Octubre es el mes de sensibilización sobre el cáncer de mama. Los tratamientos de esta enfermedad afectan a la boca, los dientes y la mandíbula, dependiendo de la terapia que sea necesaria.

La radioterapia hace variar la cantidad y consistencia de la saliva, que puede volverse más espesa y provocar sequedad en la boca. Esto conlleva más riesgo de caries y es más frecuente la pérdida del gusto o la aparición de llagas. También se da mayor rigidez en la mandíbula, lo que provoca dificultad para tragar, masticar o abrir la boca.

Los dentistas recomendamos una higiene dental estricta, llevar una dieta baja en azúcar y la aplicación de flúor durante el tiempo que dure el tratamiento e, incluso, más allá, ya que estos efectos suelen durar meses o incluso años. Para reducir la rigidez en la mandíbula, podemos recomendar unos ejercicios que ayuden a recuperar el movimiento.

En cuanto a la quimioterapia, puede provocar dolor en dientes y encías, llagas bucales o descamación en la lengua. También cambios en el gusto o decoloración dental, originada por algunos enjuagues bucales recomendados para el tratamiento de infecciones.

A diferencia de la radioterapia, los efectos de la quimio desaparecen poco después de concluir el tratamiento.

Es primordial llevar un control exhaustivo y visitar al dentista más a menudo, para prevenir o detectar a tiempo cualquier patología.

A las personas que llevan brackets, se les recomienda retirarlos para evitar irritaciones en la boca. Las personas con dentadura postiza deben revisarlas para asegurarse de que se adaptan bien y no van a originar irritación o heridas.

Es importante comentar con el dentista el tratamiento que se ha pautado para poder dar recomendaciones en caso de que aparezca alguna secuela. Si el tratamiento ya ha comenzado, programa tu visita lo antes posible. Poder aliviar los efectos secundarios es algo primordial para evitar complicaciones y hacer el camino más llevadero.

Con una buena atención y constancia, el equipo médico dental y el oncológico, pueden reducir el riesgo de estos efectos y paliarlos en caso de que se produzcan.

Unos pequeños consejos durante el tratamiento:

  • Higiene oral estricta con cepillo de dientes extra suave.
  • Evitar el alcohol y sabores extremos en la dieta.
  • Controlar el consumo de azúcar.
  • Intentar mantener una buena salud ósea, consumiendo suficiente vitamina D y calcio.

Desde el Centro Odontológico ALAIA trasladamos todo nuestro ánimo y apoyo a esas mujeres luchadoras y valientes (y hombres) que pelean día a día contra una enfermedad tan dura.

¡Mucha fuerza!

Los dientes cumplen una función fundamental en nuestro día a día: en la masticación, en el habla y, por supuesto, en nuestra imagen personal.

La pérdida de dientes (edentulismo) es un problema más frecuente de lo que pensamos. Puede estar motivado por el agravamiento de caries o enfermedades periodontales y requiere la aplicación de tratamientos específicos que solucionen el problema y prevengan otros de mayor gravedad.

De ahí, que siempre incidamos en la necesidad de llevar a cabo las correspondientes revisiones en consulta para detectar a tiempo las posibles patologías.

También podemos llegar al caso extremo de perder un diente por falta de higiene oral, una dieta pobre y poco saludable, por el hábito de fumar o por un accidente o traumatismo.

La diabetes, la presión arterial alta o la artritis reumatoide también favorecen la pérdida de piezas dentales.

Mención aparte tiene el embarazo. Cuando una mujer está embaraza, los niveles de estrógenos y progesterona se elevan, lo cual puede llegar a afectar a los huesos y tejidos de la boca. Esto es debido a que el periodonto (colección de huesos y ligamentos que sostienen los dientes y los mantienen en su lugar), se ve afectado y se pueden notar los dientes flojos. Normalmente, los síntomas desaparecen tras el parto, pero es recomendable hacer una vigilancia más exhaustiva de la boca en esta etapa de la mujer.

Según el Consejo General de Dentistas, las pérdidas dentarias deben reponerse mediante su oportuno tratamiento (con prótesis o con implantes) por razones de función masticatoria y para evitar que los demás dientes se inclinen o se muevan de su posición normal.

Los implantes dentales son una de las mejores soluciones para reponer esa pérdida. Además, cuentan con la ventaja de que aportan una sensación muy similar a la que se tiene con los dientes naturales.

En ALAIA somos especialistas en Implantología. Tenemos más de 15 años de experiencia y la tecnología más avanzada (cirugía navegada X-Guide) para tu tratamiento.

