Todos hemos sentido alguna vez la boca seca, especialmente, si hemos tenido una época más tensa o con más estrés. Pero cuando la sequedad bucal es persistente en el tiempo puede originar infecciones en la boca, enfermedad de las encías y caries dental.

El origen de este problema, también denominado xerostomía, puede estar en una deshidratación, la costumbre de respirar por la boca, el estrés o ansiedad, el tabaco y/o problemas del funcionamiento de las glándulas salivales. Este último punto se acrecienta con la edad, por ejemplo, en las mujeres que atraviesan la menopausia.

Podríamos citar otro origen en el consumo de medicamentos: antidepresivos, ansiolíticos, antihipertensivos, diuréticos y descongestionantes. Incluso pueden causarla tratamientos como la quimioterapia.

Los síntomas de la xerostomía son, lógicamente, la sensación de boca seca o incluso quemazón, una saliva de textura viscosa, problemas de masticación o deglución, alteración del sabor de los alimentos, sensación de ardor y dolor en la lengua, sed, fisuras en los labios, dificultad para hablar, halitosis y problemas para colocar las prótesis dentales removibles, entre otros.

¿Qué podemos hacer en casa para evitar este síndrome?

Es muy recomendable tomar agua a lo largo del día, en pequeños y frecuentes sorbos. También es recomendable masticar chicles sin azúcar o caramelos duros. Ayudarán a mantener la boca húmeda sin aumentar la posibilidad de caries dental. Podremos estimular el flujo de saliva con alimentos y bebidas ácidas. Otros hábitos que también pueden ayudar: usar un humidificador en el hogar, especialmente en el dormitorio, intentar respirar siempre por la nariz y evitar bebidas con cafeína, el tabaco y el alcohol (ya que aumentan la sequedad en la boca).

Pero si la sequedad bucal no mejora y persiste, tendremos que ir al origen del problema. Es decir, si se debe a los medicamentos, nuestro médico tendrá que variar la prescripción o la dosis.

Como ayuda, desde ALAIA podemos recomendar el uso de enjuagues bucales especialmente formulados para la xerostomía y que proporcionan alivio al instante.

Es importante intentar ponerle solución ya que la saliva es vital para una boca sana. Humedece y descompone los alimentos, limpia las partículas de comida de los dientes y las encías y ayuda a tragar. Además, es una sustancia que contiene minerales como el calcio y el fosfato que ayudan a mantener los dientes fuertes.

Ante cualquier duda, estamos aquí para atenderte.

El flúor dental ayuda a endurecer el esmalte al reaccionar con el calcio que tienen los dientes. El esmalte es la barrera protectora que éstos tienen ante los ataques de la placa bacteriana. Cuando perdemos esmalte, comienzan a aparecer las caries y los dientes tienen más sensibilidad. El flúor ayuda a evitar esto.

Como curiosidad, la palabra flúor proviene del latín fluo y significa fluir. Bajo este nombre bautizaron en la Edad Media a un mineral que ayudaba a que el hierro se fundiese a menor temperatura y reducía la viscosidad del metal líquido para que fluyera con mayor facilidad por canales y moldes.

Para nosotros, el flúor es hoy un elemento químico. Se encuentra, de manera natural, en muchos de los alimentos que consumimos (salmón, sardinas, naranjas, pollo, té, sal de mesa). También en el agua del grifo y las aguas envasadas y, de forma tópica, en las pastas dentales.

Lo encontramos en la mayoría de las fuentes de agua, ríos, lagos o pozos. En los últimos 70 años, se ha añadido a las reservas públicas, elevando sus niveles hasta hacerlos óptimos para la prevención de la caries dental. Antes de esa fluoración del agua comunitaria, los niños tenían tres veces más caries. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades han proclamado la fluoración del agua como uno de los diez grandes logros de salud pública del siglo XX.

Ello no quiere decir que debamos consumir flúor dental en grandes cantidades, más bien al contrario, ya que si no puede ser tóxico. Cuando lo tomamos en exceso se genera la fluorosis dental, que se manifiesta con manchas en los dientes y que logra el efecto contrario al deseado, ya que debilita el esmalte. Pero el exceso también nos puede dañar el sistema nervioso, el estómago e, incluso, nos puede afectar a la hormona reguladora del sueño.

Siempre hay que buscar un equilibrio lógico. En dosis pequeñas, los fluoruros tienen la propiedad de reducir en más de un 50 por ciento el número de caries. Además, ayuda a remineralizar el esmalte que pierde el diente favoreciendo su resistencia a la acción de los ácidos.

Visita a tu dentista para una aplicación profesional. En ocasiones, la necesidad de flúor es mayor y se realizan tratamientos específicos en los que se aplica mediante una férula que se coloca en la dentadura durante unos minutos.

En ALAIA podremos explicarte además de qué manera te beneficia.

