distintas fórmulas también se pueden combinar dependiendo de factores como edad, estado de salud, cuánto va a durar el procedimiento y, por supuesto, si el paciente ha tenido cualquier tipo de reacción negativa en ocasiones anteriores.

El spray, crema o gel anestésico no es en realidad un método independiente, sino que se utiliza para adormecer la zona donde se va a dar el pinchazo de la anestesia bucal. Su uso es tópico.

La anestesia local se usa para inhibir la conducción nerviosa en determinadas zonas de la cavidad oral, eliminando así cualquier tipo de molestia o sensibilidad. Es la más habitual, ya que se aplica en los tratamientos más frecuentes como odontología conservadora, cirugía y prótesis.

En cuanto a la anestesia por sedación, se aplica sobre todo a pacientes con ansiedad, ya que les ayuda a permanecer quietos durante la intervención del dentista. Tiene varias posibilidades: desde la sedación consciente, hasta la sedación leve con mascarilla o la profunda monitoreada.

También, en algunos tratamientos, se hace imprescindible con niñ@s, para lograr que permanezcan tranquilos y no haya ninguna complicación. La anestesia local, en este caso, variará tanto en la dosis como en el tipo de anestésico, ya que hay que tener en cuenta aspectos fisiológicos del niño como, por ejemplo, su peso. 

Por otro lado, la anestesia general, en la que el paciente está totalmente dormido y no va a ser consciente de su entorno bajo ningún concepto, se lleva a cabo en cirugías o procedimientos que van a durar un largo periodo de tiempo y siempre en un centro quirúrgico ambulatorio o entorno hospitalario.

La anestesia bucodental es, hoy en día, un procedimiento muy seguro gracias a las nuevas soluciones. Sin embargo, para prevenir efectos indeseados, es fundamental que el paciente advierta al profesional odontológico:

-de cualquier alergia que tenga o sospeche tener.

-de cualquier enfermedad que padezca.

-si experimenta mareos frecuentemente.

-de los medicamentos que esté tomando.  

Si necesitas un tratamiento dental y quieres información detallada sobre la anestesia, estaremos encantados de atenderte. 

A mayor información, mayor tranquilidad.

Corregir una maloclusión es una cuestión de salud, no sólo de estética. Hoy en día, los pacientes pueden encontrar diferentes tipos de ortodoncia y tratamientos adaptados a sus necesidades individuales. Nuestros especialistas determinarán, de entre los diferentes tipos de ortodoncia existentes, cuál es el idóneo para el problema existente.

Cada vez tenemos más claro que la ortodoncia no tiene edad. Sólo el 40 por ciento de los jóvenes de entre 12 y 15 años en nuestro país tienen una oclusión adecuada, y dos de cada diez tienen una maloclusión severa. Uno de cada cuatro lleva o ha llevado aparato de ortodoncia.

Pero, como decimos, la sociedad cada vez tiene más asimilado que los tratamientos ortodóncicos no son exclusivos de niñ@s y adolescentes. Al menos el 25 por ciento de los adultos jóvenes de entre 35 y 45 años necesita ortodoncia. 

Según el Consejo General de Dentistas, los beneficios del uso de la ortodoncia para nuestra salud (a una edad u otra) son múltiples:

-mejora la respiración nasal y, por tanto, la calidad del sueño.

-al realizar una mejor masticación, favorece las digestiones y previene el desgaste dentario y los problemas de ATM (articulación temporomandibular).

-protege los dientes, evitando fracturas y facilitando un correcto cepillado.

-contribuye a una buena imagen y al bienestar personal. 

Ésta última es, posiblemente, la ventaja que más nos viene a la mente cuando pensamos en un tratamiento de estas características. Con una buena posición de los dientes, logramos una sonrisa armónica y saludable que nos dará un aspecto más atractivo y juvenil. 

Vernos más favorecidos delante del espejo redundará en una mayor autoestima y seguridad personal.

Los brackets y férulas invisibles son los protagonistas de muchas sonrisas adultas. Las nuevas ortodoncias son mucho más cómodas y eficaces. Se acortan los tiempos de tratamiento y mejoran los resultados finales. 

Nunca es tarde para llevar ortodoncia y los beneficios van mucho más allá de una sonrisa bonita.

No lo dudes, mejora tu calidad de vida y tu imagen.

Los adultos mayores están más expuestos a desarrollar problemas de salud oral: presentan un mayor riesgo de pérdida dentaria, de enfermedad gingival, de cáncer oral y otras patologías, así como problemas relacionados con su prótesis y una inadecuada nutrición. La boca seca puede, igualmente, suponer un problema. La xerostomía suele generarse, en muchas ocasiones, como efecto de una determinada medicación.

Además, la mayor parte de las veces el envejecimiento fisiológico va acompañado de otras enfermedades sistémicas que afectan a la salud bucodental. 

Estos son algunos consejos prácticos para las personas mayores:

-La higiene oral ejemplar y los controles dentales regulares ayudarán a prevenir enfermedades y dolor. Si lleva prótesis removible, recuerde limpiarla diariamente.

-Comer bien, no fumar y limitar el consumo de alcohol y azúcar.

-Si nota que un diente se mueve o si la prótesis ya no ajusta bien, programe una cita con su dentista lo antes posible. La articulación de la mandíbula contribuye a preservar el equilibrio. La pérdida de dientes sin su reemplazo, así como las prótesis sueltas o desgastadas pueden aumentar el riesgo de caídas. 

-Los efectos de la boca seca o xerostomía pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida, afectando a la manera en la que una persona come, habla, traga, mastica o sonríe. La saliva ayuda a facilitar una serie de funciones y también limpia la cavidad oral, lo que disminuye el efecto de los ácidos responsables de la caries dental. 

Para evitar o aliviar la boca seca se puede masticar chicle sin azúcar, beber más agua, usar colutorios libres de alcohol o utilizar un spray o gel hidratante bucal. 

-Compruebe que no tiene llagas en la boca. Si tiene una lesión sin curar desde hace más de una semana, lo recomendable es llamar al dentista lo antes posible para poner una solución.

-Si nota que su destreza está disminuyendo (por ejemplo, si tiene dificultades para sostener su cepillo de dientes), no dude en preguntar al dentista o al farmacéutico para que le asesoremos. Existen diferentes dispositivos que le pueden ser útiles. 

-Aproveche al máximo su cita con el dentista. Apunte en un papel todas sus dudas para no olvidar luego consultarlas. 

En el Centro Odontológico ALAIA nos preocupamos por nuestros mayores y les atendemos como merecen: con calma y dedicación. 

La salud oral, un reto a cualquier edad.