Para salvar un diente que se mueve o que está afectado por caries, hay varios factores a tener en cuenta:

-Acude a tu centro odontológico para que tu dentista evalúe la situación y pueda planificar la pauta más adecuada para tu caso.

-La higiene bucodental debe ser rigurosa.

-La alimentación debe ser sana y equilibrada. La dieta es muy importante para la salud de nuestros dientes. Aquella que esté basada en ácidos y azúcares, debilitará nuestras piezas dentales.

Cuidamos tu sonrisa, pide tu cita.

El tiempo ideal de cepillado es de 2 minutos: un minuto en cada arcada, repartiendo el tiempo de forma equivalente y con una pasta fluorada, a ser posible. El cepillo debe llegar a todas las superficies de los dientes, no sólo a aquellas que mostramos al sonreír. Debemos concluir el cepillado con el hilo dental, sobre todo, por la noche.  

Ese cepillado se realiza después de las comidas, aunque no inmediatamente.

Es recomendable esperar unos 20 minutos para hacerlo. Esto es debido a que, durante ese tiempo, nuestra saliva cumplirá su función: neutralizará los ácidos y recuperará los niveles de calcio del esmalte. Si nos cepillamos los dientes justo después de la comida, complicaría la situación del esmalte, demasiado débil frente a esos ácidos sin la ayuda de la saliva.

En cuanto a la técnica, la Fundación Dental Española dice que es importante ir desde la encía hacia el diente y no al revés. También es fundamental concluir con el cepillado de la lengua, al menos, hacerlo en el cepillado nocturno ya que es una especie de esponja que va acumulando las bacterias. Hay que barrerla de dentro hacia fuera.

El cepillo debe ser de dureza media o suave y hay que cambiarlo cuando esté deteriorado. Tienen una vida útil que no ha de superar los 3 meses. También es interesante cambiarlo si hemos padecido una gripe, infección o covid-19, ya que los gérmenes pueden permanecer en las cerdas y reactivar la patología.

Pero, cuidado, porque cepillarse los dientes durante demasiado tiempo puede ser contraproducente, ya que puede dañar el esmalte y las encías. Y también hay que controlar la fuerza que utilizamos. El cepillado debe ser suave y cuidadoso, ya sea con cepillo eléctrico o manual. Es mejor 2 minutos de manera controlada que 30 segundos con movimientos bruscos. Si te cepillas con demasiada fuerza, puedes causar problemas también en el esmalte e irritar las encías.

Por último, no te engañes a ti mism@. Los chicles, enjuagues y caramelos refrescantes no son sustitutivos del cepillado dental.

Cierto es que logramos un aliento fresco, pero el único modo real de eliminar la placa es mediante el cepillado. Si después de leer nuestros consejos crees que no te cepillas bien los dientes, pide cita en nuestra clínica dental y nuestros profesionales te asesorarán sin ningún compromiso. La revisión periódica es importante para comprobar tu salud oral.

De la técnica del cepillado y la duración del mismo dependerá tu salud bucal

Es la especialidad de la Odontología que supervisa, guía y corrige los problemas del crecimiento y la maduración de las estructuras dentofaciales.

Es de máxima importancia ya que una mala posición dental supone un factor de riesgo para el correcto mantenimiento de la higiene oral y esto puede provocar caries, enfermedad periodontal o pérdida prematura de piezas dentales. Incluso, trastornos a nivel de la ATM (articulación temporo-mandibular), lo que ocasiona dolores de cabeza, cuello, hombros y espalda.

Por supuesto, la ortodoncia tiene otra línea de actuación que es la estética dental y facial. Y podríamos citar una tercera, ya que en los últimos años varios estudios de esta disciplina se han centrado en la investigación de la vía aérea en relación a la apnea obstructiva del sueño y la roncopatía crónica.

La ortodoncia logra, asimismo, la mejor colocación posible de los dientes para llegar a una mordida adecuada.

Esta especialidad enfrenta, por tanto, problemas que van mucho más allá de la colocación individual y pormenorizada de las piezas dentarias. Además, desde hace años, no es cosa sólo de niños y adolescentes. Se ha convertido en un tratamiento muy demandado también en la etapa adulta, por salud y por estética e imagen.

La Ortodoncia más conocida:

  • Brackets convencionales: son los más antiguos y se colocan en la parte de fuera del diente.
  • Ortodoncia invisible: cada vez más demandada por comodidad, higiene y estética.
  • Ortodoncia lingual: se colocan en la parte de dentro del diente y no se ven por fuera.

Decidirse entre uno u otro dependerá del problema a corregir y de la opinión especializada del ortodoncista. Son muchos los parámetros a valorar y la comunicación entre paciente y profesional llevará a tomar la mejor solución.