El flúor, como todo, mejor en su justa medida.

En nuestra publicación de hoy vamos a daros cuenta de algunas curiosidades que el Consejo General de Dentistas ha recogido este año en relación a la salud bucodental. Son datos y números curiosos que dan fiel muestra de cómo se cuida la sociedad a este nivel:

  • 28 es el número de dientes que tiene un adulto sano en su boca (sin contar las 4 muelas del juicio). El 62 por ciento de adultos entre 35 y 44 años ha perdido al menos un diente. Las dos principales causas de la pérdida dentaria son la caries y la enfermedad periodontal. Estas pérdidas deben reponerse mediante su oportuno tratamiento (con prótesis o con implante), por la función masticatoria y para evitar que los demás dientes se inclinen o se muevan de su posición normal.
  • El 30 por ciento de las personas en nuestro país no se cepilla los dientes al menos dos veces al día.
  • 3 de cada 10 usan cepillo eléctrico.
  • El 34 por ciento utiliza seda dental.
  • 1 de cada 2 visita al dentista una vez al año.
  • 8 de cada 10 elijen a un dentista privado.
  • El 15 por ciento de la población no acude al dentista por miedo. Cuando no queda más remedio, los problemas de salud oral suelen ser tan acuciantes que se debe acudir más veces, con tratamientos más prolongados y patologías más serias.
  • 33 millones de adultos españoles tienen caries
  • 803 mil mayores de 65 años no tienen ningún diente en la boca.
  • 1 de cada 3 adultos presenta enfermedad periodontal, 2 millones de personas la tienen en una fase severa.
  • Cada año se diagnostican en Clínica 7 mil casos de cáncer oral. En el Estado hay 1.500 fallecidos al año por esta patología. Sólo entre el 25 y el 30 por ciento de los cánceres orales se diagnostican de manera precoz.
  • 3 de cada 10 menores de 12 años tienen caries. Hay 7 millones de dientes de leche afectados. El 80 por ciento de los dientes temporales con caries están sin tratar.
  • 1 de cada 2 menores de 6 años no ha ido nunca al dentista.
  • Cuando nuestr@s hij@s van al dentista, en el 37 por ciento de los casos es por motivo de caries, el 17 por ciento para realizarse una limpieza y el 15 por ciento por ortodoncia.
  • De los cerca de 39.000 dentistas que hay en el Estado, el 56 por ciento son mujeres. 6 de cada 10 son menores de 40 años.
  • Usamos un cepillo al año en lugar de los 4 recomendados. 3 tubos de pasta dental al año, cuando se recomienda el doble.
  • Media hora es el tiempo que hay que esperar para cepillarse después de ingerir alimentos o bebidas ácidas o muy dulces.
  • Si tod@s cortásemos el agua mientras nos cepillamos los dientes, ahorraríamos 1 millón de litros, el consumo de una persona durante 18 años.

Intenta estar siempre en el mejor lado de la estadística. Tu salud lo agradecerá.

Fuente: Consejo General de Dentistas.

El embarazo es un período que implica una serie de cambios fisiológicos y hormonales en el organismo de la mujer. Son cambios que pueden afectar a la salud oral, aunque es algo que se puede prevenir con el refuerzo de los hábitos de higiene.

Cierto es que existe un mayor riesgo de descalcificación de los dientes y la estructura maxilar que los sujeta, así como de caries y gingivitis. En los primeros meses son habituales las náuseas y vómitos, cuyo ácido puede erosionar el esmalte dental e irritar las encías. Durante la gestación, aumenta la circulación de sangre en la boca, la nariz y la garganta, por lo que es más fácil sangrar y que las encías estén más sensibles y tiendan a hincharse. La gingivitis del embarazo tiene su origen aquí y es más frecuente en el segundo trimestre. Además, los cambios hormonales hacen que se incremente la elasticidad de los ligamentos que unen los tejidos, por eso, no es extraño que algunas mujeres perciban una cierta movilidad de los dientes.

Si antes de la gestación ya existían problemas bucodentales es muy probable que se agraven si no se toman las medidas oportunas.

Según el Consejo General de Dentistas, los niñ@s nacidos de madres con una salud oral pobre están más predispuestos a padecer caries en el futuro, por lo que el período prenatal es una oportunidad única para educar a la mujer embarazada en estos cuidados. Hay que tener en cuenta que una buena salud de dientes y encías evita la enfermedad periodontal, que puede propiciar un parto prematuro y bajo peso del bebé al nacer, además del riesgo de transmisión bacteriana por la saliva de la madre al niño.

El cuidado dental de las embarazadas requiere una atención especial, sobre todo, desde el punto de vista preventivo. La odontología preventiva irá enfocada al cuidado pre y postnatal. El dentista debe ser su fiel aliado para cualquier alteración que note en la boca. La dieta será otro factor al que prestar mucha atención: hay que evitar comer alimentos dulces en exceso o que contengan un alto porcentaje de azúcares.

