Los irrigadores bucales

Ya sabemos que una sonrisa perfecta es la mejor carta de presentación. Por eso, muchas personas se marcan como objetivo tener los dientes blancos y relucientes. 

Nuestros grandes aliados son el cepillo y la seda dental, aunque hay otras herramientas complementarias, por ejemplo, el irrigador dental, que ha comenzado a ser tendencia durante los últimos años. 

Este aparato es el complemento perfecto del cepillado, aunque debemos tener claro que no es un sustituto. Con el irrigador lanzamos a la encía un chorro de agua o colutorio a presión con lo que eliminamos restos de comida y placa bacteriana acumulada, accediendo a zonas que con el cepillo no se logra.

Los irrigadores suelen tener diferentes boquillas para distintos tipos de trabajo y presión, con lo cual podrás elegir el que más se ajuste a tus necesidades. Los expertos recomiendan usarlo uno o dos minutos al día. El mercado cuenta con diferentes modelos, aunque su funcionamiento es similar. El irrigador cuenta con un depósito en el que se incorpora el agua, una bomba que efectúa la presión y una boquilla mediante la cual sale el chorro a presión, que también se puede regular. 

Lo recomendable es empezar con un nivel bajo de presión e ir aumentando de forma progresiva. Un profesional te podrá indicar la mejor manera de hacerlo para evitar lesiones en la encía o mucosa. 

Este aparato no necesita instalaciones, no ocupa un gran espacio y requiere un mantenimiento básico. Es fácil de usar por cualquier persona y a cualquier edad. Incluso puede ayudar a crear un hábito de mantenimiento de la higiene dental en los más pequeños, ya que es una forma divertida de hacerlo. 

¿Qué logramos con el irrigador dental?

-reducir la placa bacteriana para evitar la caries y el sarro.

-masajear suavemente las encías logra que se reduzca la inflamación y sangrado.

-con ortodoncia o implantes, permite una limpieza mucho más completa.

-mejora la limpieza de las bolsas periodontales (el espacio entre la encía y el diente donde se acumulan bacterias).

-elimina el mal aliento.

-ayuda con la sensibilidad.

No obstante, si padeces algún problema dental, es recomendable consultar antes con tu odontólogo para asegurar que el uso del irrigador será beneficioso para ti.

Mantener la salud bucodental es la mejor manera de prevenir enfermedades y con pequeñas acciones diarias podemos lograrlo. 

Luce una sonrisa bonita y sana.