El Centro Odontológico ALAIA es centro referente del sistema Invisalign. Son alineadores transparentes y extraíbles, que corrigen la posición de los dientes sin necesidad de utilizar aparatos metálicos. Son más cómodos, higiénicos y discretos. Es un sistema cada vez más demandado por nuestros pacientes, por ser garantía de éxito en niñ@s y mayores.

En cuanto a la etapa de retención, es una fase a la que no hay que restar importancia. Gracias a ella, mantendremos los resultados logrados. Los dientes tienen memoria y tenderán a volver a su posición anterior. Esto se evita con las férulas de retención que, normalmente, se llevan por las noches.

Para acabar, os apuntamos algunos beneficios que logramos tras un tratamiento de ortodoncia:

  • Menos riesgo de caries.
  • Menos riesgo de enfermedad periodontal.
  • Menos desgaste en los dientes.
  • Menos bruxismo.
  • Menos dolores de espalda, cabeza y oídos.
  • Mejor higiene oral.
  • Mejor estética y, por tanto, mayor autoestima.

¿Te has convencido ya? ¡Visítanos!

Llevar una alimentación sana y equilibrada es uno de los pilares fundamentales para una correcta salud bucodental. Y destacan, entre otros alimentos, las frutas y verduras por su alto contenido en vitaminas y nutrientes.

Hoy nos vamos a centrar en las frutas que mayores beneficios tienen para dientes y encías.

  • Las frutas llevan, en su composición, un alto contenido de agua, lo que ayuda a proteger los dientes. El agua diluye los ácidos en la boca después de comer y el acto de masticar estimula la producción de saliva. El melón, la sandía o la piña son ricos en agua.
  • La fibra, presente en la piel de las frutas, ejerce una fricción sobre la superficie de los dientes, que produce un efecto “cepillado”. Una de las frutas más ricas en fibra es la manzana.
  • El flúor contribuye a la remineralización del esmalte dental, aumenta su resistencia y controla la actividad bacteriana. Añade a tu dieta las cerezas, ricas en flúor.
  • El fósforo, como el calcio, ayuda a la formación de la estructura de los dientes. Aquí citamos el plátano y los frutos secos.
  • En el apartado de las vitaminas, la A tiene una acción antioxidante. Previene el envejecimiento y el deterioro de los tejidos de la boca. Ayuda a mantener la hidratación de las mucosas, protegiendo frente a la caries. El melocotón y el melón tienen grandes dosis de vitamina A.
  • La vitamina C ayuda a mantener la salud gingival ya que potencia la cicatrización y reparación de las encías. Naranja, limón, pomelo y kiwi son frutas con alto contenido en esta vitamina. También la frambuesa y otros frutos rojos como los arándanos, que además ayudan a la absorción de hierro.
  • Las fresas son una fruta rica en xilitol, un polialcohol que evita la desminaralización producida por la disminución del pH de nuestra boca. Esta sustancia ataca a las bacterias que forman la placa dental y estimula la circulación sanguínea en las encías.
  • Hay una fruta que será nuestra gran aliada a la hora de mantener una sonrisa bonita, ya que tiene efecto blanqueador natural: la uva.

Mantener unos buenos hábitos de alimentación nos ayudará a conservar nuestra salud bucodental. Recomendamos el consumo de fruta de temporada que, además, tendrá mejor precio.

Luce una sonrisa bonita, sana y fuerte gracias a la fruta

Hablar de salud es hablar de calidad de vida. De ahí, la importancia de las revisiones dentales preventivas. No se puede acudir al dentista sólo cuando exista un dolor o molestia. Hay una serie de patologías que, en sus inicios, no presentan ningún síntoma ni son perceptibles. Por ejemplo, la caries dental. Si la eliminamos en su etapa incipiente, al ser diagnosticada a tiempo, podremos evitar tratamientos más agresivos y costosos.

No podemos (ni debemos) conformarnos con la higiene bucal diaria. La revisión dental consiste en un examen intraoral de los dientes, encías y tejidos blandos para identificar y/o descartar a tiempo algún problema bucodental. La periodicidad depende de cada persona y será pautada por el especialista.

En el Centro Odontológico ALAIA aprovecharemos tu visita para darte buenos consejos, además de manera personalizada. En las revisiones infantiles, les enseñamos a cepillarse mejor y a crear ese hábito de cuidarse la boca. Son revisiones muy importantes y deben ser más frecuentes, ya que su boca cambia continuamente. Los dientes de leche también deben tratarse. Son necesarios para funciones tan importantes como hablar y masticar. Además de mantener el espacio para los dientes definitivos. 