Los autocuidados son muy necesarios: un minucioso cepillado dental con pasta fluorada al menos dos veces al día, el hilo dental o cepillos interproximales, beber agua para mantener la hidratación y una alimentación saludable junto con algo de ejercicio diario. Tu salud general te agradecerá estas pautas, también la bucodental.

Pero hay que tener en cuenta que el embarazo no es una enfermedad y, por tanto, la embarazada podrá recibir por parte de un profesional odontólogo los tratamientos que requiera, siempre bajo supervisión de su especialista. El examen radiográfico es una importante herramienta de diagnóstico. No va dirigido hacia el abdomen, la cantidad de radiación que se produce es pequeña y se colocará un delantal de plomo para proteger aún más al bebé. A veces, una radiografía a tiempo evita males mayores. Lógicamente, hay que avisar cuando se está embarazada antes de realizar cualquier prueba.

El último trimestre del embarazo se intenta evitar los tratamientos dentales largos ya que es un período en el que puede resultar molesto permanecer sentada mucho tiempo en el sillón del gabinete. Eso siempre lo tendremos en cuenta.

Por último, queremos hacer una aclaración. Hay un mito que dice que “cada embarazo cuesta un diente”. No es cierto. El calcio que necesita el bebé procede de lo que comes y no de tu dentadura. Por eso, dieta equilibrada, con un aumento de los productos lácteos o un suplemento de calcio, si fuera necesario y una llamada a tu odontólogo o higienista dental siempre que lo veas necesario.

¡Cuídate! Cuando nazca tu bebé le ofrecerás tu mejor sonrisa.

La gingivitis es una inflamación de las encías que, de no ser tratada, deriva en una periodontitis o enfermedad periodontal.

En la etapa de inicio, las bacterias se acumulan y provocan que las encías se inflamen y sangren fácilmente durante el cepillado dental. En ese primer momento, los dientes se mantienen anclados al hueso firmemente, es decir, no ha habido daño óseo irreversible. Llegados a este punto, y si no tratamos esa gingivitis, la capa interna de la encía y el hueso se podrían separar de los dientes, formándose bolsas que pueden infectarse. Si la enfermedad progresa, esas bolsas se hacen cada vez más profundas y se destruye más tejido de las encías y el hueso. Los dientes dejan de estar anclados en su lugar y se puede producir su pérdida.

Los síntomas de la periodontitis son:

  • Encías rojas e hinchadas
  • Encías sangrantes
  • Dientes flojos y sensibles
  • Dolor al masticar
  • Llagas
  • Mala alineación de los dientes
  • Encías retraídas
  • Bolsas entre los dientes y las encías

La periodontitis es la principal causa de pérdida de dientes en los adultos. La gingivitis no es dolorosa pero la periodontitis sí, sobre todo, al masticar. Incluso, los dientes pueden tener movilidad y se puede generar mal aliento. Hay que ponerle remedio pronto porque esa primera fase tiene solución, pero si llegamos a la enfermedad periodontal severa, es más grave e irreversible. Además, repercute en la salud general: aumenta el riesgo cardio-vascular, de diabetes o parto prematuro.

En cuanto a los tratamientos, en el caso de la gingivitis lo primordial es una limpieza a fondo por parte de tu dentista para eliminar, de forma eficaz, los depósitos de sarro y placa bacteriana. Puede ser necesario realizar irrigaciones antibacterianas o pulir el esmalte. Y, sin dudarlo, habrá que llevar un control para analizar cómo evoluciona la patología.

Si hablamos de periodontitis, segunda fase de la enfermedad periodontal, desgraciadamente, no será posible eliminar completamente el problema, de ahí que insistamos en la necesidad de acudir a consulta en cuanto notemos los primeros síntomas, para que no vayan a más. Es importante entender que la periodontitis no se cura, sólo podemos frenarla. Habrá que llevar un exhaustivo control y hacer una evaluación continua de la pérdida ósea.

Según la OMS, Organización Mundial de la Salud, esta patología afecta a entre un 15 y un 20 por ciento de los adultos, en un rango de edad de 35 a 44 años.

Ambas pueden estar relacionadas con una mala higiene dental, cambios hormonales, el tabaco, ciertos medicamentos, tener mala alineación dental (donde el sarro se adhiere) o padecer enfermedades sistémicas. La prevención pasa, en la mayor parte de los casos, por una buena higiene oral: cepillarse los dientes al menos dos veces al día, utilizar pasta con flúor, pasarse el hilo dental, hacer uso de enjuagues bucales sin alcohol y realizar las visitas periódicas a nuestro dentista (con una limpieza bucal profesional cuando corresponda).

Anota tus síntomas y no dejes que la gingivitis evolucione.
Ponle solución a tiempo.