No nos olvidamos de las encías. Hay personas que presentan una enfermedad periodontal y no son conscientes de ello. Con una exploración, se diagnostica y se puede proceder a realizar el tratamiento que cada paciente precise.

Podemos añadir una exploración radiográfica. Mediante la ortopantomografía se visualizan muchas patologías, imperceptibles a simple vista. Es una herramienta extraordinaria para el diagnóstico precoz. Expone al paciente a una menor radiación y, además, su almacenamiento no se deteriora con el paso del tiempo.

La revisión puede ser un buen momento para llevar a cabo una limpieza bucodental profesional. Nos permitirá eliminar la placa acumulada en nuestra boca y evitaremos así la gingivitis, enfermedades en encías o incluso la pérdida de piezas dentales.

En caso de tener una prótesis dental, las revisiones son una oportunidad para realizar también aquí una limpieza profesional que las conserve en estado óptimo. Lo mismo ocurre con los implantes. Comprobaremos que están en perfectas condiciones.

Queremos acabar con un dato muy significativo que aporta el Consejo General de Dentistas. El 85 por ciento de los casos de cáncer oral se diagnostican de forma tardía, con las gravísimas consecuencias que esto conlleva. Una detección precoz de ésta y otras enfermedades es vital para aumentar las posibilidades de curación. De ahí, lo importante que es realizar, al menos, una revisión anual con nuestro dentista.

No olvides tus revisiones. Nuestro objetivo es conservar tu sonrisa en el mejor estado posible.

¡Mejor prevenir que curar!

La Odontología, como rama de la medicina, juega un papel crucial en el cuidado de la salud.

La historia de esta especialidad se remonta al año 7.000 aC, en la civilización ubicada en el valle del Indo (la actual Pakistán). Hay estudios que evidencian que en aquella época había artesanos que usaron una especie de taladro hecho con cabezas de sílex para quitar el esmalte y tejido dental podrido. Fue un procedimiento sorprendentemente efectivo.

Los médicos egipcios fueron los primeros “dentistas”, hacia el año 3.000 aC. Incrustaban piedras preciosas en los dientes para decorar y sujetar las piezas. Etruscos y fenicios utilizaron alambres de oro, el marfil y las conchas de mar para la sujeción entre dientes.

Las excavaciones arqueológicas han demostrado que utilizaban como cepillos para la higiene oral palos de mascar, ramas de árboles, plumas de pájaros o huesos de animales. La primera “pasta de dientes” también tiene sello egipcio y estaba elaborada con polvo de sal, pimienta, hojas de menta, flores y cáscara de huevo.

En el siglo VI aC nacen las primeras escuelas médicas en Grecia. Los filósofos Hipócrates y Aristóteles destacaron por señalar el uso del alambre caliente para tratar enfermedades bucodentales. También estudiaron la extracción dental y la posibilidad de tratar fracturas maxilares.

Destacamos también en el siglo I dC la figura de Galeno de Pérgamo, que algunos consideran como el primero que recomendó “lavarse los dientes”, frotándolos con una piedra abrasiva después de cada comida.

Entre el período de conocimiento griego y la Edad Media, fueron los árabes los que más avanzaron en el estudio de esta disciplina. Los califas de Bagdad tradujeron los escritos de Galeno y Aristóteles y desarrollaron muchas técnicas que, posteriormente, fueron adoptadas en Europa.

Avanzado el tiempo, en el continente europeo apareció la figura de los barberos-cirujanos, cuyo número aumentó considerablemente a partir del siglo XIII. Se ocupaban del sangrado, los enemas, las ventosas y la extracción de dientes.

Una idea más cercana a lo que hoy es la profesión de dentista la tenemos en el siglo XVIII, unida a un nombre: Pierre Fauchard de Francia, conocido como el padre de la Odontología moderna.

Cuando tenía 15 años, inició su entrenamiento quirúrgico en la Marina francesa. Estudió, sobre todo, las enfermedades de la boca ya que estuvo expuesto a varias de ellas durante su estancia en alta mar. Cuando dejó la Marina, comenzó a trabajar como dentista profesional en Francia y se ganó una prometedora reputación como cirujano. Redactó su propio tratado sobre los fundamentos de la Odontología, donde sentaba las bases científicas para el futuro de nuestra profesión.

A partir del siglo XIX, la tecnología dental avanzó rápidamente. Se lograron avances muy importantes, sobre todo, en el desarrollo de prótesis y materiales. También en los estudios de esta ciencia de la salud. En 1840, en Baltimore (USA), nació el título de “Doctor en Cirugía Dental”.

En la segunda mitad del siglo XX, los avances no tienen freno: los dientes de repuesto de porcelana, el hilo dental de seda, novedosos procedimientos quirúrgicos y descripciones anatómicas o nuevos materiales.

Se avanzó en implantología, en ortodoncia, radiografía dental, la anestesia oral, conocimos la primera silla dental totalmente reclinable o el cepillo dental eléctrico, entre otros.

Como podemos ver, la historia de la Odontología ha recorrido un largo camino desde que se utilizó el primer y rudimentario taladro dental hace miles de años. Pero le queda mucho más trayecto para recorrer. Estamos seguros de que, de aquí a unos años, la ciencia y la tecnología nos deparan muchas sorpresas en nuestra profesión. Avances a los que ALAIA se sumará ya que nos permitirán mejorar la salud bucodental de todos nuestros pacientes.

¡Orgullosos de nuestra profesión!

El verano, poco a poco, llega a su fin. Seguro que todavía quedan días soleados, pero septiembre siempre es sinónimo de nuevo ciclo y nuevo año escolar.

Retomamos horarios, disciplinas y rutinas. Después del verano, nuestros dientes se resienten. Las semanas estivales cambiamos nuestra alimentación, ingerimos más dulces y refrescos y, en cierto modo, no nos ocupamos de nuestra higiene dental tan en profundidad como el resto del año.

Septiembre es el mes ideal para realizar una revisión dental completa y comprobar que todo está en orden. Incluso es un buen momento para realizar un cambio de cepillo de dientes. Si hacemos partícipes de todo esto a nuestros hij@s, lo acabarán tomando como una costumbre, una sana costumbre.

Visita al dentista para empezar el curso con la sonrisa más sana. Esta revisión nos permitirá detectar a tiempo cualquier patología que haya aparecido o empeorado durante la época estival, sobre todo, en los más pequeñ@s.

Como comentamos muchas veces en este Blog, la salud bucodental es uno de los mayores pilares de la salud general. Por eso, no estará de más una revisión por parte del especialista para poder hacer un diagnóstico precoz.

Os recordamos que tenéis a vuestra disposición el programa PADI, del Gobierno Vasco, enfocado a la prevención y salud bucodental.

Es tiempo de preparar libros y mochilas. Hazlo con tu mejor sonrisa.

Pide cita previa en el 943 33 53 73.

Empieza la nueva etapa con una buena puesta a punto.

Durante el mes de agosto seguimos cuidando de vuestras sonrisas. Mantenemos nuestras puertas abiertas en el horario habitual: lunes a viernes, de 8,30 a 21 horas y los sábados, de 8,30 a 14 horas.

Aprovecha tus vacaciones para hacerte una revisión bucodental o ese tratamiento pendiente por falta de tiempo.

El equipo ALAIA ha logrado la mejor organización para estar presente si nos necesitas. No dudes en llamarnos ante una urgencia.

Cita previa en el 943 33 53 73.

¡Feliz Verano! ¡Sin olvidar la salud!

¡Ven a visitarnos!

La caries es la destrucción de los tejidos duros de los dientes. Comienza en el esmalte, que es la capa externa y, si no se trata en estadios iniciales, puede afectar a la dentina (la capa más profunda), o incluso llegar al nervio.

Cuando comemos o bebemos alimentos que contienen azúcares, la placa bacteriana (que se forma constantemente en los dientes) produce ácidos que atacan el esmalte dental. Con el tiempo y sin una buena higiene oral, estos ácidos pueden llegar a descomponer el esmalte y, entonces, es cuando se empieza a formar la caries.

Si no se trata puede causar dolor, una infección e incluso la pérdida del diente. La caries se detecta en las revisiones dentales rutinarias. El tratamiento más común y efectivo para combatirla es la obturación (empaste), mediante la cual eliminamos el tejido dental afectado y procedemos a reconstruir la estructura dañada.

Por lo tanto, es muy importante visitar al odontólogo en cuanto se detecte alguna modificación en nuestra dentadura o notemos algún pequeño dolor. Y, sobre todo, prevenir con una rutina de higiene bucodental estricta. El mejor enfoque, sin duda, es la prevención y la educación en esta materia.

Consejos para evitar la caries:

  • cepillarse los dientes, al menos, dos veces al día con pasta dentífrica fluorada.
  • no olvidar el hilo dental y la limpieza de la lengua.
  • alimentación saludable y equilibrada.
  • limitar el consumo de alcohol y bebidas azucaradas.
  • visitar al dentista para las revisiones bucodentales y limpiezas profesionales correspondientes.

¡Plántale cara a la caries!